Entrevista a Alice Munro
Juana Libedinsky siempre se acerca a las grandes. Esta vez le tocó a la huraña Alice Munró, a quien entrevistó en la ciudad canadiense de Ontario para el ADN cultura. Una entrevista absolutamente genial, hay que añadir. El sello RBA ha editado en España La vista desde Castle Rock, la que hubiera sido su última obra si no fuera porque la escritora no pudo cumplir su promesa:
Cuando dije lo de abandonar todo -insiste Munro, vestida con sedas orientales estampadas y aros colgantes a tono, todo muy distinto de los pantalones y remeras del resto de las mujeres del lugar- sinceramente lo creía. El trabajo me estaba resultando demasiado duro y pensé que me había llegado la hora de llevar la vida de una señora normal. ¡Y lo hice! Por unos seis meses. Salí a almorzar con amigas, me dediqué a la jardinería, a la caridad fue horrible. Después me di cuenta de que ya no sirvo para una vida normal: he escrito por tantos años que no sé hacer nada más."
Su próximo libro de cuentos se llamará Demasiada felicidad y saldrá en el 2009. También comentó acercar de por qué, a pesar de que sus relatos resultan a veces tan autobiográficos, ella no lleva algo parecido a un diario:
No tengo energía literaria que me sobre. Siempre me sorprendió que Virginia Woolf tuviese tiempo para llevar un diario además de escribir novelas y ensayos. No puedo entender cómo se las arreglaba. Claro que las mujeres inglesas de esa generación tenían servicio doméstico, algo que en Canadá nunca existió. Woolf de hecho escribió mucho sobre su mucama, sobre las peleas y enfados que tenía con ella. Pero en Canadá esto era impensable, la gente trabajaba todo el día -hombres y mujeres- en pequeños campos que no eran muy generosos. Mi gente es muy diferente de los americanos porque no eran ambiciosos, eso estaba muy mal visto. Había una fuerte ética del trabajo pero no para hacer dinero, que era considerado vulgar, sino como parte de un puritanismo. Era una cuestión de honor vivir en una casa vieja, pero nunca tener que pedirle nada a nadie. En mi familia no eran fundamentalistas religiosos, pero cualquier cosa que llamase la atención hacia uno mismo era considerado un pecado terrible.
La mejor pregunta, sin duda, es aquella en que se le relaciona con Chejov (a ella, que la llaman la Chejov canadiense). Siendo así ¿le hubiera gustado conocerlo?
Qué bonita idea! Mientras hacía la investigación sobre esta mujer matemática -mirá que locura-, justo no podía dejar de pensar si Chejov, de conocerme, se hubiese enamorado de mí. Creo que no. A los hombres como yo no les gustan las mujeres como yo. La matemática esta, por ejemplo, tenía una hermana de una gran belleza que quería ser escritora y pronto vendió un cuento a una revista editada por Dostoievski. Dostoievski inmediatamente quiso conocerla y le propuso matrimonio, a lo cual ella se negó. Si bien su vida fue trágica y triste, yo creo que ella entonces ya sabía que, de aceptar a Dostoievski, siempre sería la mujer de Dostoievski y nada más. Dos semanas después del rechazo, Dostoievski se casó con su estenógrafa, es decir, con una mujer que siempre encontraría la palabra perfecta para él. Pero Chejov, claro, se casó con una actriz que llevaba su propia fama a cuestas, así que quizá yo hubiese sido la indicada para él
Finalmente, no puedo dejar de colocar la respuesta que da sobre la serie Sex and the City. ¡Obvio que Alice Munro tenía que ver la serie! Su respuesta no deja dudas de que se vio enteritas todas las temporadas:
(...) vi Sex and the City , hay un capítulo en el cual la protagonista, de una belleza menos convencional, una abogada, ve a un hombre en la ventana del edificio de al lado y empieza a desnudarse para él, pensando que él estaba montando un show para ella también. Pero luego se lo cruza en el supermercado y resulta que él es gay y que toda la escena de seducción se la estaba haciendo para el muchacho que estaba en la ventana de un piso superior. Es una historia que dice bastante sobre cómo nos enamoramos de alguien por su sonrisa y su cuerpo bonito y no sabemos leer las señales de que todo está en nuestra cabeza. Pero el resto de la serie me pareció bastante predecible, basada en esa idea de encontrar un hombre que lo sea todo, un matrimonio que lo tenga todo: intelecto, sexo, amor. Y eso es imposible. La solución es encontrar un buen balance, pero cuando uno se enamora, no ve esto. Supongo que yo soy una romántica, pero a la vez soy una persona muy analítica y ambas cosas no van bien juntas. Para las generaciones anteriores, que podían mantener separados los intereses románticos y sexuales, todo era más fácil que para las generaciones actuales.
Y luego dice que le encanta salir de shopping y que ama la ropa. Pero ¡qué es esto! ¿Una Margo Glantz canadiense? Pues si Margo no me hace caso ¡Yo me caso con Alice Munro!
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¡Así que te gustan las cougars literarias! ¿No estás un poco jovencito para la Glantz o la Munro? Dejando de lado las bromas, Alice Munro sí que es estupenda escritora. Nada de fuegos artificiales o poses con ella. Pocos escritores, creo yo, se adentran tan bien y con tanto respeto al mundo femenino burgués norteamericano. Y, acerca del hecho que A. Munro veía "Sex and the City": aunque alguna gente prejuiciosa piensa que es totalmente Cosmo el asunto (ropa y cama), muchísimas mujeres inteligentes hemos seguido esta serie con devoción. Un placer culposo.
Pena no más que la película haya resultado tan por debajo de la serie, pero medio era de esperarse, ¿no?
Lectora
3:28 p. m.
No creo que ella haga click contigo jajajaja.
4:26 p. m.
Gracias por este enlace. Cuando leí los cuentos de The Love of a Good Woman me pareció algo realmente fuera de serie.
10:30 a. m.
En el mundo del cine abundan los mañosos (mañosos en el sentido de picarones) que valiéndose de su talento terminan capturando muchachitas mucho más jóvenes que ellos. Godard, por ejemplo; o De Palma, que se mandó a Nancy Allen (¿hay actriz de los 80 más rica que Nancy?). ¿Será posible que una tía genial como la Glantz o la Munro tengan la capacidad de seducir a un jovencito guapetón y sensible como Iván? ¿O esto del 40/20 josejosesiano funciona solo para los gallos?
11:51 a. m.
Ojalá vendieran más libros de Alice Munro, encontrar uno en Lima es como encontrar un trébol de 4 hojas. Habrá que encargar el último, quizá alguien que venga de San Francisco o aún mejor alquien que viaje a Madrid...
2:49 p. m.
La entrevista es malisima. Aparentemente esa entrevistadora no se ha leido un libro de la escritora. No estamos hablando de un escritora principiante, sino de alguien que viene publicando dsde hace muchísimo tiempo. Más sencillo es preguntarle sobre Sex in the city, o repetir los clichés de Chejov, o hacer una búsqueda en google y copiar lo que escribió cierta vez Antonio Muñoz Molina. Es lamentable que Alice Munro acceda a dar una entrevista y sea esta persona que le haga las preguntas. Un pena.
4:37 p. m.
Frank,
la entrevista es muy buena, y su objetivo es muy claro: no es una entrevista académica sino de divulgación.
Y la pregunta por "Sex and the City" es muy pertinente. Probablemente seas tú el que no ha leído a Alice Munro, por eso te sorprende...
saludos
IVAN THAYS
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