MOLESKINE ® LITERARIO

Notas al vuelo en cuaderno Moleskine® .

Muller, medalla de plata

3.02.2010
Herta Muller. Fuente: elestablodepegaso

En Radar Libros Juan Pablo Bertazza deja su opinión sobre la Premio Nóbel rumana Herta Muller, a raíz de la reedición de dos libros suyos por Siruela. La sitúa en el medio, medalla de plata, en el podio de las Premios Nobel mujeres de los últimos años (Elfriede Jelineke y Doris Lessing) pero, aún así, decepcionante. Dice la reseña:

[...] el libro en que se puede ver en estado puro el estilo Müller es En tierras bajas, un pequeño tablero en el que aparecen distribuidas las distintas piezas de un puzzle: la brevedad y contundencia de cada oración es inversamente proporcional a la apertura semántica que genera su intrínseco valor poético, a tal punto que muchas de estas frases (o piezas) podrían juntarse en un poema: “En la estación, los parientes avanzaban junto al tren humeante./ Una mujer joven salía de la estación con un niño de aspecto inexpresivo./ La mujer tenía una joroba/ El tren iba a la guerra/ Apagué el televisor”. Como si delegara al lector la tarea de ordenar la historia, el primer relato de este libro, “La oración fúnebre”, termina, de alguna forma, con el comienzo: “Era un sábado por la mañana, a las seis y media”. El tema central de este libro es la región de Banato, una aldea que es tierra de nadie porque cada uno de sus habitantes es intercambiable, al menos desde la perspectiva de la narradora, una niña cuya abuela la amenaza con arrancarle las orejas y cuya madre le pega cuando se pone a llorar para darle un buen motivo para hacerlo. Afortunadamente, la nena se distrae jugando con su compañerito Wendel a pelearse por borracho, por no traer dinero a casa, y decirle cerdo, vagabundo, inútil y putañero. El hombre es un gran faisán en el mundo, por su parte, juega también con una frase según la cual los rumanos al decir “he vuelto a ser un faisán” –ave rastrera– quieren decir que han vuelto a fracasar. Es así que este libro cuenta la historia de una familia que espera la oportunidad del exilio como única vía de escape mientras su vida pasa por el desagüe. Hasta próximo aviso de nuevas ediciones locales, la literatura de Müller parece interesante y elaborada, aunque algo aburrida y árida. Una escritora que, en el podio femenino del Nobel de los últimos años, está mucho más arriba que Elfriede Jelinek y mucho más abajo que Doris Lessing.

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Soledad Puertolas: "somos invisibles"

1.28.2010
Soledad Puertolas. Foto: uly martin. Fuente: elpaís

Soledad Puertolas ha hecho, sin aspavientos ni exhibicionismo, una de las obras narrativas más sólidas de la literatura castellana. Como tiene un look medio diva freak, medio neurótica, a lo Herta Muller, Clarice Lispector, Iris Murdoch, Amelie Nothomb, Elfriede Jelinek (el modelo Virginia Woolf, digamos), la olvidan incluso las mismas escritoras que defienden la literatura escrita por mujeres. Pero vale la pena leerla. Está a punto de publicar en Anagrama un nuevo libro de cuentos y de asumir un puesto en la RAE. Mientras tanto, juega con sus perras Coti y Lura. Así nomás es. Dice la nota en El País:

Me fascinan los secundarios y la idea de que acaben siendo los principales en algún momento". De eso trata también su nuevo libro, Compañeras de viaje (Anagrama), un conjunto de relatos que llegará a las librerías en un par de semanas. "La protagonista de todos", explica la escritora, "es una mujer que viaja acompañando a otra persona. Es casi un prototipo: alguien que acompaña y cuando llegan al destino del viaje no tiene nada que hacer". [...] Ana María Matute suele decir que muchas veces se trata a las escritoras como a las hermanas pequeñas de la literatura. Soledad Puértolas va más allá: "Más que pequeñas yo diría que a veces somos invisibles. O no te ven o destacan que eres una mujer. ¿Es eso una categoría literaria?". ¿Lo es? He ahí la cuarta pregunta de manual: ¿Existe una escritura femenina? "Siempre contesto con otra pregunta. Pensemos en cuántos hombres distintos hay. ¿Vamos a imaginar que las mujeres son todas iguales? Analizar un libro desde el punto de vista del género es como hacerlo desde el punto de vista de nacer en Zaragoza o en Mérida. ¿Hay un rasgo específicamente emeritense en la literatura?". Si la literatura no tiene sexo, ¿lo tiene la lengua?, ¿es sexista la gramática?, ¿aspira Soledad Puértolas a ser nueva "miembra" de la RAE? "La lengua es muy maleable, se pone a nuestro servicio", responde. "Ahora tenemos la sensibilidad muy exacerbada porque la igualdad no progresa del todo en la sociedad: vemos maltrato, discriminación salarial... La tentación es agarrarse a lo visible, pero lo importante es cambiar la realidad. ¿Cómo se hace? No lo sé".

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Tras el muro

12.22.2009
Ilustración: Fernando Vicente/ El País

Esta noticia se la dedico a Mercedes Monmany, y a través de ella a todas las personas que como ella, y yo, consideramos la literatura del Este de Europa como la mejor literatura del siglo XX. La nota en El País dice que, tras el premio Nóbel a Herta Muller, se viene una ola de traducciones "detrás del muro" (imaginario). Lo cierto es que en España la literatura de Europa del Este siempre ha sido bien atendida aunque nunca tan exitosa como ahora. Dice la nota:

Después de 20 años de la caída del muro de Berlín, la literatura de los países del Este de Europa ha dejado de ser una anomalía en España. Lejos aún de sus imbatibles colegas anglosajones, los escritores del otro lado del antiguo telón de acero son los favoritos de los editores españoles a la hora de encargar una traducción. El último Premio Nobel de Literatura, concedido a la rumana Herta Müller, y su fulminante rescate editorial se ha sumado al Príncipe de Asturias de las Letras otorgado al albanés Ismail Kadaré, la recuperación integral de la obra del serbio Danilo Kis al hilo del vigésimo aniversario de su muerte o la traducción, el mismo año de su aparición en Polonia, del último poemario de otra premio Nobel, Wislawa Szymborska [...] La rumana Viorica Patea, traductora y profesora de la Universidad de Salamanca, afirma que, además del de Berlín, el 9 de noviembre de 1989 empezaron también a derrumbarse muchos "muros ideológicos" a este lado de las ruinas. "Llegué a España en 1977, y durante años, si pedías en una librería una obra de Solzhenitsin te miraban como si estuvieras pidiendo Mi lucha, de Hitler". Hoy nadie discute la importancia de una obra como Archipiélago Gulag (Tusquets). Mucho menos, la de los Relatos de Kolimá, de Varlam Shalámov, para muchos la gran obra sobre el universo concentracionario soviético. Hace dos años Minúscula comenzó a publicar la edición integral en seis tomos. Viorica Patea recuerda también el éxito tardío de una novela como Vida y destino, de Vassili Grossman. En 1985 Seix Barral publicó una versión (del francés) que pasó sin pena ni gloria. La traducción directa del ruso que publicó en 2007 Galaxia Gutenberg / Círculo de Lectores lleva vendidos más de 200.000 ejemplares. El mismo sello acaba de publicar Años de guerra, más de 600 páginas de relatos y artículos escritos por el Grossman corresponsal. Los que el 9 de noviembre de hace dos décadas se acostaron creyendo todavía en el paraíso comunista no se levantaron descreídos el día 10. "Las mentalidades cambian más lentamente que la propia historia", dice Patea. Dos años antes de la caída del Muro, Jaume Vallcorba, responsable de la editorial catalana Quaderns Crema, lanzó un sello en castellano: Sirmio. Además de los primeros libros de un profesor universitario completamente desconocido llamado Javier Cercas, Sirmio se empeñó en publicar autores contemporáneos como el polaco Slawomir Mrozek y a clásicos del centro y el este de Europa como Stefan Zweig o Joseph Roth llamados a tirar de los primeros. La aventura duró cinco años. Luego cerró. Muchos de los títulos que languidecieron bajo el sello Sirmio triunfaron luego bajo la etiqueta de Acantilado, fundada por el propio Vallcorba en 1999. "Novela de ajedrez, de Zweig, que no vendió ni una edición como Sirmio lleva 11 como Acantilado", cuenta el editor. Fue Acantilado quien recuperó al futuro Nobel húngaro Imre Kertész y quien inició la edición completa, todavía en curso, de la obra del serbio Danilo Kis, autor de obras como Jardín, ceniza, considerado por Joseph Brodsky como "el mejor libro escrito en la Europa de la posguerra". Este año se cumplen 20 de su muerte y el que viene se celebrará en Madrid un simposio sobre su figura. Para Vallcorba, en un momento en el que los escritores de Europa Occidental "miraban hacia Estados Unidos", los del Este "conservaron la gran tradición europea. Para ellos era un símbolo de resistencia política. ¿Un rasgo común? Tal vez su humor, que nace del absurdo kafkiano del mundo que relatan, pero no cae nunca en el sarcasmo. Hablan de cosas muy serias sin tremendismos". El derrumbe del llamado socialismo real trajo una doble apertura. Por un lado, los lectores occidentales descubrieron un mundo desconocido. Por otro, los Gobiernos de los países del Este empezaron una política de difusión de sus culturas que antes no existía fuera de la ortodoxia política. De ahí que muchas traducciones al español cuenten con el apoyo económico de los países de origen. El polaco Adam Zagajewski enumera en sus memorias de infancia los síntomas del régimen comunista -empeñado en reducir la variedad humana a tres tipos: "el funcionario, el obrero y el policía"- eran éstos: "la palidez del rostro, el temblor de las manos, las conversaciones en voz baja, el silencio, la apatía, la costumbre de cerrar a conciencia las ventanas, la desconfianza con los vecinos y la afiliación masiva al partido detestado". A partir de síntomas similares está construida la obra de Herta Müller, perteneciente a la minoría germanófona de Rumania. Siruela acaba de reeditar La bestia del corazón y La piel del zorro y anuncia para la próxima primavera Todo lo que tengo lo llevo conmigo, publicada este mismo año en Alemania. El próximo viernes se cumplen también 20 años de la muerte de Nicolae Ceausescu, ajusticiado junto a su mujer. Según Viorica Patea, el Nobel a Müller es un símbolo, pero sobre todo el reconocimiento a una escritora que supo convertir en arte el crudo relato de la vida bajo una dictadura: "La historia no puede seguir sin analizar cómo llegamos hasta allí, sin expiar esa culpa individual y colectiva".

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El discurso de la Nobel

12.09.2009
Herta Muller en Estocolmo. Fuente: la jornada

"Puedes defenderte de un ataque, no de una calumnia" (¿entederán eso alguna vez los admninistradores de los blogs basura?) Esa frase es la que quedó flotando en el ambiente luego del discurso de la Premio Nobel rumana Herta Muller, que se dio en Estocolmo el día de ayer. Un pañuelo fue el objeto que le sirvió a Muller para hilvanar un discurso maravilloso contra todas las marginaciones del mundo. Mañana recibe la medalla. Una gran Nobel, señores. Dice la nota:

"¿Has cogido un pañuelo?", le preguntaba su madre cada mañana antes de salir de casa. "Era una muestra indirecta de afecto", decía, dentro de un entorno familiar tan opresivo como describió en su libro 'En tierras bajas', relatado precisamente desde una mirada infantil, y en el que las palabras más comunes, siempre en frases breves, levantaban una cotidianeidad irrespirable. Ese mismo pañuelo se convertía en su discurso en esa oficina de una planta de manufactura de la que fue despedida tras ser acusada de espía al no querer colaborar con la Securitate, el servicio secreto de Rumanía. "Puedes defenderte de un ataque, pero no puedes hacer nada contra la calumnia. Cada día me preparaba para cualquier cosa, incluida la muerte. Pero no puedes estar lista para esta perfidia. No hay entrenamiento para hacerla tolerable. Te llena de mugre", reconoció. Y ese pañuelo también aparecía en la foto de la muerte de su tío Matz, que había sucumbido a la ideología nacionalsocialista, o en la imagen de su amigo, colega y compatriota Oskar Pastior, quien estando en un campo de concentración ruso, lo recibió como regalo por parte de una mujer que esperaba a que su hijo volviera de la guerra. "¿Podemos decir que son precisamente los pequeños objetos los que conectan las cosas más disparatadas de la vida? ¿Que los objetos están en órbita y sus desviaciones revelan un patrón de repetición, un círculo vicioso o, como decimos en alemán, un círculo del infierno? Podemos creerlo, pero no decirlo. Pero lo que todavía no puede ser dicho, puede ser escrito", recitó. [...] Hoy finalizó su discurso haciendo mención explícita a las dictaduras. "Me gustaría poder pronunciar una frase para todas las dictaduras que privan de dignidad cada día, incluyendo las presentes. Una frase, quizá, que contenga la palabra pañuelo". "¿Puede ser", continuó, "que la pregunta sobre el pañuelo nunca fuera sobre el pañuelo en absoluto, sino sobre la profunda soledad del ser humano?".

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Herta contra Fráncfort

10.15.2009
Herta Muller. Fuente: eifelFL

Herta Muller está desatada. No se controla. Entre la furia y el espanto. Súbitamente expuesta a la luz pública, Muller no se queda callada. Se queja y llora. En el semanario "Die Zeit" areremetió contra la Feria de Fráncfort y su invitado de honor, China. Dice el ABC:

La Premio Nobel de Literatura 2009, la rumano-alemana Herta Müller, ha criticado duramente, en declaraciones al semanario "Die Zeit", que la Feria del Libro de Fráncfort haya dado un escenario al régimen chino al tener al país asiático como su invitado de honor en la presente edición. Müller dijo que durante mucho tiempo pocos registraron el terror que emanaba de los regímenes comunistas -a los que ella misma se vio sometida en Rumanía- y que ahora sigue habiendo demasiadas dictaduras en el mundo que muchos prefieren ignorar. "Piensen en China, que ahora es invitada de honor de la Feria del Libro. Piensen en el artista Ai Weiwei, que recibió una paliza brutal de la policía del régimen. Es triste que eso se acepte, se relativice y se busquen compromisos que hagan presentable a China", dijo Müller.

Por otra parte, en la presentación de su nuevo libro Atemschaukel" ("Columpio de la respiración") recordó llorando a un amigo poeta, con quien pensaba escribir el libro pero falleció antes de concluir el proyecto:


La escritora Herta Müller, a la que se le concedió el pasado 8 de octubre el Premio Nobel de Literatura 2009, conmovió hoy a los asistentes a un acto en el que habló sobre su novela "Atemschaukel" ("Columpio de la respiración"), con una evocación al poeta Oskar Pastior con quien pensaba escribir el libro antes de que su muerte interrumpiese el proyecto. "Es tan triste estar sentada aquí hablando de todo eso y recordar además que Oskar Pastior murió durante una feria del libro", dijo Müller, al borde del llanto, en medio de su diálogo con la crítica Felicitas von Lovenberg en la Feria del Libro de Fráncfort (centro-oeste de Alemania). El público conmovido dedicó un atronador aplauso a la escritora rumano-alemana que antes había estado relatando como había empezado a recabar material para su novela, que cuenta la vida en un campo de trabajo soviético tras la Segunda Guerra Mundial (1939-1945). (...) Las conversaciones hicieron que surgiera el deseo de viajar a Ucrania, donde habían estado los campos de trabajo, lo que fue posible gracias a una beca de trabajo que la Fundación Robert Bosch concedió a los dos escritores en 2004. "Fuimos con billetes de regreso abiertos para poder volver a Berlín en cualquier momento en caso de que Oskar Pastior sufriera un shock", dijo la poeta. "Pero ocurrió todo lo contrario, Oskar vivió el viaje como si se tratara de una especie de regreso a casa y empezó a comer desordenadamente, abandonando la disciplina que siempre llevaba a rajatabla para controlar su diabetes", contó Müller. Pastior le dijo a Müller que le estaba rindiendo un homenaje a los alimentos, al recordar el hambre que había pasado en el campo de trabajo al que había regresado. Inicialmente, Pastior debía ser sólo un testigo para que Müller pudiera escribir el libro. "Pero su lenguaje era tan maravilloso que pensé que él no podía ser sólo un proveedor de información", dijo Müller. Muchas metáforas que aparecen en la novela, como la del Ángel del Hambre que es central en la misma, son originales de Pastior, tal y como admitió la novelista. "Empezamos a trabajar para escribir el libro juntos, creyendo que teníamos todo el tiempo del mundo porque nadie esperaba su muerte repentina", dijo Müller.

El nuevo libro de Herta Muller está colgado gratis en internet por 24 horas.

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Kathrin Schmidt, Deutscher Buchpreis

10.13.2009
Katrhrin Schmidt. Fuente: fr-online

El Premio a la Mejor Novela alemana del año fue a dar a Kathrin Schmidt por su novela Du stirbst nicht" (No morirás). Todos los pronósticos hacían previsible que la finalista más importante, Herta Muller, lo ganaría. Pero, al parecer, hubiera sido demasiado. Dice la nota:

La escritora Kathrin Schmidt ganó hoy el Deutscher Buchpreis, el premio a la mejor novela alemana del año, por "Du stirbst nicht" (No morirás), un libro que cuenta la historia de una mujer que recupera el recuerdo tras una lesión cerebral. "Debería decir algo, pero no se me ocurre nada y no preparé nada porque era algo que no creía posible", dijo Schmidt tras conocer la noticia del premio. Luego dijo que su alegría de que Herta Müller -que fue finalista en esta edición del Deutscher Buchpreis- haya ganado el Nobel de literatura es mayor que el que ella siente por su propio galardón. (...) Todos los finalistas, incluida Müller, estuvieron en la ceremonia de entrega de galardones, que, en buena parte, fue un homenaje a la Premio Nobel de Literatura, pese a que no ganara el Deutscher Buchpreis. Aunque intentó pasar desapercibida, Müller fue recibida con aplausos atronadores a su llegada a la Sala Imperial del ayuntamiento de Fráncfort. Muchos críticos consideraban que la novela de Müller debía ser la premiada si el jurado se guiaba por estrictos criterios de calidad literaria, pero también expresaron sus dudas de que se le diera un segundo galardón después del Nobel.

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¿Para qué sirven los Premios Nobel?

10.12.2009
Premios Nóbel. Fuente: sobrecuriosidades

Creo que existen tres bandas de escritores considerados por los Académicos suecos. La primera corresponde a los autores cuyas obras, de manera innegable, contribuyen a la humanidad, han hecho del siglo literario un mundo distinto, y serán inolvidable con o sin el Premio Nóbel. A esa lista pertenecen algunos premiados últimos como J.M. Coetzee o Saramago. Y también algunos desdeñados constantemente, tanto antes (Proust, Kafka, Joyce, Nabokov, Tolstoi, Chejov) como actuales Philip Roth, Mario Vargas Llosa, Salman Rushdie, Amos Oz, Claudio Magris, Joyce Carol Oates, Alice Munro, Adonis, Lobo Antunes, Milan Kundera. En segundo lugar, existe la franja de aquellos que no tienen una difusión tan grande, aunque despierten algunos fanatismos, y aunque sus obras no tengan el peso ni el significado de la primera franja, tampoco es desdeñable. A esa franja pertenecen algunos premiados últimos como Orhan Pamuk o Elfriede Jelinek y la hoy premiada Herta Müller. Y también algunos favoritos -cada lector tiene su corazoncito en uno de ellos-. En mi caso, Cees Nooteboom, Sergio Pitol o Peter Stamm o John Banville. En el caso de Faverón, Harry Mulisch. Paz Soldán puso a Javier Marías, creo. Seguro hay varios por ahí que gritan el nombe de Thomas Pynchon, Cormac McCarthy o Don Delllio. Uno por ahí dirá Tabucchi. Hay varios lectores -con los que yo no concuerdo- que darían su brazo porque lo ganara Haruki Murakami. Habrá quienes apuesten por alguno de los Dream Team británicos (Ishiguro, Amis, Barnes, McEwan) Y luego está la tercera franja, la de los dinosaurios, la de los autores que quizá tuvieron cierto prestigio en alguna década pero el mundo les ha pasado por encima y ahora resultan antiguedades, fotografías de tiempos mejores, pero su contribución a la literatura contemporánea es nula. A esa lista podemos agregar premios nóbeles fosilizables últimos como los de Darío Fo, Doris Lessing o Le Clezio. Sin embargo, es obvio que cada vez llaman menos la atención los Premio Nóbel y cada vez es más válida la pregunta: ¿Para qué sirven? Dice Ñ:

Para qué sirve el Premio Nobel de Literatura? Vamos a la fuente. Según el dice el testamento de Alfred Nobel el su premio en la categoría de letras es para "un autor de cualquier país en el campo de literatura el trabajo más extraordinario en una dirección ideal." Puede ser que por aquí empiezan las dificultades, porque es una definición ambigua. Pero sin duda La guerra y la paz, Ulises, Los cantos, El corazón de las tinieblas, Almuerzo desnudo, o La metamorfosis podrían ser considerados como ejemplares dignos de esta definición. O Vida, instrucciones de uso de George Perec. O hasta la obra bizarra de H.P. Lovecraft o las novelas de Philip K. Dick o Raymond Chandler y Italo Calvino. (...) La excelencia en la literatura es subjetiva. No podría ser de otra manera. La literatura no descubre nada. O sí: descubre la vida. La que vivimos todos, yendo al trabajo, tomando café, enterrando nuestros muertos... Los grandes escritores, premiados o no, son los que nos dan vida con su obra. Que crean con letras sobre papel un simulacro de la vida tan potente que casi se parece más a la vida que la vida misma. El problema, al fin, del Premio Nobel, es que ya nos dejó de sorprender (e, irónicamente, si hay una cualidad que comparte toda la gran literatura es aquella de sorprender). O se le otorga a una eminencia gris que se lo merece de sobras (en la lista de esta categoría que aún esperan el premio, los conocemos a todos: Mario Vargas Llosa, Carlos Fuentes, Milan Kundera, Philip Roth, Don Delillo...); o se le da a un escritor o escritora que –francamente– es de muy poca trascendencia (lo que no significa que sea mala escritora). Como es el caso este año con Herta Müler.

¿Qué pienso del último Premio Nobel? Que está bien. Que prefiero mil veces que se lo den a una autora que tiene fanáticos y que posiblemente valga la pena leer, antes que a un fósil. Pero que es una lástima que la alternancia no se dé no entre sexos o culturas, sino entre estos autores "desconocidos" que saltan a la palestra y los autores que no necesitan el Nobel para ser geniales, pero a los que el Nóbel sí los necesita para recuperar su prestigio perdido.

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Reacciones al Nobel

10.09.2009
Fuente: la tercera

Obviamente, el Premio Nobel a Herta Muller ha dado lugar a innumerables reacciones. La mayoría ha enfatizado la sorpresa ante una autora de celebridad más bien discreta, frente a autores de talla universal como Amos Oz, Philip Roth, Mario Vargas Llosa o Joyce Carol Oates. Otros, han declarado que sigue la lógica de los "descubrimientos" políticamente correctos de la Academia. Yo dejo aquí tres reacciones especialmente interesantes para este blog. La primera, de Gustavo Faverón en su blog "Puente Aéreo":


No sé cómo es la cosa en el resto del mundo, pero diré que en los dos países que mejor conozco la adjudicación del Nobel de Literatura concita más atención por las especulaciones previas que por las consecuencias, y sólo cuando el premiado gozaba de cierta fama antes de la nominación su aura crece y resplandece un tanto, post-Nobel; mientras que quien era oscuro anteriormente, vuelve a la oscuridad en poco tiempo. Herta Müller se merecería una fama mayor y se merecería, sobre todo, que su obra no llamara la atención por la decisión de los académicos suecos, sino por su búsqueda impenitente de un lenguaje que sirva para expresar el constante y obsesivo tema que la informa: la violencia indiscriminada y sin embargo discriminatoria de las dictaduras (en su caso, la que le tocó sufrir en carne propia: la de Nicolae Ceausescu).

Luego, una reacción más descreída de Edmundo Paz Soldán publicada en "La Tercera" y republicada en su blog donde habla de una "legitimidad en crisis":


Hubo un tiempo en que el premio Nobel de Literatura tenía una vocación decididamente universal. Pero en los últimos quince años los miembros de la academia sueca han decidido convertirlo en una suerte de premio para escritores europeos. Es cierto que en esos años lo ganaron Coetzee, Naipaul, Cao Xingjian y Pamuk (Turquía es una nación euroasiática), pero los otros once han sido europeos. De esos, algunos han sido nombres acertados, como Szymborska, Grass o Heaney; otros, sin embargo, son escritores de rango más limitado, como Le Clézio o Fo. (...) Está bien que un premio pequeño aspire a convertirse en referente; más raro es lo del Nobel: un gran premio que decide empequeñecerse por cuenta propia. Puestos a hablar de europeos, la literatura universal no pasa hoy por Kertész o Jelinek, escritores que le hablan a una parroquia limitada, sino por, entre otros, Marías y Kadaré y Lobo Antunes, cuyas propuestas estéticas son renovadoras y abren puertas para la literatura de este siglo. De lo que se trata es de abrir el mapa, de ampliar la mirada. No es necesario premiar a escritores muy conocidos como Murakami, Roth o Vargas Llosa. Si le dieran el premio a Adonis o Assia Djebar, también estaríamos felices. Nos haría sentir que el Nobel puede acertar en grande, y no sólo mirándose a su propio ombligo.

Y en "The Guardian" aparece un comentario de Martin Chalmers, traductor al inglés de la autora, quien declara que no solo se ha premiado a una autora extraordinaria sino que con este Premio se expande nuestra visión sobre Europa. ¿Por qué no?:

Herta Müller experienced a double exile from her home in the village, and from her land, Romania, even before she left for Germany in 1987. In a reportage, written before that, about a journey to Maramuresh in northern Romania, she comes across a monument to the deported Jews of the region. She notes: "No guidebook mentions the monument. I am humiliated by my German father and further demeaned and cheated by the silence of Romanian history." The title of the piece is "Everywhere, where one has seen death. A Summer Journey to the Maramuresh" and not until the very end is the sentence completed: "Yet, everywhere, where one has seen death, one feels a little bit at home." It's not a comfortable vision that Müller presents in her novels and essays, but few other contemporary writers can match her understanding of the totality and corrupting effect of dictatorship - and still fewer are able to do so in words that are at once so poetic, that get under the skin and lodge in the mind of the reader. In awarding the 2009 Nobel prize for literature to Herta Müller, as well as rewarding an outstanding writer, the Swedish Academy is, I think, doing two things. It is once again challenging the self-satisfied Anglo-centrism of the English-language publishing business, with its rather narrow definitions of what constitutes good writing, and it is widening our ideas of Europe. And it is perhaps in its failure to engage with European literatures that the English culture, for all the advantages of the global reach of the English language, shows itself at its most provincial.

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Herta Muller, Premio Nobel de Literatura 2009

Herta Muller. Fuente: La Jornada

Ahora nadie puede dudar de que en la hermética Academia Sueca existen filtraciones. Como lo comenté antes en Moleskine Literario, apenas se supo que el jueves 8 se declaraba el premio -es decir, que ya había ganador- Herta Muller subió en las apuestas del puesto 50 al 7. Y luego al 5. The Literary Saloon, que fue el primer blog en alertar el subidón de Muller, empezó a recibir correos desde direcciones suecas (dicen los chismes) para saber de dónde salió el dato. En fin, un Premio Nobel políticamente correcto otra vez, eurocéntrico otra vez, compensatorio otra vez (¿empezará una alternancia hombre-mujer?) Sin embargo, Andrea Jeftanovic comenta en su FB que la autora es extraordinaria. Habrá que averiguarlo. Aquí la reacción de Herta:

La Premio Nobel de Literatura Herta Müller se ha declarado sorprendida por el galardón y ha dicho que de momento se ha quedado sin habla aunque espera recuperarla a más tardar el 10 de diciembre, cuando sea la premiación en Estocolmo."Estoy sorprendida y todavía no me lo puedo creer. De momento no puedo decir más", dijo Müller en una primera reacción difundida por su editorial alemana Hanser.Ya antes, al recibir la noticia a través del secretario permanente de la Academia Sueca, Peter Englund, la escritora había dicho que se había quedado muda pero prometió a su interlocutor que recuperaría el habla para el 10 de diciembre.El director de la editorial Hanser -el editor, ensayista y poeta Michael Krüger- dijo, por su parte, que con Herta Müller había sido premiada una autora que "veinte años después del fin de la guerra fría insiste en mantener el recuerdo del lado inhumano del comunismo"."Su gran trabajo de duelo literario es un ejemplo impresionante de una literatura europea comprometida que, con agudeza analítica y precisión poética, hace presente nuestra historia", agregó Krüger.

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¿Y si es Herta Muller?

10.06.2009
Herta Muller. Fuente: retaua literara

Y luego de las idas y venidas, vueltas y revueltas, dimes y diretes, chismes y alucinaciones, luego de que se fijara la fecha como el 8 de octubre, un nombre es el que ha resultado favorecido en las quinielas y ha saltado del puesto 50 al 4to. lugar, ni más ni menos, en menos de tres días. ¡Qué tal subidón! Se trata de Herta Muller. ¿Ya tenemos ganadora? Aquí una mini-biografía de Muller:

Herta Müller (Nitznitzkydorf 1953), descendiente de suabos emigrados a Rumanía, es uno de los valores más sólidos de la literatura rumana en lengua alemana. Estudió Filología Germánica y Románica en la Universidad de Timisoara y se vio obligada a salir del país por su relevante papel en la defensa de los derechos de la minoría alemana. Desde 1987 vive en Berlín. Sus narraciones más destacadas, traducidas ya a varios idiomas, son En tierras bajas (Siruela, 1990), El hombre es un gran faisán en el mundo (Siruela, 1992), La bestia del corazón y La piel del zorro. Herta Müller ha sido galardonada con los premios Aspekte (1984), Ricarda Huch (1987), Roswitha von Gandersheim (1990) e IMPAC (1999).

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Deutsche Buchpreis shortlist

9.17.2009
La shortlist del premio alemán. Fuente: deutsche buchpreis

La shortlist del Deutsche Buchpreis tiene seis novelas de las cuales solo una, la de Hertha Müller, es una mirada al pasado. Las demás son introspecciones, buceos hombre-dentro. ¿Otros tiempos en la literatura alemana? Por ahora, parece que sí. Dice la nota en ADN.es:

Las seis candidatas al Deutsche Buchpreis - el premio a la mejor novela en lengua alemana del año - insinúan un giro hacia el intimismo en la literatura germana, que contrasta con la tendencia a recuperar la historia que ha predominado en los últimos años. Entre las integrantes de la lista de finalistas - que se publicó hoy - sólo "Atemschaukel" (Columpio de Aliento) de Herta Müller, publicada en Hanser, mira hacia el pasado colectivo al ocuparse del destino de la minoría alemana en Rumanía tras la II Guerra Mundial. Las otras cinco candidatas se centran en problemas de pareja o en cuestiones de familia y, en algunas de ellas, hay una clara tendencia a la introspección. "Lichtjahre enfernt" (A años luz) de Rainer Merkel parte de la historia de un desencuentro, que se prolonga durante todo un fin de semana en Nueva York, entre un narrador en primera persona y una mujer de la que está enamorado. "Überm Rauschen"(Sobre el murmullo), de Norbert Scheuer, publicada por C.H Beck, cuenta la historia de un hombre que -a los 45 cinco años de edad- regresa a la región de su infancia tras recibir la noticia de que su hermano se ha vuelto loco, lo que le lleva a confrontar el pasado familiar. En "Du stirbst nicht" (No morirás) de Kathrin Schmidt, editada por Kiepenhauer&Witsch, una mujer pasa revista a sus recuerdos, que la acometen de manera descontrolada y fragmentaria mientras está en un hospital cuidando a su compañero enfermo. "Die Frequenzen" (Las frecuencias), de Clemens J. Setz, aparecida en "Residenz", gira en torno a una especie de triángulo amoroso y al deseo del hijo de un arquitecto de convertirse en actor, lo que le lleva a trabajar con una psicoterapeuta, simulando el comportamiento de pacientes con determinadas enfermedades. La novela de Stephan Thome, "Grenzgang" (Paso de frontera), publicada en Suhrkamp, también tiene un núcleo privado pese a que el título pueda hacer pensar otra cosa. El título no se refiere, como pudiera pensarse si se está familiarizado con las obsesiones alemanas, al paso de la desaparecida frontera interalemana, sino a una fiesta en un pueblo que se celebra una vez al año y que tiene un tinte carnavalesco. El pueblo no sólo declara inexistente ese día la frontera con el pueblo vecino sino también las fronteras que normalmente rigen los comportamientos cotidianos. Todo el pueblo se lanza a la fiesta salvó un hombre y una mujer cuyas biografías no coinciden con lo que habían sido y que se mantienen al margen hablando entre ellos y con la sombra del recuerdo de algo que ocurrió hace muchos años y ante lo que ellos tienen sentimientos encontrados.

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