FIL Guadalajara con italianos
El año pasado, la FIL Lima tuvo como invitado de honor a Italia. El autor más prestigioso que llegó fue Sandro Veronessi, el ganador del Strega con Caos Calmo, pero aún no habían traducido su novela y menos aún realizado su película tan exitosamente. Por eso cogió a los periodistas culturales un poco desprevenidos (tienen que leer más Moleskine Literario, pues). Tal parece que los mismos problemas tendrá que afrontar Guadalajara. Se anunció una delegación con cerca de 60 autores, pero la mayoría de ellos desconocidos. La lista de confirmados en Milenio:
Alberto Bevilacqua, Achille Bonito Oliva, Pino Cacucci, Vincenzo Cerami, Giovanni De Luna, Alain Elkann, Rosetta Loy, Dacia Maraini, Piergiorgio Odifreddi, Edoardo Sanguineti, Gianni Vattimo y Marcello Veneziani, sobresalen entre los autores que ya confirmaron su asistencia.“En los casos famosos como el de Darío Fo, Umberto Eco, Alessandro Baricco y Antonio Tabucchi claro que ha habido un acercamiento y se les ha hecho una invitación formal, pero tienen una agenda muy apretada y ahora no estamos en posibilidades de afirmar algo alrededor de ellos”, señaló.
Hay una serie de autores, sin embargo, que no están en esa lista ni tampoco son esas "estrellas" inalcanzables con agendas recargadas. ¿Por qué no está Erri de Luca, por ejemplo, o el mismo Sandro Veronesi? ¿Simonetta Agnelo Hornby, Melania Mazzuco, Vincenzo Consolo?
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Iván, ¿me parece o estás poniendo en entredicho la calidad literaria de escritores como Baricco o Tabucchi? De otro modo no entiendo como con cierta ligereza y seguro aludiendo al juego con el título del libro ("Matadoras")eres capaz en otro post de llamar estrellas a Noltenius, Belevan o Adaui por decir, que solo tienen un libro o ni lo tienen, y además no le han ganado a nadie, pero cuando te refieres a los italianos que no asisten a Guadalajara (Tabucchi, Eco, Baricco, etc) los llamas estrellas entre comillas. Y no creo que sea necesario decir que Tabucchi tiene un libro notable ("Sostiene Pereyra"), suficiente para llamarlo estrella sin las dudosas comillas, así como a Baricco le debemos las bellísimas páginas de "Océano mar" y "Tierras de cristal" por ejemplo.
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