MOLESKINE ® LITERARIO

Notas al vuelo en cuaderno Moleskine® .

Kenzburo Oe entrevistado

1.27.2010
Kenzaburo Oe. Foto: David Coll. Fuente: elpaís

La publicación en castellano (Seix Barral) de Renacimiento, la primera novela de la trilogía que Kenzaburo Oe publicó hace una década, ha despertado el interés de España por este extraordinario escritor japonés. En "Babelia" lo entrevistan en su casa en Tokyo. Por cierto, yo acabo de tragarme su novela como quien se come una píldora. Es estupenda. Además, en la extensa y cálida entrevista, Oe habla de su vejez, opina sobre el éxito de Haruki Murakami y dice algo que, seguramente, Mario Bellatin -gran lector de la literatura japonesa desde hace décadas, y de Oe en especial- habrá recortado: "todo escritor es manco":

Renacimiento es la primera novela de una trilogía que usted comenzó hace casi una década. ¿Qué van a encontrar los lectores españoles en este primer volumen?
Es una gran alegría que se publique en español. Es el segundo idioma al que se traduce, tras el alemán. La edición que ha hecho Seix Barral es estupenda, pero lo que más me gusta es que le hayan puesto el título de Renacimiento. Es el título que le hubiera querido poner, aunque el que tiene en japonés y en la traducción al inglés -que se publica en primavera- es Changeling.

Ese título viene dado por Outside over there, un libro de Maurice Sendak que juega una parte importante en esta novela. ¿Por qué le ha gustado tanto un título que no guarda idéntica relación con el original?
Tengo un amigo al que conocí cuando tenía 16 años. En esa época yo quería estudiar matemáticas o física hasta que él me dijo: "Lo tuyo es la literatura. Y el cine, el dibujo, la música...". Él me inició en la creación artística, y eso me cambió para siempre. Este amigo se convirtió en una suerte de tutor y gracias a él conocí a la que ahora es mi esposa [Yukari Oé es hermana de Itami]. Más tarde, él se convirtió en un director de cine. Su nombre: Juzo Itami. Siempre hemos sido amigos y siempre he tenido una vida en pareja con esta persona.

P. De hecho, usted ha titulado esta trilogía como la de las "extrañas parejas".
R. Así es. En concreto parto de la idea de la seudopareja, un concepto que tomo prestado de un párrafo de El innombrable de Samuel Beckett. Itami y yo siempre hemos sido una pareja. Hasta que él se suicidó. Hasta entonces él vivía haciendo películas y yo publicando libros. Mi trabajo siempre ha tenido una faceta política y él nunca quiso saber nada de eso, así que llegó un momento en que ya no nos veíamos tan a menudo. Por eso cuando falleció empecé a recordar la juventud que vivimos juntos y a pensar en mi propia vida. Y aunque mi amigo no puede resucitar, lo que yo intentenacimiento. Y también el mío propio. Ése es el tema principal de esta obra. De ahí que me guste tanto el título en castellano. El día después de su muerte recibí un fax de Edward Said muy emotivo que me hizo pensar en todo esto. Más tarde leí el cuento de Sendak, y eso redondeó el punto de partida para Renacimiento.

P. Y Renacimiento sería la primera de una serie de tres novelas.
R. En efecto. Y en todas ellas el protagonista es un escritor llamado Kogito. La segunda obra de la trilogía se podría traducir como El niño de la triste mirada. Hace referencia al "caballero de la triste figura", porque en este caso narra la relación de Kogito, literato y moralista japonés, con el Don Quijote de Cervantes. El ten Quijote de Cervantes. El tercero se llama Adiós a mis libros, un canto a esta vida dedicada a la literatura.

(...)

P. De todos sus álter egos, Kogito es el que más se ha prodigado en sus novelas. ¿Es el que más se ha acabado desligando de Oé?
R. Así es. Y creo que esto se percibe aún más en mi último libro, que se acaba de publicar en Japón. El título en castellano sería algo así como Muerte por agua, y se inspira en el de la cuarta parte del poema de T. S. Eliot La tierra baldía. En esta novela ha llegado un momento en que ya no sabía si estaba escribiendo sobre mí o sobre Kogito. Muchos jóvenes me dicen que mis libros son mediocres porque no tienen un clímax final debido a que Kogito no mata a nadie, no huye etcétera. (Ríe). Claro, yo les respondo que Kogito, al igual que yo, tiene que escribir, tiene que subsistir pese a ser un personaje. Es complicado. De todas maneras, con Muerte por agua Oé ya ha terminado de decir todo lo que ha querido decir a través de ese moralista que es Kogito. Como escritor, echo un vistazo a mi vida y pienso que soy una especie de moralista, al igual que Don Quijote o Sancho Panza. Continuamente me pregunto por la condición humana. Y creo que Cervantes también lo hacía. Y aunque yo no puedo definirme como un moralista oficial, siempre quiero introducir en mis libros la figura de un moralista que padece la era contemporánea. Éste es el tema principal de toda mi literatura. Cuando empecé esta trilogía tenía más de 60 años. Por eso pensé escribir esta obra sobre mí mismo y sobre el tiempo que he vivido en este país que llaman Japón.

(...)
P. Por otro lado, también hizo una clara referencia a la Secta de la Verdad Suprema en Salto mortal, uno de sus últimos libros publicado en castellano. ¿Cree que la sociedad japonesa ha reflexionado lo suficiente sobre todo lo que pasó hace casi quince años?
R. Nada ha cambiado. Los ataques terroristas sirvieron de alarma para la sociedad japonesa. Nos alertaron de que estamos cerca de algo mucho peor. Pero el tema no se trató con el suficiente peso. Haruki Murakami escribió un libro muy necesario sobre el tema: Underground. Es estupendo.

P. Desde luego es un trabajo periodístico excelente, aunque aún está inédito en español.
R. Qué lástima. Murakami es un tipo interesante, lo conocí una vez durante una entrega de premios.

P. Su Kafka en la orilla me recuerda a sus descripciones de los bosques de Shikoku.
R. Es verdad. Lo que pasa es que mis libros no se venden ni una centésima parte de los suyos (ríe).

P. Ventas al margen, usted acaba de publicar Muerte por agua en Japón. No sería la primera vez que dice que éste va a ser su último libro.
R. Sí, lo he pensado muchas veces (ríe). A mis 74 años veo Renacimiento, y creo que ya no voy a poder escribir algo de semejante nivel. Para mí Muerte por agua es el final de una saga de cinco obras. Con este último puedo dar por cerrada la obra de mi vejez. Soy escritor y aún estoy vivo y es posible que me encuentre ante otra obra que quiera escribir. Me gusta mucho el Quijote y lo he leído muchas veces. Mucha gente ha escrito un Don Quijote. Günter Grass tiene su Tambor de hojalata, por ejemplo. Yo desde pequeño he tenido el sueño de escribir un libro en el que el protagonista diga "yo soy Cervantes" o "yo soy Don Quijote". Sin embargo, de momento yo sólo he escrito uno en el que el protagonista puede decir que se llama Kogito (ríe). Dentro de toda mi obra hay una persona, un personaje que está separado del resto. Y el modelo está ahí [señala a Hikari, que está detrás de nosotros, ojeando el periódico]. Si aún vivo tres años más, me gustaría escribir un libro en el que Eeyore [el nombre que Oé utiliza para los personajes basados en su hijo] explicara la historia contemporánea a través de sus ojos. Sería ficción, por supuesto. Al igual que el Oskar de Grass toca el tambor para darse a conocer, mi Eeyore tendría su música. Ahora que lo pienso, creo que existe la clara posibilidad de que un libro así vea la luz.

P. ¿Y qué hay de ese destino que los dos protagonistas de Renacimiento ven escrito en el poema Adieu de Rimbaud?
R. Ese destino no se ha hecho realidad. Cuando pienso en el verso "Entraremos en las espléndidas ciudades"... Nosotros no hemos llegado a poder vivir juntos ese renacimiento maravilloso del que hablo en la novela. Rimbaud es un punto de partida para la literatura moderna y, como Rimbaud, todos los grandes autores de la modernidad tienen algo que han perdido, algo que les falta. Todos escriben sobre un héroe que ellos no han podido ser, el mismo que yo no he podido ser. Y la forma inicial, el prototipo, es Don Quijote, de Cervantes. Él tenía un brazo inutilizado y le llamaban manco . Pienso que todos los grandes autores del siglo XX, desde García Lorca hasta Günter Grass, son mancos, les falta algo. En francés el verbo manquer indica un déficit en la persona, es muy significativo. Yo tengo tantas manques . Hace 46 años que vivo con mi hijo, que es deficiente. Y siento que ésa es mi gran manque. Él también es manco, pero él es mi héroe y a mí me gustaría que él fuera el héroe de esta nueva novela que ahora está en mi cabeza. En cualquier caso, yo no tengo ni un destino ni un talento tan grande como Cervantes (ríe). Yo de momento he venido hasta aquí agarrado del brazo con Kogito y es posible que antes de morir pueda mostrar al mundo un libro en el que aparezca su destino . Hace apenas tres semanas que presenté el nuevo libro en Japón. Y aún no le he dicho a nadie nada sobre este nuevo proyecto. Usted es el primero que lo escucha.

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Nueva traducción de El tambor de hojalata

12.15.2009
(© United Artists/dpa/bildfunk. Günter Grass, David Bennent -quien interpretará a Oskar Mazerath en la película de Volker Schlöndorff -el tercero de izq. a derecha, durante la pausa de la filmación de 'Die Blechtrommel' en 1979. Fuente: centro alemán de información

En 1959 se publicó El tambor de hojalata, la primera (e insuperada hasta el momento por el propio autor) novela del alemán Gunter Grass. Tenía entonces 31 años. En este cincuentenario, Alfaguara edita una nueva traducción de la novela más importante editada en alemán durante el siglo XX. Una extraña novela de aprendizaje, inspirada en la picaresca española según ha reconocido muchas veces Grass, quien en 1999 ganó el Premio Nobel. Dice la nota:

La novela pudo leerse en español a los cuatro años de su aparición, pero no en España. Prohibida por el Gobierno franquista, El tambor de hojalata apareció en la editorial Joaquín Mortiz de México. Allí fue presentada en 1964 por su propio autor y por un exiliado español llamado Max Aub. Aquella traducción, que corrió a cargo de Carlos Gerhard, fue la que Alfaguara publicó en España en 1978, la que ha venido reeditándose hasta este año y la que todavía puede encontrarse en bolsillo. Cincuenta años después de la aparición de la novela original, llega a las librerías un nuevo tambor en español, salido esta vez de la mano de Miguel Sáenz, premio Nacional de Traducción por toda su obra en 1991. "Desde que publicó El rodaballo, en 1977", cuenta Sáenz, "Grass se ha reunido con sus traductores cada vez que sacaba un libro importante. Hace cuatro años, en una de esas reuniones, surgió la idea de traducir de nuevo El tambor...". Sáenz, que nunca lo había considerado una urgencia porque la traducción de Gerhard seguía "funcionando muy bien", creyó llegado el momento de enfrentarse a aquellas casi 700 páginas y se puso a ello. Durante un año. Su versión acaba de aparecer, otra vez en Alfaguara, acompañada de un homenaje explícito del nuevo traductor al antiguo, casi un relato de intriga de cuatro folios a modo de epílogo: "Aparte de que su versión tenga hallazgos brillantes, Gerhard era un personaje interesantísimo". Catalán de origen suizo y alsaciano y hermano de un músico discípulo de Schoenberg, fue diputado durante la República y escribió un libro sobre su trabajo en Monserrat durante la Guerra Civil. Murió exiliado en México en 1974. Es posible, además, que su versión pasara por las manos de colaboradores de la editorial mexicana, como Augusto Monterroso, Manuel Andújar o Bernardo Giner de los Ríos. "La calidad del resultado fue enorme", dice Sáenz. Él, no obstante, ha contado para su trabajo con la complicidad del propio Günter Grass: "El contacto con el autor es fundamental. No sólo porque puede resolverte dudas, sino porque es impagable pasar siete días en Danzig [actual Gdansk] con Grass recorriendo los escenarios de la novela". ¿Cambia su lectura a la luz de la revelación que hizo el propio Grass en Pelando la cebolla, la primera entrega de sus memorias, de que había sido miembro de las SS al final de la guerra? "No. Muchas cosas autobiográficas ya estaban en El tambor... Lo que pasa es que él nunca las había dicho tan claramente como en las memorias". Con El tambor de hojalata, dice Sáenz, nació la nueva novela germana: "El Grupo 47 demostró que se podía seguir escribiendo en alemán después de Auschwitz. No tanto por el hecho de que la lengua hubiera sido o no corrompida por los nazis, sino porque su fuerza literaria es enorme"

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El tambor de hojalata, 50 años

10.16.2009
Gunter Grass. Fuente: Marcus Brandt/ the guardian

Se celebró en la Feria de Fráncfort los 50 años de la publicación de El Tambor de hojalata de Gunter Grass. Y se hizo de una manera espléndida: El percusionista Gunter Sommer iba tocando un tambor enorme mientras se escuchaban fragmentos especialmente musicales escogidos de la novela. Bonito homenaje.

El Premio Nobel de Literatura Günter Grass celebró su cumpleaños en la Feria del Libro de Fráncfort y conmemoró además los cincuenta años de su novela más famosa, «El tambor de hojalata», en un espectáculo en el que estuvo apoyado por el percusionista Günter «Baby» Sommer. Grass leyó fragmentos de su novela -que se lanzó en la Feria de Fráncfort de 1959 para convertirse de inmediato en un éxito- y una parte de «Mi siglo», en el que recuerda precisamente la aparición de «El tambor» en un año que es considerado como mágico para la literatura alemana de la postguerra. (...) Para la lectura se escogieron pasajes especialmente rítmicos de «El tambor de hojalata» -entre otros, dos poemas que forman parte de la novela- y el ritmo del texto era complementado con el que marcaba Sommer en una batería gigantesca con la que logró, desde el comienzo del acto, crear una atmósfera de misterio y lejanía en torno a la voz de Grass. En las pausas de la lectura, se podía ver como el escritor estaba completamente compenetrado con el ritmo dictado por Sommer y lo seguía moviendo la pierna derecha sobre el escenario. Al final, incluso se pudo tener la impresión de que Grass estaba a punto de empezar a cantar su novela y la frase con la que terminó el espectáculo fue dicha en coro por Grass y por Sommer.

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Traductores españoles

6.08.2009
José Luis López Muñoz, María Teresa Gallego y Miguel Sáenz. Foto: Cristóbal Manuel. Fuente: elpaís

Los traductores son la última rueda del coche en un libro. Eso es un hecho. Ganan poco, nunca se les reconoce cuando lo hacen bien y cuando lo hacen mal son objeto de burla. El diario "El País" reunió a tres de los sacrificados: María Teresa Gallego Urrutia, José Luis López Muñoz y Miguel Sáenz. Confieso que si no fuera porque llenan sus traducciones de españolismos insufribles les tendría más aprecio. Deberían prohibir, por ejemplo, la palabra "guay" en los libros traducidos. En fin, el diario les hizo un par de preguntas. La primera de ellas - ¿Se puede vivir de la traducción literaria?- originó esta metralla de desasosegadas respuestas:

Miguel Sáenz. El 90% de los traductores tiene otro oficio, algo que les obliga a una doble jornada. La traducción literaria no es rentable. Lo bueno es que puedes elegir lo que traduces.
José Luis López Muñoz. Un traductor es como un actor. Cuando tiene prestigio puede rechazar los papeles que no le gustan, pero eso no le garantiza interpretar lo que quiera porque igual nadie se lo ofrece.
M. S. Descubrir algo nuevo es una de las ventajas de este trabajo. Cuando me llegó el manuscrito de Hijos de la medianoche, Salman Rushdie no era nadie. Un caso distinto es La historia interminable. No es una obra maestra, pero tenía cuatro hijos pequeños y me apetecía. Y es el único libro que me ha dado dinero. Salvo excepciones, los editores sienten un desprecio escandaloso por el traductor.
María Teresa Gallego. Hay estudios que demuestran que es ínfimo el coste de una traducción bien pagada en el precio general de un libro. O sea, no pagan mal para ahorrar, sino porque nos desprecian.
M. S. A la mayoría les tiene sin cuidado la traducción. Lo que quieren es que les salga barata. Y las tarifas están bajando.
J. L. L. M. La actitud cambiará cuando los lectores protesten por la calidad de las traducciones. Aquí todo el mundo se queja pero nadie protesta.

P. Pero ustedes están ya consagrados...
M. T. G. Después de 40 años de oficio, soy una privilegiada: me dan buenos libros, no me tocan una coma, me respetan el contrato... Lo que quiero es que ésa sea la pauta para todos los traductores.

P. Pese a las condiciones, el nivel de la traducción en España es alto.
J. L. L. M. Uno traduce porque quiere comunicar algo que ha leído y que le ha gustado mucho.
M. S. Ahí tengo unas actas de la Comisión de Derecho Internacional, que es más fácil de traducir que una novela. Por cada página me pagan seis veces más. Si en un mes puedo ganar lo que en un año... Cuando te viene un encargo así y lo rechazas para traducir a Günter Grass es que estás loco.

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Vargas Llosa contra internet

5.25.2009
¿Será una Olivetti el futuro de la literatura? Fuente: Mundo Anuncio

Y si Gunter Grass sigue escribiendo en una Olivetti, su compañero de ruta literaria (pero no ideológica), Mario Vargas Llosa, sin llegar a ese extremo, también desconfía del futuro cibernético. En Colombia sostuvo que "Internet empobrecerá la literatura":

“Yo creo que la gran amenaza son las máquinas que pueden acabar con el libro. No sabemos qué va a pasar con ese desafío para la literatura que es la pantalla”, señaló el autor de Conversación en La Catedral, La fiesta del chivo, entre otras novelas, a El Tiempo.En la misma entrevista el escritor se preguntó si la Internet “¿aniquilará al libro? ¿Coexistirán?”, y responde que “eso está por decidirse, y muy pronto”. A continuación subrayó que su apuesta “es por que el libro sobreviva” y explicó que “no es que esté en contra de la red, pero si la literatura se hace solo para las pantallas se empobrecerá, porque la pantalla hace que pierda profundidad y riesgo”, afirmó Vargas Llosa.Según el escritor, “la tecnología imprime a la literatura una cierta superficialidad”, aunque reconoce que “la correspondencia se había acabado casi y ahora con Internet resucitó, pero es una caricatura de lo anterior, que se hacía con gran cuidado”, enfatizó. El papel, matizó, “infunde un respeto casi religioso al escritor”, por cuanto, agregó, “en la pantalla se escribe informalmente, no infunde respeto”, pues “uno se queda pasmado de la indigencia gramatical de los textos hechos para Internet”. La pantalla, enfatizó, “incita al facilismo, a la frivolidad y el rigor desaparece”.

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Grass más autobiográfico

Gunter Grass unfinished. Fuente: wagonized

La autobiografía de Gunter Grass Pelando la cebolla llegó con enorme escándalo dada su confesión de haber pertenecido, cuando adolescente, a las tristemente célebres SS. La segunda parte de su autobiografía no llegan con ese escándalo pero tampoco pasarán desapercibida. Su título en alemán: Die Box: La caja. Parten desde 1956, donde nos dejó instalados la primera parte.

Ahora, Grass sentó a sus ocho hijos (de cuatro matrimonios) en una mesa, en diversas sesiones, les puso un grabador para que hablen de su vida-infancia y se fue. Pero, igual, es el centro. Lo que resulta es un relato en el que el padre pretende verse a sí mismo a partir de los testimonios de sus hijos. Hijos "desestructurados", que han vivido separados, con continuos cambios de casas, a merced del patriarca egoísta. Grass, que lleva años instalado en la autobiografía sin escribir unas verdaderas memorias sino tejiendo una mezcla de recuerdos y ficción, ofrece en Die Box una nueva entrega de eso. No hay allí un fresco de la vida alemana entre los sesenta y los noventa, como se dijo en algún momento, sino que las referencias al exterior son meras pinceladas. Tampoco hay un diálogo entre hermanos con un hilo argumental que sostenga un sólido retrato íntimo.

Sin embargo, lo que más me llamó la atención de la nota es la confesión de Grass de que no escribe en computadora, sigue usando su Olivetti. Asu.

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Gunter Grass poeta

3.10.2009
Gunter Grass. Fuente: el mundo

Mientras todo el mundo se le iba encima, luego de su confesión en las memorias de haber pertenecido a la SS durante su adolescencia, Gunter Grass se dedicó a escribir poesía. El título del poemario es Payaso de agosto y llega a España gracias a la editorial Bartleby. En "El Cultural" publican una entrevista al narrador convertido (brevemente quizá) en poeta:

¿Por qué llegó a identificarse con la figura del payaso en mitad del escándalo?
El payaso de agosto del que yo hablo es el payaso del circo, del que la gente se ríe, y así es como me sentía cuando los mediocres trataban de ridiculizarme. Lo de agosto lo escojo porque fue en ese mes, en el año 2006, cuando unos pocos periódicos empezaron el estúpido y extremadamente ofensivo debate en torno a mi libro biográfico Pelando la cebolla.

¿Fueron la tristeza y la rabia los que le empujaron a escribir estos poemas?
Tristeza y rabia, sí, pero también sorpresa y estupor. Yo había escrito un libro auténtico y sincero, incluso alegre en algunas partes, sobre mi juventud, y sobre algunas de las penurias vividas en aquella época, compartidas con muchos alemanes de mi generación. Y luego me encontré con que muchos periodistas interpretaron aquel libro con criterios arbitrarios y marcados por una presunta superioridad moral. Lo cierto es que sólo se fijaron en una única página de él, o en dos o tres frases sueltas. Cuando hablaban de Pelando la cebolla resultaba obvio que no la habían leído.

(...)
¿Se ha llegado a arrepentir en alguna ocasión de haber pelado la cebolla hasta su epicentro más escabroso?
No, nunca, en ningún momento. Y, por favor, no olvide que Pelando la cebolla es un libro autobiográfico que va desde mis años de juventud hasta el momento en que publiqué, hace 50 años, mi primera novela, El tambor de hojalata. No es, por tanto, una reflexión centrada únicamente en los cuatro meses de mi involuntaria incorporación a las Waffen-SS. A la postre, la reacción de los lectores me dio confianza y terminó por animarme.

¿Ha logrado recuperar la paz? ¿O el rumor de la controversia todavía resuena en su conciencia?
La polémica me conmocionó durante un cierto tiempo, porque yo ya había manifestado, abiertamente, en artículos y libros, que me arrepentía de haber creído cuando era sólo un jovenzuelo en Hitler y en el nacionalismo, y de haber sido escéptico sobre lo publicado tras la guerra en torno a los crímenes cometidos por Alemania. Después, pasado un tiempo, me ayudó ver cómo los medios y el público de otros países reaccionaron respecto a Pelando la cebolla, como en Polonia, España y Estados Unidos. Muchos escritores me apoyaron. Y escribir los poemas de Payaso de agosto también me ayudó mucho. De ese modo pude recobrar la paz y la calma necesaria para empezar a escribir de nuevo ensayos, así como una nueva entrega autobiográfica (La cámara oscura), publicada hace unos meses en Alemania.

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Rushdie no cree en las adaptaciones

3.02.2009
Escena de Slumdog Millonaire. Fuente: the guardian

Salman Rushdie no está nada feliz con el Oscar a Slumdog Millionaire, la adaptación de Danny Boyle de la novela Q&A de Vikas Swarup. Al hablar de las adaptaciones literarias en el cine, y su complejidad, dice en una columna en The Guardian:


What can one say about Slumdog Millionaire, adapted from the novel Q&A by the Indian diplomat Vikas Swarup and directed by Danny Boyle and Loveleen Tandan, which won eight Oscars, including best picture? A feelgood movie about the dreadful Bombay slums, an opulently photographed movie about extreme poverty, a romantic, Bollywoodised look at the harsh, unromantic underbelly of India - well - it feels good, right? And, just to clinch it, there's a nifty Bollywood dance sequence at the end. (Actually, it's an amazingly second-rate dance sequence even by Bollywood's standards, but never mind.) It's probably pointless to go up against such a popular film, but let me try. The problems begin with the work being adapted. Swarup's novel is a corny potboiler, with a plot that defies belief: a boy from the slums somehow manages to get on to the hit Indian version of Who Wants to Be a Millionaire and answers all his questions correctly because the random accidents of his life have, in a series of outrageous coincidences, given him the information he needs, and are conveniently asked in the order that allows his flashbacks to occur in chronological sequence. This is a patently ridiculous conceit, the kind of fantasy writing that gives fantasy writing a bad name. It is a plot device faithfully preserved by the film-makers, and lies at the heart of the weirdly renamed Slumdog Millionaire. As a result the film, too, beggars belief. It used to be the case that western movies about India were about blonde women arriving there to find, almost at once, a maharajah to fall in love with, the supply of such maharajahs being apparently endless and specially provided for English or American blondes; or they were about European women accusing non-maharajah Indians of rape, perhaps because they were so indignant at having being approached by a non-maharajah; or they were about dashing white men galloping about the colonies firing pistols and unsheathing sabres, to varying effect. Now that sort of exoticism has lost its appeal; people want, instead, enough grit and violence to convince themselves that what they are seeing is authentic; but it's still tourism. If the earlier films were raj tourism, maharajah-tourism, then we, today, have slum tourism instead. In an interview conducted at the Telluride film festival last autumn, Boyle, when asked why he had chosen a project so different from his usual material, answered that he had never been to India and knew nothing about it, so he thought this project was a great opportunity. Listening to him, I imagined an Indian film director making a movie about New York low-life and saying that he had done so because he knew nothing about New York and had indeed never been there. He would have been torn limb from limb by critical opinion. But for a first world director to say that about the third world is considered praiseworthy, an indication of his artistic daring. The double standards of post-colonial attitudes have not yet wholly faded away.

Pero se equivocan las notas de prensa al comentar esta columna, como si fuera un simple ataque a Boyle y a la novela de Swarup. Lo cierto es que la columna de Rushdie es muy interesante, llena de ejemplos de adaptaciones erradas y de grandes logros en la unión cine-literatura. No es la de Swarup, por cierto, la única adaptación que estuvo tentando al Oscar. También El extraño caso de Benjamin Button lo es, a partir de un cuento de Francis Scott Fitzgerald. Sobre esta película y su cuento que le precede, dice Rushdie:


In 1921, F Scott Fitzgerald wrote an odd little story called "The Curious Case of Benjamin Button", about the birth, to "young Mr and Mrs Roger Button", of a male baby who is born as a 70-year-old man and who then lives backwards, getting younger all the time, until at the end of his life, baby-sized and shrinking slowly in his white crib, he is sucked away into nothingness. In 2008, this little squib of a tale was turned by Brad Pitt and the director David Fincher into a $200m film. However, the difference between the story and the movie is unusually great. In Fitzgerald's story, Benjamin is born as a full-sized septuagenarian male. It is never explained how Mrs Button managed to give birth to such a large baby without being torn in half. Indeed, Mrs Button never gets a look-in. In the story, Benjamin's life is lived largely in the private sphere, apart from an excursion to fight in the Spanish-American war, while in the movie he becomes involved in so many of the public events of his time that the picture might almost have been called Zelig in Reverse, or perhaps Forrest Gump Goes Backwards. (The screenwriter of Forrest Gump, Eric Roth, who adapted that screenplay from the novel by Winston Groom, is also responsible for Benjamin Button Perhaps the biggest difference between the two works is that, other than sharing the idea of a man who lives backwards in time, their stories are entirely different; the film is not really an adaptation of the book, but almost entirely Roth's creation. And while Roth and Fincher's film is essentially a bravura special-effects performance helped by two fine acting performances, by Pitt and Cate Blanchett, it doesn't finally have anything in particular to say. Fitzgerald's story is at least a comedy of snobbery and embarrassment which, while maintaining a deliberately frothy and light tone, enjoyably satirises the social attitudes of late 19th and early 20th-century Baltimore.

También menciona las terribles adaptaciones de los libros de Gabriel García Márquez (uno de los escritores favoritos de Rushdie) y la que considera algunas excepciones a la norma de las terribles adaptaciones: Volker Schlöndorff y su película sobre El tambor de hojalata de Gunter Grass o los hermanos Coen adaptando a Cormac McCarthy:

The films of García Márquez's masterpieces, in particular, are travesties, replacing the writer's imaginative precision with a lazy exoticism that betrays the originals profoundly without even knowing it is doing so. However, Schlöndorff's Tin Drum stands as a magnificent exception with, at its heart, the electric performance of David Bennent as Oskar Matzerath, the Peter Pan among the million lost boys and murderous pirates of Nazi Germany: little, stunted Oskar, the other boy in classic literature who never grew up. I've tried to find more films that disprove the British producer's dictum, and could add, for example, the Coen brothers' No Country for Old Men, a film that succeeds by keeping very close, scene by scene, line of dialogue by line of dialogue, to Cormac McCarthy's novel, and There Will Be Blood, which succeeds by the opposite method, making a free, loose and largely successful adaptation of Upton Sinclair's novel Oil!; but the failures are so much more frequent than the successes.

En fin, el artículo es muy extenso pero vale la pena leerlo todo y varias veces. Un gusto para los cinéfilos y los literatos. No se pierdan las anécdotas sobre la propia experiencia de Rushdie con las adaptaciones en el cine o el teatro.

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Grass en Francfort

10.19.2008
Gunter Grass. Fuente: revista eñe

La Feria del Libro de Francfort es la estrella literaria de estas semanas. Hasta ahí llegó Gunter Grass para presentar su nuevo libro La caja. Liberado de las críticas por su pasado en la SS, Grass arremetió ahora contra la crisis financiera e hizo un llamado a los escritores jóvenes para que se involucren cada vez más en la política mundial:
"Hay que pasarle la factura a los banqueros. Los ciudadanos normales, que pagan sus impuestos, no tienen por qué asumir toda la carga de la crisis", agregó Grass, al ser interrogado sobre los planes de los distintos gobiernos para hacer frente a la crisis.Así mismo, el novelista alemán atacó a los políticos y a los medios de comunicación, a los que achacó su hipocresía, por haber predicado durante años el credo neoliberal y estar ahora pidiendo la salvación del estado."Nunca antes había habido una hipocresía tan unánime. Durante años defendieron ese cuento del neoliberalismo y hoy las mismas personas lo primero que hacen es pedir la intervención del Estado para salvar a los bancos", dijo el escritor.

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Grass detrás de escena

8.26.2008
Gunter Grass. Fuente: olganza.com

Todos recuerdan el cuento "Las babas del diablo" de Julio Cortázar, aunque quizá sea sobre todo por la estupenda (aunque una amiga mía la detesta) versión titulada Blow-up que hizo sobre ella Michelangelo Antonioni. Pues Gunter Grass recuerda la película (y probablemente también el cuento) y ha decidido usar el mismo recurso para escribir la segunda parte de su autobiografía (no tan polémica como Pelando la cebolla, la primera parte) en el que el juego de ficción-realidad es más complejo. La espero con ansias:
El Premio Nobel de Literatura Günter Grass se ha dedicado en su nuevo libro, Die Box (La caja), a contar ante todo historias de familia (...) La tentación de ver en Die Box una continuación de Pelando la cebolla -libro que generó un escándalo por la revelación de que Grass había sido miembro de las SS- es evidente, al igual que la de ver la obra como una autobiografía. El personaje central es un escritor cuyas obras tienen los mismos nombres que las obras de Grass. Sus hijos, que son los que van contando la historia, tienen otros nombres distintos a los reales, pero coinciden en el número y en la profesiones. Sin embargo, hay un elemento fantástico que desbarata la idea de que la obra es una mera autobiografía: una cámara fotográfica -la box- que, como lo explica un personaje, ve cosas que no están ahí, cosas que ocurrieron antes o que ocurrirán más tarde o deseos de los personajes fotografiados. Es inevitable pensar en dos cuentos de Cortázar: El apocalipsis de Solentiname y, sobre todo, Las babas del diablo, texto del que partió el italiano Michelangelo Antonioni para rodar su película Blow up. En ambos relatos, la cámara de un fotógrafo descubre verdades horribles que no se ven con la mirada natural. En un caso porque ve de manera más honda y en otro debido a que, como la box del libro de Grass, es profética. El libro está dedicado a la fotógrafa Maria Rama -muerta en 1977-, presunta propietaria de la cámara mágica y a quien Grass pone en su boca una explicación de las particularidades del aparato. La cámara, explica, se volvió loca durante la guerra al ser la única superviviente de un taller de fotografía después de un bombardeo. Una posible lectura del libro -que habría que calificar con novela autobiográfica o, mejor, como autobiografía fantástica- podría concentrarse en las historias de los dos matrimonios de Grass y de algún otro amorío, y en la forma como vieron todo ello sus ocho hijos
Y como nadie está conforme, algunos medios, como el diario Die Welt o la revista Der Spiegel, han mostrado cierta decepción porque, a diferencia de lo que ocurría con Pelando la cebolla, en esta ocasión todo haya quedado en un plano doméstico y no haya escándalos que explotar. Nunca se darán satisfechos los periodistas si no les mandan carne cruda.

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¿Estado Ibérico Federal?

11.22.2007
Cristiano Ronaldo jugaría para España, es decir para el estado Ibérico federal. Como para pensarlo, ¿no?. Fuente: muy merengue

Hace un tiempo, José Saramago lanzó la propuesta de unir Portugal y España en un solo estado, que sería el Estado Ibérico Federal, con el fin de tener más presencia dentro de Europa. Obviamente, han salido críticos y defensores. Entre estos últimos, el alemán Gunter Grass ha sido claro al decir que "Tal vez no sea realizable, pero debería pensarse en ello". Y si se trata de pensar, de sólo pensar, yo digo: ¡Se imagina el equipazo de fútbol que se armaría de un combinado portugués/español!... Como para pensarlo.

Dice la nota: "El alemán Günter Grass, premio Nobel de Literatura, cree que un hipotético Estado ibérico federal integrado por España y Portugal tendría mayor peso en Europa, en una entrevista que publica hoy el semanario Expresso. "Tal vez no sea realizable, pero debería pensarse en ello", señaló el autor de El tambor de hojalata. Grass se refirió así al comentario de hace meses del premio Nobel de Literatura luso José Saramago de una posible integración de España y Portugal para crear un estado ibérico. Sostuvo que la propuesta del escritor portugués es interesante y que le gusta la actitud de Saramago de decir cosas que pueden resultar incómodas. Por otro lado, apuntó que Europa no sobrevivirá sin inmigración y que este continente no puede convertirse en una fortaleza. "No debería tenerse tanto miedo de eso: todas las grandes culturas surgieron a partir de formas de mestizaje", apuntó el escritor. Grass dijo en ese sentido que la península Ibérica es una buena muestra, al tratarse de un espacio geográfico "donde la influencia de la cultura morisca generó cosas grandiosas". "El romance picaresco, que me inspira, es un producto típico del mestizaje", destacó.

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Ilsebill salzte nach

11.07.2007
Gunter Grass y el rodaballo. Fuente: wdr.de

Soy fanáticos de los comienzos literarios, es decir de las primeras frases. Para mí, las mejores son las inolvidables. El comienzo de Anna Karennina en primer lugar, sin duda, y aquel comienzo preciso de Moby Dick: "Llámenme Ismael". El sueño intranquilo de Kafka y el acostarse temprano de Proust. Y por supuesto, la hermosísima e inteligente frase con que empieza Lolita. La clave de la novela está en esa frase. A los alemanes, al parecer, también le gustan los comienzos. Pero han elegido uno bastante feo como "el más lindo": "Ilsebill salzte nach (Ilsebill volvió a salar)”. Así empieza El Rodaballo de Gunter Grass. Lo alucinante es la cifra de posibilidades para votar: eran 17 mil propuestas.

Dice la nota: "El escritor Günter Grass escribió en su libro El Rodaballo el “comienzo más lindo de la literatura alemana”, según estableció una votación masiva entre lectores en Alemania. En segundo lugar quedó Franz Kafka con el comienzo de su obra La metamorfosis, anunció hoy el jurado del concurso. El libro del Premio Nobel de Literatura Grass empieza con una frase de apenas tres palabras: “Ilsebill salzte nach (Ilsebill volvió a salar)”, a la que le siguen 700 páginas sobre temas culinarios y, sobre todo, de la historia y la cultura mundial. Fue escogida por un jurado de expertos del concurso convocado por la Fundación Lectura y la Iniciativa del Idioma Alemán, para buscar la frase más bonita al comienzo de un libro. En el concurso se hicieron unas 17 mil propuestas diferentes y la del comienzo de El Rodaballo fue presentada por un lector residente en Viena, Austria".

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La literatura alemana y el nazismo

11.04.2007
Recordatorios nazis depositados por los fascistas letones en la manifestación en Riga. Fuente: voltairenet.com

En el ADN Cultura destaca nítidamente el artículo de Lionel Richard dedicado a la mala conciencia de los escritores alemanes de la post-guerra y su necesidad de airear los temas del nazismo y expiar culpas propias o históricas. Se habla por lo menos de tres generaciones de escritores que surgen después de la guerra: la primera, mucha de los cuales está conformada por ex soldados y cuentas sus experiencias; la llamada Generación del 47 en la que brilla con luz propia Gunther Grass; y una tercera generación en la que esos temas "pueden tratarse sin complejos, aprovechando todos los registros convencionales, hasta los más eficaces comercialmente". Además, comentan las reflexiones de Martin Walser en 1999 en torno al tema. La pregunta es: ¿Realmente es el nazismo un tema del pasado como dice Walser?

Dice la nota: "Basta del "mazazo moral" contra los crímenes nazis, basta de "la instrumentalización de la memoria de Auschwitz", declara Martin Walser en Frankfurt en 1999, al recibir el premio de la Paz que le otorga la unión de libreros. ¿Por qué ese arrebato de cólera, percibido como una provocación por una parte de los asistentes, especialmente por los representantes de la comunidad judía? Acaso se sintió ofuscado por los reproches contra su novela autobiográfica reciente Una fuente inagotable. Para relatar una infancia en la Alemania nazi, se basó exclusivamente en la visión y los afectos de su personaje exclusivamente durante la época en la que los vivió, sin alterarlos con los inventarios de la memoria supuestamente colectiva. En suma, tuvo la audacia de ofrecer un relato marcado por el sello de la inocencia, sugiriendo que un niño, aunque sin ser completamente ignorante de las crueldades que lo rodeaban, también podía ser feliz bajo el dominio nazi. Esta especie de lavado y blanqueado no careció de discípulos. Se instauró una moda, la de las "novelas familiares". El nazismo, cuando es evocado, pasa ser en el mejor de los casos, un decorado. Sin embargo, esto no es una regla. Con la llegada del siglo XXI, los nietos de los actores y los testigos, conscientes del rechazo del pasado que los rodea, replantean las acusaciones. También en su famoso discurso, Martin Walser condenó la complacencia en la "vergüenza nacional" alimentada, según él, por la prensa y la televisión. Pero la idea de "vergüenza", si se toma en cuenta lo que explica Emmanuel Levinas, ¿no es acaso algo ya diferente del sentimiento de culpa? En la "vergüenza" que en este caso nos invade, lo que nos tortura, según ese filósofo, es la inexorable exigencia de identificarnos con un ser, el nuestro "que ya no es extraño y del que ya no podemos comprender sus razones para la acción". Dicho de otro modo: reconocemos nuestra culpabilidad pero ya no estamos más en la situación que nos llevó a ella, se ha alejado de nosotros y sólo podemos considerarla desde cierta distancia. La tercera generación de autores alemanes de post-guerra, en este aspecto, parecer dar a la vez la razón y una desmentida a Martin Walser. Le da la razón porque la mayoría de ellos han descartado la obligación que sentían sus predecesores de impedir que se instalara un manto de silencio, de instar a los alemanes a machacar una y otra vez, ritualmente, sobre su culpa. Y lo desmienten porque muchos de sus integrantes conservan las peripecias del dominio nazi en su presente, en su búsqueda de identidad por medio de la escritura. A veces las expresan superficialmente, de manera evasiva, falaz, como si jugaran con un tiempo muerto. "Comerciantes del recuerdo", los ha calificado su colega Georg Klein, que practica una áspera ironía. Con todo, si el grado cero de la historia está al alcance de la vista, todavía no lo hemos alcanzado.

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La ama de llaves de Grass

10.18.2007
Carátula de libro sobre Grass. Fuente: hqmedia

Fünf Grass'sche Jahreszeiten es el título en alemán que ha escrito Margarethe Amelung sobre Gunter Grass. Un libro más en la extensa bibliografía del autor, ciertamente, pero no un libro cualquiera. Esta vez se trata de las memorias de la nana de Grass, una chica que entró a trabajar a los 16 años a la casa de los Grass y que lo ha seguido a lo largo de su vida. Describe ahí su vida sin muebles y sin colomural (¿?), su enorme apetito y la anécdota definitiva que confirma que Grass detesta pelar cebollas. La nota en The Guardian.

Dice la nota: "Margarethe Amelung has written her own literary tribute to her former employer based on the time she spent in his service in the 1960s. Called Five Grass Seasons, Ms Amelung paints a detailed picture of the daily life of the Grass family, who lived in the leafy southern Berlin district of Friedenau. She recalls her surprise at the bohemian way in which they lived: "No wallpaper, no carpets, no tablecloths." She also talks of the amount of meat that Grass, a Nobel prize winner and author of novels such as The Tin Drum, regularly consumed. "I think his love of meat kept his hair from going completely grey," she told Der Tagesspiegel. Ms Amelung, the daughter of a protestant minister from Osnabrück, was taken on at the age of 16 shortly before the birth of Günter and his first wife Anna's fourth child. She had answered an advert in the magazine Christ and the World asking for someone to "peel the onions" for 220 deutschmarks a month. The irony of the request is not lost on Grass aficionados. His last book was called Peeling the Onion, in which he revealed his membership of the Waffen SS in Nazi Germany. Ms Amelung's seemingly mundane domestic reflections, based on her diaries and letters home, are being seen by the publishing world as a welcome antidote to the admissions that shocked his fans around the world".

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Grass, 80 años

10.15.2007
Gunter Grass. Fuente: noticiasliterarias

El extremo opuesto al pesimismo de Delibes viene de Alemania. El premio Nobel Günter Grass ha cumplido 80 años, y lo ha hecho con una amenaza: "No se van a deshacer de mí tan rápido". La nota del cumpleañero se reproduce en todo el mundo. Yo se las dejo del ADN.es.

Dice la nota: "(...) la editorial Steidl acaba de publicar una edición de las Obras Completas de Grass (nacido en Danzig, ahora Gdansk, el 16 de octubre de 1927) en un estuche en el que dejó un espacio para el libro o los libros que están por venir. "Ahora, mi principal objetivo es sobrevivir a las celebraciones de mi cumpleaños, pero luego me concentraré en llenar el espacio que me ha dejado Gerhard Steidl en el estuche", dijo Grass, el día de la presentación de las Obras Completas, en presencia de su editor. Haré que mi esquela no aparezca en el Frankfurter Allgemeine sino en el Frankfurter Rundschau "Mi idea es seguir fastidiando por un tiempo y, cuando ya no haya remedio, haré que mi esquela no aparezca en el Frankfurter Allgemeine sino en el Frankfurter Rundschau", agregó con el acostumbrado tono provocador que ha atravesado cinco décadas de apariciones públicas. El Frankfurter Allgemeine fue el diario que levantó la polémica sobre su pertenencia a las SS al final de la guerra, aún antes de que apareciesen las memorias, y, según Grass, hizo que la discusión en Alemania en un primer momento se diese al margen del libro y pasando por encima de esto."

Cuando se le pregunta si aún escribe, dijo: "Claro que sigo escribiendo, ochenta años no son nada. No se van a deshacer de mí tan rápido".

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Gunter Grass

10.04.2007
Gunter Grass, pronto cumple 80. Fuente: Milenio

Y siguien la pista de otros Premios Nobel de Literatura, tenemos al alemán Gunter Grass quien prontó recibirá un homenaje en la ciudad polaca de Gdansk, donde nació, celebrando sus 80 años. Expondrán entonces algunas acuarelas suyas. Pero quizá eso no sea suficiente para hacer sentir feliz a Grass, quien desde la publicación de sus memorias Pelando a la cebolla -que incluyen la confesión de juventud nazi- ha visto su popularidad mermada en Alemania. Sus quejas las reproduce el diario mexicano "Milenio".

Dice la nota: "El Premio Nobel de Literatura de 1999, el alemán Günter Grass, se quejó en una entrevista publicada hoy en un diario alemán de que su obra no es objeto de suficiente reconocimiento en su propio país. “En el exterior me tratan como ya casi no me ocurre en Alemania. Se respeta mi obra, surgida en cinco, seis décadas, sin tener en cuenta lo que se piense de mi persona o postura”, dijo el literato al diario “Frankfurter Rundschau”. Grass sostuvo que en Estados Unidos, tanto los críticos como los lectores dispensaron un trato más justo que en Alemania a la autobiografía “Pelando la cebolla”, en la que confesó haber formado parte de muy joven de las unidades nazis SS. En Estados Unidos “se parte de lo que el autor quería conseguir y se examina si efectivamente lo consiguió″, prosiguió Grass. “En la crítica literaria alemana, por el contrario, está en primer lugar lo que el crítico espera del autor”.

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Irving sobre Grass

8.12.2007
Gunter Grass. Fuente: blog20minutos

Las memorias de Gunther Grass, Pelando la cebolla, que aún no llegan al Perú, no han sido leídas objetivamente por culpa de la confesión que ahí se hace sobre el pasado adolescente nazi de Grass. Todos los medios han querido tomar una posición frente a eso. Por eso es interesante leer la reseña que John Irving hace de la autobiografía, traducida para el suplemento Ñ. Una lectura literaria, al fin.

Dice: "No conozco a nadie que después de haber leído Pelando la cebolla quiera que Grass devuelva el Nobel. La autobiografía es tan buena como las mejores novelas de Grass, y tiene una frase inicial que explica algo que, en sus trabajos anteriores, los lectores podrían haber tomado por un recurso estilístico, tal como me pasó a mí. "Hoy, como en años pasados, la tentación de camuflarse en la tercera persona sigue siendo muy grande: Tenía casi doce años, pero le seguía gustando sentarse en la falda de su madre..." Grass establece desde el primer momento que "la memoria es como una cebolla". También afirma: "Mi breve inscripción reza: Guardé silencio". Grass admite que en su infancia y adolescencia tenía un objeto de culto. "Los noticieros: era presa fácil de la 'verdad' dulcificada en blanco y negro que nos proporcionaban". La autobiografía es una confesión dolorosa. "Una y otra vez, autor y libro me recuerdan qué poco entendía en mi juventud y qué limitado es el efecto que puede tener la literatura". Danzig quedó reducida a escombros sobre el fin de la guerra, y los primeros capítulos del libro se concentran en "el muchacho que abandonó la ciudad cuando sus torres y fachadas seguían intactas".

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Novedades en Francia

7.03.2007
Detalle del libro de Olivier Adam, con carátula ideal para leer en el verano francés. Fuente: France3

Las librerías de Francia tendrán mucho trabajo este verano. Como se sabe, el verano europeo es la época en la que aparecen la mayor cantidad de novedades literarias porque se especula que en esa temporada, que usualmente se usan de vacaciones, se tiene más tiempo libre y ganas de leer bajo cualquier cocotero, sombrilla o en el tren (o avión para los que viajan más lejos) que los conduce a los lugares paradisiacos. Pero la cantidad de libros que se anuncian para este verano en Francia realmente es el colmo: 727 novelas, ni más ni menos, 493 novelas francesas y 234 extranjeras. La noticia en France.3

Se adelantó al verano Frédéric Beigbeder quien publicó Au secours, pardon, secuela de su novela más famosa 99 francos.

Entre las novedades, en francés destacan: Yasmina Reza ("L'aube, le soir ou la nuit"), Amélie Nothomb ("Ni d'Eve, ni d'Adam"), Olivier Adam ("A l'abri de rien"), Jakuta Alikavazovic, ("Corps volatils"), Claude Pujade-Renaud ("Le désert de la grâce"). Entre las traducciones tendrán la biografía de Hitler por Norman Mailer ("Un château en forêt"), Colum McCann ("Zoli"), la autobiografía de Günter Grass ("Pelure d'oignon") y un inédito de Philip K. Dick ("Les voix de l'asphalte"). También Jonathan Franzen ("La zone d'inconfort") y Michael Ondaatje ("Divisadero").

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Juicio en NY

6.27.2007
El largo e interminable mea culpa de Gunter Grass. Fuente: nazsemiasto.wp.pl

Invitado por una asociación de jóvenes judíos en Nueva York, Gunther Grass decidió no hacer una presentación típica la traducción al inglés de sus memorias Pelando la cebolla y decidió hacerlo de manera particular: exponiéndose al juicio sumario de un joven judío norteamericano por haber pertenecido a las tropas nazis en su adolescencia, y un auditorio abarrotado de posibles descendientes de víctimas del Holocausto. La nota es del diario ABC:

La nota detalla: “El escritor alemán entonó el mea culpa con profusión: invocó una y otra vez la «estupidez» de su juventud, el ingenuo apetito de heroísmo de un adolescente que despreciaba a su padre por mantenerse en la vida civil, y que se presentó voluntario para montar en submarino, no para llevar el uniforme de las SS. Un «loco James Dean» alemán que odiaba a sus mayores por haber perdido la primera Guerra Mundial y quería ganar la Segunda con tanta fuerza como ansiaba irse de casa e iniciarse sexualmente. Un alma de nitroglicerina que estallaba al choque de la exaltación patriótica y creía que el Holocausto era propaganda enemiga.”

Por cierto, este diálogo no tiene pierde: “«Se aprende mucho después de perder una guerra, ya veréis», vaticinó el alemán. Sus críticas a la guerra de Irak le valieron los primeros aplausos de la noche. «No me imagino a los Estados Unidos aprendiendo de una derrota», se quejó [su fiscal ficticio] Elon. «Lleva más tiempo del que parece», le animó Grass".

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Fo memorias

6.17.2007
El premio Nobel 1997, Darío Fo, y sus memorias. Fuente: Página12

El premio Nobel italiano Darío Fo ha publicado un libro del género memoria-conversación (en colaboración con la periodista Giuseppina Manin), llamado El mundo según Fo, donde cuenta hechos resaltantes de su vida y sus opiniones. En medio de un almuerzo en su casa de Milan, con spaghettis en salsa de carne (sacrificios del gremio periodístico), Laura Lucchini entrevista al autor.

Darío Fo habla de su proyecto a futuro: "Estoy a punto de publicar un nuevo libro acerca de Jesucristo y su relación con las mujeres. Arranca del hecho de haber intuido que Jesús mostraba una atención particular hacia las mujeres. En el Evangelio él las trata con cariño y cuidado, con un amor muy particular que nunca demuestra hacia sus discípulos. Es más, me di cuenta a través del análisis de los evangelios apócrifos que hubo un trabajo de censura, durante siglos, para minimizar la aportación de las mujeres al movimiento de Jesús. Cuando llega el final, el gran final, son las mujeres las únicas que se quedan al lado de Jesús, mientras todos los demás se fueron. Pero sabemos que cuando Jesucristo renace, lo hace delante de las mujeres y dice: “He resurgido, vayan donde los apóstoles y prepárenlos, yo llegaré después porque ya sé que cuando vayan no les creerán”. El tenía la intuición de que puedes apoyarte en la mujer, mientras que los hombres cambian fácilmente."

También menciona a otro Nobel, Gunter Grass, y la polémica por la confesión del pasado nazi en sus memorias: " Nuestras experiencias son muy distintas, pero yo creo que la historia de Günter Grass no fue contada con todos los matices necesarios. Llegó así, de sorpresa, como una especie de descargo de conciencia que sinceramente no me queda muy claro. Es una historia que no logro entender muy bien, así que no puedo emitir ningún juicio porque me confunde."

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