Muller, medalla de plata
3.02.2010En Radar Libros Juan Pablo Bertazza deja su opinión sobre la Premio Nóbel rumana Herta Muller, a raíz de la reedición de dos libros suyos por Siruela. La sitúa en el medio, medalla de plata, en el podio de las Premios Nobel mujeres de los últimos años (Elfriede Jelineke y Doris Lessing) pero, aún así, decepcionante. Dice la reseña:
[...] el libro en que se puede ver en estado puro el estilo Müller es En tierras bajas, un pequeño tablero en el que aparecen distribuidas las distintas piezas de un puzzle: la brevedad y contundencia de cada oración es inversamente proporcional a la apertura semántica que genera su intrínseco valor poético, a tal punto que muchas de estas frases (o piezas) podrían juntarse en un poema: “En la estación, los parientes avanzaban junto al tren humeante./ Una mujer joven salía de la estación con un niño de aspecto inexpresivo./ La mujer tenía una joroba/ El tren iba a la guerra/ Apagué el televisor”. Como si delegara al lector la tarea de ordenar la historia, el primer relato de este libro, “La oración fúnebre”, termina, de alguna forma, con el comienzo: “Era un sábado por la mañana, a las seis y media”. El tema central de este libro es la región de Banato, una aldea que es tierra de nadie porque cada uno de sus habitantes es intercambiable, al menos desde la perspectiva de la narradora, una niña cuya abuela la amenaza con arrancarle las orejas y cuya madre le pega cuando se pone a llorar para darle un buen motivo para hacerlo. Afortunadamente, la nena se distrae jugando con su compañerito Wendel a pelearse por borracho, por no traer dinero a casa, y decirle cerdo, vagabundo, inútil y putañero. El hombre es un gran faisán en el mundo, por su parte, juega también con una frase según la cual los rumanos al decir “he vuelto a ser un faisán” –ave rastrera– quieren decir que han vuelto a fracasar. Es así que este libro cuenta la historia de una familia que espera la oportunidad del exilio como única vía de escape mientras su vida pasa por el desagüe. Hasta próximo aviso de nuevas ediciones locales, la literatura de Müller parece interesante y elaborada, aunque algo aburrida y árida. Una escritora que, en el podio femenino del Nobel de los últimos años, está mucho más arriba que Elfriede Jelinek y mucho más abajo que Doris Lessing.
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