Festival de Paraty
7.31.2008En el ADN Cultura aparece una nota sobre el VI Festival de Literatura de Paraty en su más reciente versión, que se llevó a cabo a principios de este mes. Tom Stoppard, Fernando Vallejo, Cees Nooteboom, Alessandro Baricco, Richard Price y Neil Gaiman, entre otros fueron los protagonistas de esta fiesta literaria al pie del mar. La nota es de Leonardo Tarifeño, quien al parecer no se perdió nada del festival. Me hizo recordar a Gastón García y sus endebles mujis de cartulina persiguiendo a todos en el B39. Cuenta Tarifeño:
Martín Kohan, orador de la mesa llamada "Estética de frío", como el título de un libro del brasileño Vitor Ramil. Kohan expuso con sobriedad y altura los procedimientos narrativos que construyen su premiada novela Ciencias morales , el objetivo detrás del origen del libro y su intención de "captar características de la represión en la vida cotidiana". No despertó, ni por mucho, los aplausos que consagraron al periodista inglés Misha Glenny, autor del notable McMafia , quien ante un auditorio de 500 personas pidió la despenalización de las drogas ("empecemos por legalizar la marihuana y ahí veamos si el mundo explota", dijo). Tampoco hechizó al público, como sí lo hizo la bella nigeriana Chimamanda Ngozi Adichie cuando explicó que la historia de su última novela se basa en la guerra entre Nigeria y Biafra, donde murieron sus abuelos. Lo que Kohan logró fue que por la noche de Paraty sobrevolara un aura de admiración e interés, el tipo de sentimiento que se tiene en las clases universitarias cuando un profesor de los buenos toma la palabra. "La rabia es una gran motivadora, siempre y cuando ese sentimiento no domine a la razón -dijo Ngozi Adichie, la más joven de todos los invitados a la FLIP-; ser un artista significa estar siempre furioso, ávido de cambios". En la festiva Paraty, dio la impresión de que -con la excepción de Vallejo- rabiosos había pocos. Tal vez porque la diversidad de estilos, miradas y opiniones dejaron claro que la literatura merece transitar por varios caminos. Las reacciones avanzaron hacia distintas direcciones, pero mantuvieron ese denominador común: Alessandro Baricco contraatacó cuando lo tacharon de "poco italiano" ("no me gusta que mis personajes entren a una trattoria y pidan un Chianti, leí demasiada literatura extranjera y por eso mis influencias son muy diversas"), el estadounidense David Sedaris explicó que no por ser humorista debe tener siempre a mano un chiste sobre sexo, y Cees Nooteboom comentó que los lugares turísticos que más le atraen de sus viajes al extranjero son los cementerios, aún cuando ya no quiera escribir más sobre el tema
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