MOLESKINE ® LITERARIO

Notas al vuelo en cuaderno Moleskine® .

Giovana Pollarolo defiende El arca rusa

1.25.2005
Hace unas semanas, Alonso Alegría llamó a la polémica al definir a la película, muy celebrada por todos, El arca rusa, de Sokurov, como aburrida, un "enigma pretenciosos" al que se le aplaude solo su "truco culturoso", refiriéndose al hecho de que Sokurov filmó la película que se desarrolla en el enorme Hermitage con una sola y complicada toma (de 97 minutos de duración), es decir sin cortes ni ediciones. Giovana Pollarolo recoge el guante el sábado 22 en Perú21 y defiende la excelencia de El arca rusa, y rechaza los adjetivos y la idea central de Alonso Alegría, con una argumentación contundente:

"¿Hubiese cambiado algo si la película tuviera cortes y hubiera sido filmada normalemnet utilizando la técnica del montaje que, justamente, su compatriota (de Sokurov) Eisenstein exploró y teorizó como nadie antes? La pregunta establece implícitamente una dramática separación entre técnica y contenido, similar a la antigua dicotomía "fondo" y "forma". Y decir que habría dado igual, que el plano secuencia no es más que un truco "culturoso" implica olvidar la unicidad de la obra de arte, ignorar que todos sus elementos son valores expresivos del relato. La opción de Sukorov puede gustar o no, pero desvalorizarla o valorizarla por el artifico técnico es un punto de partido equivocado"

No se necesita decir nada más. Digamos que esta polémica ha concluido con un jaque mate espléndido de Giovanna Pollarolo apenas comenzada la partida.



El arca rusa de Alexander Sukurov. La sinopsis dice: El Hermitage es visto desde una nueva y reve-ladora luz en esta particular visita al más fa-moso palacio de Rusia, ahora uno de los más grandes museos del mundo. Pero el Hermita-ge es mucho más que un museo. En la imaginación popular es una entidad viva, un lugar en el que se respira la historia y la cultura rusa. Guiados por el marqués de Coustine (Sergey Dreiden), un diplomático del Siglo XVIII, nos adentramos en las salas del antiguo Palacio Imperial para conocer su historia desde los tiempo de Pedro el Grande hasta nuestros días

Estoy leyendo (21/1)

1.21.2005
La amante de Brecht de Jacques Pierre Amette
Tusquets: Madrid, 2004
204 págs



Hinostroza Ad Honorem

Impecable el artículo que publica hoy Rodolfo Hinostroza en Caretas. Ojalá mañana pongan un link para poder colgar el artículo completo en este weblog (PD: no pusieron el link, pero sí el simpático dibujo que acompaña la nota). Se llama "Poetas Ad Honorem" y el título lo dice todo. Trata sobre la costumbre de no pagar a los escritores por su presentación en mesas redondas, lecturas y conferencias. Y, como dice Hinostroza, cuando un poeta se "atreve" a pedir que le paguen algo, lo miran con escándalo y le gritan "¡pero señor, si se trata de un evento cultural!" como si el autor fuera un reaccionario, un ambicioso o un avaro por pedir un pago (lo que uno debería responder en ese caso es "supongo que, entonces, ud también está haciendo gratis este trabajo cultural, y el mozo que sirve el vino de honor también, etc"). La nota nace a raíz de la llamada del joven narrador Julio César Vega, que al parecer está trabajando en el Ministerio de Educación, quien le solicitó un poema a Hinostroza para mostrar en paneles en las paradas de autobuses promocionando la lectura. Ante el pedido de Hinostroza sobre si tenían dinero para pagarle, dijo que no había presupuesto para eso y la respuesta desencadenó la ira justificada de Hinostroza. Tampoco es motivo para hacer leña de Julio César, claro, porque seguro que hubiera estado encantado de poder pagarle algo a Hinostroza, pero él no debe manejar el presupuesto. Se trata, más bien, de hacer causa común y empezar a exigir que se pague por estos eventos (habría que ver, por ejemplo, qué poeta sí acepta aparecer gratis en este panel y preguntarle sus razones). Mientras más escritores se pongan de acuerdo para no hacer nada gratis, mejor. Un día estas instituciones terminarán aceptando que en su "presupuesto" debe incluirse el pago al autor, tanto como al mozo o al organizador, no es demasiado complicado, y quizá hasta los editores incluyan en el costo del libro el pago a los presentadores... ¿será posible algún día?



Hinostroza ofendido Todos creen que "los poetas somos seres espirituales que viven del aire y estamos lejos del torpe materialismo y el vil metal" dice Rodolfo pero ya "es el colmo que el propio Ministerio de Educación, que debería ser defensor de la cultura viva del Perú, participe de esta infame marmaja"

Cueto en Anagrama

Me acaba de llamar Alonso Cueto para decirme que viaja a España para promocionar su novela Grandes miradas que acaba de salir en Anagrama. La página de novedades de la editorial aún no se renueva, pero apenas tenga forma de mostrarles la carátula se las paso (me parece que está basada en la misma de Eduardo Tokeshi en la versión Peisa). Con él, son cuatro los autores peruanos (salvo error u omisión) que han aparecido en esta editorial. Teresa Ruiz Rosas, finalista del Herralde con la novela 1994 con El Copista. Jaime Bayly, ganador del premio Herralde en 1997 con La noche es virgen, Mario Bellatin, que reeditó Flores y me parece que está próxima una nueva novela, y Alonso Cueto.



carátula Esta es la carátula del libro de Cueto en versión Anagrama que, como verán, repite la estupenda imagen diseñada por Eduardo Tokeshi para Peisa.

Lima literaria

1.18.2005
Como un homenaje a Lima (?) en un nuevo aniversario de fundación (18 de enero) voy a hacer una lista de los 18 principales libros que, considero yo, pese a su disímil calidad literaria, son indispensables para entender a Lima como la ciudad compleja, polifónica y sentimental que es. Que quede claro que si ciudades como Dublín (Joyce) y La Habana (Cabrera Infante) han conseguido tener un solo autor, ciudades mucho más complicadas y emergentes como Lima necesitan de varias manos para componerse. Así, la discusión de los años 80 en la revista Que Hacer entre Miguel Gutiérrez y Carlos Calderón Fajardo sobre "la novela de Lima Contemporánea" (Calderón Fajardo pensaba que un sociólogo podía hacerla, mientras Gutiérrez decía que solo la haría uno de aquellos jóvenes de conos que "tienen las manos en el fuego", léase terruco) queda totalmente desvirtuada.

1. Duque, de José Diez Canseco
2. La Casa de Cartón de Martín Adán
3. Los inocentes o Lima en Rock, de Osvaldo Reynoso
4. "Las botellas y los hombres" de Julio Ramón Ribeyro
5. "Alienación", de Julio Ramón Ribeyro
6. "Tristes Querellas en la vieja quinta", de Julio Ramón Ribeyro
7. Lima, Hora Cero, de Enrique Congrains Martin
8. La ciudad y los perros, de Mario Vargas Llosa
9. Conversación en la Catedral, de Mario Vargas Llosa
10. Los cachorros, de Mario Vargas Llosa
11. Un mundo para Julius, de Alfredo Bryce Echenique
12. "Una voz en las tinieblas", cuento de José Urteaga Cabrera
13. Otras tardes, de Luis Loayza
14. Demonio del mediodía, de Alonso Cueto
15. No se lo digas a nadie, de Jaime Bayly
16. Al final de la calle, de Oscar Malca
17. Los años inútiles, de Jorge Eduardo Benavides
16. Los troyanos, de Jaime Cohaila

El mantra

"Esta es la noche más triste porque me marcho y no volveré. Mañana por la mañana, cuando la mujer con la que he convivido durante seis años se haya ido a trabajar en su bicicleta y nuestros hijos estén en el parque jugando con su pelota, meteré unas cuantas cosas en una maleta, sáldré discretamente de casa, esperando que nadie me vea, y tomaré el metro para ir al apartamento de Victor. Allí, durante un periodo indeterminado, dormiré en el suelo de la pequeña habitación situada junto a la cocina que amablemente me ha ofrecido. cada mañana arrastraré el delgado y estrecho colchón hasta el trastero. Guardaré el edredón impregnado de humedad en una caja. Y recolocaré los almohadones en el sofá".

Intimidad de Hanif Kureishi

Fin de semana en intimidad

1.17.2005
Para desprenderme un poco del mundo de Doris Lessing, que me tiene abducido, pensé en leer una novela corta y cogí Intimidad de Hanif Kureishi, que ya había leído hace más de un año. No recuerdo mucho la sensación que me causó esa vez, pero en esta ocasión fue un mazo en el cráneo, un golpe que me partió en dos. Leí una y otra vez el comienzo, y nunca dejó de gustarme. Al contrario, cada vez me gustó mucho más, hasta leerlo como si fuera un mantra.

Es una espléndida novela, una obra de madurez, la escritura de alguien que tiene algo que decir. Más allá de lo divertida e ingeniosa que es El buda de los suburbios, creo que Intimidad es su obra fundamental, aunque aún no he leído El cuerpo que publicó el año pasado Anagrama y en Lima es carísima. Por cierto, hace unos años Patrice Chéreau dirigió una película que está ligeramente basada en Intimidad y lleva el mismo título. Vale la pena verla, claro. Pero leer la novela... eso sí que es imprescindible.



Intimidad la obra más personal de Hanif Kureishi

Blogs de autores peruanos

Les he dejado al margen izquierdo una lista de blogs de narradores peruanos, que supongo -espero- se irá extendiendo con las semanas. Les dejo algunos datos de los autores. César Silva Santisteban publicó el año pasado, en el Fondo Editorial PUCP, un libro de cuentos llamado Fábulas y Antifábulas en cuya parte final aparece una serie de aforismos bajo el título "A propósito de..." que es el nombre, también, de su weblog. José Donayre es un narrador insólito para el Perú, quien ha publicado ya varios libros, entre ellos La Fabulosa Máquina del Sueño (edición del autor) y La trama de las Moiras, que editó el Fondo Editorial PUCP. Su weblog es uno de los más originales e inclasificables de los que he leído. Luis Hernán Castañeda ha sido, de lejos, el début literario más auspicioso del 2004, con la novela Casa de Islandia que ha sido mencionada con entusiasmo en todos los recuentos de los mejores libros del año. Publicó en la recién estrenada editorial Estuendo Mudo, que también publicó el libro de cuentos Parque de las leyendas de Carlos Gallardo, un narrador mucho más complejo y exquisito que Luis Hernán, aunque también más desigual, que tiene un cuento memorable titulado "La Quimera". Las weblogs de ambos no tienen una semana de creación, así que no hay muchas entradas (Luis Hernán, además, tiene una blog exclusiva para colgar los comentarios a su novela). Finalmente, Claudia Ulloa es una narradora muy talentosa, que vive en Noruega pero nació en Lima. Ella ganó hace varias ediciones, y con solo 18 años, el Primer Premio del Cuento de las 1000 palabras, sorprendiendo a muchos con su madurez. Su weblog -llamado "Aquí cabe la vesania" y temporalmente en suspenso- es extraordinario; tiene mucho tiempo de creado y ya ha conseguido una legión de admiradores bastante importante. He sido testigo de cómo ha ido madurando su prosa y afilando su pensamiento a través del weblog, por lo que Claudia es un ejemplo del beneficioso ejercicio literario de este medio. Ella aún no ha publicado su libro de relatos, pero sé que está buscando editor y confío en que lo encuentre pronto. Otro autor inédito aún, pero sin duda Estruendo Mudo le publicará su libro de cuentos este año, es Edwin Chávez que tiene un weblog de título borgiano en el cual coloca sus relatos.

Borges: a life

A partir de la biografía sobre Jorge Luis Borges escrita por el biógrafo e hispanista norteamericano Edwin Wiliamson, Borges: a life, el diario Página 12, en su sección Radar, publica tres textos que son de lectura imprescindible. En primer lugar, un comentario de Rodrigo Fresán sobre el libro y el significado (e influencia) de Borges en la literatura anglosajona. Luego, una reseña del polémico periodista inglés Christopher Hitchens a favor de la biografía de Williamson. Y finalmente, una reseña del narrador norteamericano David Foster Wallace, uno de los mejores escritores de su generación, en contra de la biografía. Debo anticipar que, para mí, David Foster Wallace me resulta mucho más convincente que Hitchens, en especial cuando aclara:
" (...) sólo los relatos de Borges justifican que alguien se tome el trabajo de leer un libro sobre su vida. Y mientras Williamson invierte mucho tiempo en detallar el éxito explosivo que Borges conoció en su madurez, su libro dice muy poco sobre por qué Borges sería un escritor lo suficientemente importante para merecer una biografía tan microscópica."




Borges: a life por Edwin Williamson

Aira 2004

Los dos libros que he leído de César Aira publicados en el 2004 (ignoro si ha publicado más, sospecho que sí) me han decepcionado. Las noches de Flores me pareció interesante en el arranque, pero de pronto todo se convierte no absurdo sino ridículo, con un final policial bastante frívolo y sin sentido del humor (es decir, todo lo contrario a lo que Aira suele hacer en sus giros inesperados que en vez de superficializar, profundiza la trama, en libros como Varamo o Cómo me hice monja). La novela Yo era una chica moderna es, para mí, lo peor que le he leído. Aburrida de principio a fin, y el recurso usual en Aira (aquel giro desconcertante que ya he mencionado) en esta ocasión -la presencia de ese extraterrestre argentino llamado El Gauchito- me pareció tonto, un sin sentido (que en Aira suele ser una buena palabra) programado, sin mayor altura, escrito con prisa y, como en La noche de Flores, con el sentido del humor también perdido, solo chistes sin gracia. Lo que no puedo concluir es si todo esto implica un agotamiento en la literatura de Aira, o si simplemente el que está agotado de Aira soy yo.

Agreda comenta a Prochazka

1.14.2005
Interesante y documentada la reseña que Javier Agreda hace de la novela Casa de Enrique Prochazka, en su weblog Crítica & Ensayo. Espero que pronto aparezca la mía en Caretas. Me gusta mucho, además, la continuidad que tiene Agreda como comentarista de libros. Es lo mejor que le puede ocurrir a un comentarista, pues así conocemos sus gustos, sus referentes y sabemos qué esperar de él, y podemos además discutir sus apreciaciones (lo que no se puede hacer con un comentarista eventual, que usualmente es un practicante o un autor joven que consigue por unos meses un cachuelo). Un dato que complementa la reseña de Javier Agreda: el apellido Durbeyfield del arquietecto de la novela, creo yo, está inspirado en el de John y Tess Durbeyfield, de la película Tess de Roman Polanski, donde también flota el fantasma del incesto con la bellísima nínfula Tess, protagonizada por Natassja Kinski.



Natassja Kinsky en un fotograma de la película Tess

Javier Marías y la hipocresía

Muy buena la entrevista a Javier Marías que hoy aparece en la Revista de Libros del diario El Mercurio de Chile, a propósito de la Baile y sueño, la segunda parte de su trilogía aún inconclusa Tu rostro mañana. Preguntas puntuales, respuestas concretas, algunas muy divertidas, como aquella en la que le preguntan qué añora y Marías responde:
"Añoro... la hipocresía. El hipócrita disimula algo que sabe incorrecto: ¡al menos tiene conciencia de lo que es reprobable! Pero ahora... cada día veo más despreocupación y desfachatez, un trastoque de valores (...) Antes avergonzaba reconocer que se hacía algo por dinero. Ahora, en cambio, declaras: "Es por dinero", y te dicen: "¡Ah, bien!".


Javier Marías

Piel de topo

1.13.2005
Descubrí por un artículo de Federico Campbell que Moleskine significa Piel de Topo. Eso y muchas cosas más (como que Javer Marías tiene una moleskine y algunas páginas han sido publicadas) me he enterado buscando en el google enlaces sobre el tema. He colocado al margen una cantidad considerable de esos enlaces en castellano y en otros idiomas. Espero que los visiten.



Moleskine japonés el modelo más especial de la fábrica, tiene una sola página doblada en forma de acordeón.

Estoy leyendo (13/1)

Dentro de mí de Dorís Lessing
Destino: Madrid, 1997
456 págs.


Cinco amores literarios

1.12.2005
Para los lectores que realmente nos introducimos en el mundo de la ficción, como si fuera no un mundo paralelo al nuestro sino una auténtica suplantación de la realidad, es inevitable terminar enamorados de ciertos personajes, así como odiar a otros por insufribles (para mí, son insoportables la Maga de Cortázar o la Alejandra de Sábato). Dejo aquí una lista absolutamente polígoma (a lo Badani, digamos) de mis cinco más intensos amores literarios:

1. Micol de El jardín de los Finzi Contini de Giorgio Bassani
2. Grace de La noche del oráculo de Paul Auster
3. Claire de La verdadera vida de Sebastián Knight de Vladimir Nabokov
4. Clea de El cuarteto de Alejandría de Lawrence Durrell
5. Graciela de “La segunda juventud” de Luis Loayza

Trujillo de Feria

Qué interesante estará la Segunda Feria Internacional del Libro de Trujillo. Adriana Doig realmente se ha esmerado en su realización. Es una pena que por cuestiones de trabajo, nuevamente no pueda ir a Trujillo. Pero me encantaría que algún lector trujillano comente en Moleskine cómo anda la feria, que tendrá visitas como la de Gonzalo Rojas y Laura Restrepo.



Adriana Doig, directora de la Segunda Feria del libro de Trujillo

Zeín y Naranjita

Ayer tuve una simpática reunión con Zeín Zorrilla, quien ha publicado unos manifiestos bastante polémicos sobre Literatura Andina, y de quien siempre he admirado su tesón por abrirse un espacio literario, una habitación propia digamos, aunque también he discutido a rabiar sus postulados sobre la literatura criolla y su -para mí- confusa definición de novela andina. Creo que Zeín, que me consta que es una persona culta, al ser autodidacta en literatura es bastante desordenado, incluso maniqueo, y termina mezclando una serie de conceptos de manera no siempre certera, arrastrado más por el ímpetu de su propia obra antes que por el deseo de fijar conceptos.

Sin embargo, ayer me asombró su conocimiento sobre el mundo andino emergente. Es una persona que siente una verdadera curiosidad en ir a los pueblos extraviados y conocer los principios que rigen esos mundos, con una admiración y un respeto que le envidio. Creo que eso -además de su historia personal sobre el encuentro con Lima como estudiante, tan intenso- lo capacita para escribir una gran novela, la novela que todos queremos leer de él.

En fin, como colofón a una estupenda velada, me hizo escuchar a una cantante folklórica que no tiene absolutamente nada que ver con Dina Paucar o el Chato Grados y un largo etc. Tampoco con autores folklóricos más sofisticados. Zeín le ha dedicado un libro apareció en la presentación de sus manifiestos. Se hace llamar Naranjita de Sucre y es una cantante autóctona, casi se diría salvaje, que se vale de su voz y el violín (según creo, es de su esposo) para hacer una música absolutamente telúrica, rabiosa, estremecedora. Canta en quechua y castellano y ella misma compone las letras de sus canciones, que son terribles. Nunca había escuchado nada así y la verdad es que la experiencia es alucinante. Sé por Zeín que ella difícilmente toca en los coliseos de la capital, aunque es una estrella indiscutible en su región. Nuna la verán aparecer en Misky Taky y tampoco en las movidad de Barboza, y quizá nadie le haga una miniserie, pero es un referente artístico tan notable como puede serlo el mismo Chacalón o Iván Cruz (por poner el nombre de dos músicos peruanos extraordinarios en el sentido literal del termino, es decir: fuera de lo acostumbrado)

Con suerte, pueden conseguir algunos de sus discos en el Centro de Lima. No se trata de "apoyar lo autóctono" sino de escuchar a una cantante impresionante en cualquier contexto, aunque por eso mismo (por no estar hecha "en serie" como las demás), resulta casi una desconocida fuera de los pueblos pequeños y remotos de Ayacucho (de hecho, solo he encontrado sobre ella una página web japonesa que ofrece música vernacular a US$ 50 cada envío). Busquen sus música (también hay un DVD) y después me cuentan.



Naranjita de Sucre y Los Tigres de la Jarana

humor

Completamente de acuerdo con Alfredo Bryce Echenique, que en una conferencia dada en España donde anunció la segunda parte de su autobiografía, declaró que siempre le ha asombrado la "seriedad" de los escritos latinoamericanos que leía, y en su opinión, "faltaba un granito de locura". Para mí también, no solo la seriedad sino sobre todo la falta de sentido del humor es el rasgo más patéticamente distintivo en los escritores y los críticos literarios peruanos (aunque Bryce es más extensivo y se refiere a latinoamericanos).



Alfredo Bryce Echenique

Comentario sobre Animales sueltos

1.11.2005
El libro de Hannah Tinti es interesante aunque irregular. La mayoría de sus cuentos me parecieron muy bien hechos, casi de concurso o de revista, con esa sensación de algo elaborado y dirigido. Incluso el recurso cinematográfico que utiliza siempre, el de ir dirigiendo el foco de atención a personajes secundarios que luego empiezan a tomar dimensión, me parece demasiado manipulado. Sin embargo, hay cuatro relatos que me parecen superiores (y uno en especial, imprecindible, realmente bueno): "Hogar, dulce hogar", que es un policial doméstico que curiosamente tiene algo de tierno y conmovedor; "Conservación", donde el tema de un padre con su hija alcance a veces niveles realmente notables, sobre todo por lo no dicho; "Gallus gallus", que parece un cuento cortazariano, o más precisamente gogoliano, un absurdo; y "Avatares de la sangre", un cuento extraño, oscuro, también sobre una relación familiar pero con un tono de tristeza y desesperación que seguirá conmigo por mucho tiempo, especialmente por ese final (lo mejor del libro) con la gata arañando la tierra, impresionante.

Estoy leyendo (10/1)

1.10.2005
Yo era una chica moderna de César Aira
Interzona: Buenos Aires, 2004
124 págs.

Angvik para la polémica

El libro de Birger Angvik dedicado a Mario Vargas Llosa (La narración como exorcismo) deja varias ideas para la polémica. Anoto algunas de las cosas que me gustaría discutir:

1. La ambiguedad de la crítica literaria peruano cuando pretenden defender la supuesta supremacía del realismo peruano (es cantinflesca la relación de términos, en sí mismos contradictorios, que según Angvik usan los críticos peruanos, desde realismo-social, realismourbano, neorrealismo, realismo-crítico, etc)

2. La lectura de Historia de Mayta como una novela paródica, una sátira lograda sobre el poder y una de sus mejores novelas que, según Angvik, ha sido leída por la desangelada y malhumorada crítica literaria peruana como una novela realista (¡) y por lo tanto mal entendida (aquí se le considera su peor novela).

3. La idea de que a partir del Caso Padilla Vargas Llosa cambia el tema del "drama personal" por el del "melodrama sentimental": de Conversación a la Catedral a La tía Julia y el escribidor.

4. La relación de los capítulos pares e impares en El pez en el agua, que según Angvik tienen en común el tema del padre, pues en las partes autobiográficas el eje principal es el rechazo del Padre, y en las partes políticas el tema es cómo el pueblo peruano rechaza que Vargas Llosa se convierta en el Padre de la Patria. Angvik sostiene que al parecer Vargas Llosa rechaza a su padre pero no al mundo falocéntrico y machista que éste representa (que se opone al mundo "Miraflores Maricón" de la madre, la frase es de Angvik), por lo que hay un parricidio y una lucha por el poder, pero no una negación de la imagen paterna (lo que explicaría su actividad política posterior que Angvik califica de autoritaria). Dice además que por ello la literatura de Vargas Llosa es falocéntrica (en una entrevista incluso lo llamó "semental"). Para mí esas explicaciones literarias basadas en el falocentrismo no creo que lleven a ninguna parte (salvo al sobresaliente en una tesis de universidad del Medio Oeste Norteamericano). Además, no creo que estas memorias sean un fracaso literario sino, al contrario, una de las obras mayores del género en nuestro idioma.

5. La idea (tan exótica para mí) de que Vargas Llosa, al negar supuestamete la existencia del mundo representado en la obra literaria de José María Arguedas (en su libro La utopía arcaíca), está cambiando a un padre (Arguedas) por otro padre: el crítico y aristócrata José de la Rivaguero. Aquí Angvik parece acercarse a los manifiestos anti-criollos de Zeín Zorrilla, aunque mucho más documentado que el amigo Zein.

Fin de semana con Johnson

Este fin de semana releí Hijo de Jesús.

Hace casi un mes, entrevisté al poeta peruano Mario Montalbetti para Vano Oficio. Luego de la entrevista, como suelo hacerlo, le pregunté si había leído a un autor contemporáneo que valiese la pena. Mencionó el nombre de Denis Johnson, y en especial su "novela de relatos" Hijo de Jesús. Estábamos en la librería La Casa Verde y de inmediato le comenté el nombre a Francisco Melgar, un lector tan curioso como yo, y empezamos a averiguar en internet algo sobre ese libro. Cuando nos enteramos de que estaba traducido en la colección 21 de Mondadori, llamamos a Ibero, la distribuidora en Lima, donde nos dijeron que, oh milagro, sí tenían ese libro en el depósito, aunque solo habían dos ejemplares. Francisco se hizo de uno y yo, como viajaba en unos días a México, no me apresuré en comprar el otro. Pero no encontré en ninguna parte ese libro (sí encontré, en cambio, una novela, también en Mondadori, que se extravió con la maleta perdida mencionada en el post de abajo), sobre todo porque las librerías del DF están en franca decadencia comparadas con lo que eran hace un par de años.

En fin, apenas regresé a Lima fui a la librería Ibero, que distribuye 21, y me dijeron que nadie había comprado ese ejemplar único (ya hubiera sido demasiada mala suerte que alguien lo comprase en esta ciudad, donde casi todas las novedades no marketeadas se pudren por años) así que lo conseguí y lo leí de inmediato.

El libro es sencillamente fantástico. La traducción de Rodrigo Fresán ayuda mucho, es cierto. Ha conseguido capturar la esencia desvariante del protagonista, un drogadicto en etapa terminal que olvida cosas o repite siempre lo mismo, y para el cual la realidad es un concepto demasiado relativo (tan relativo como la fantasía o los sueños con las que se confunde en pleno delirio). Denis Johnson ha creado un personaje absolutamente verosímil, y consigue traspasar a los lectores la sensación de angustia y de pérdida de conciencia que debe tener el mundo de las drogas y los psicotrópicos. Es ahí que se distancia años luz de casi todo el resto de palurdos narradores Generación X, que lo único que hacen es un costumbrismo documentalista, chato y simple, pensando que la sola escritura de la palabra "cocaína" puede crear un estado de ánimo alucinatorio en el lector, sin preocuparse por recrear esos estados como sí lo hace, con tanta genialidad, Denis Johnson.

Su personaje protagónico es contradictorio, desde luego. A veces parece vulnerable y otras de una fortaleza indestructible. A veces es sentimental y enamorado, y otras un cínico sin escrúpulos. Los relatos se pueden leer de forma autónoma, pero al estar referidos todos a un mismo personaje puede entenderse el libro como una novela ("novela de relatos" la llama Fresán en el prólogo) cerrada, circular, asfixiante, que vuelve siempre al mismo punto aunque en el relato final parece haber un pequeño tanque de oxígeno (espero que le dure, aunque lo dudo). Supongo que hay algo sádico en recomendar este libro, sobre todo después de contarles que los dos únicos ejemplares ya tienen dueño, pero siempre queda la posibilidad de que aparezca por ahí algún ejemplar no documentado. Suerte (je, je).



Hijo de Jesús El título, por cierto, proviene de Heroin de Lou Reed, en la estrofa: "When I’m rushing on my run/ And I feel just like jesus’ son"
(Cuando voy lanzado en mi carrera/ Y me siento como un hijo de jesús)

Villoro extraviado

Los primeros días de diciembre regresé de México, luego de paricipar en la Feria de Guadalajara, con una maleta llena de libros. En realidad, regresé yo, no la maleta. La línea aérea simplemente la extravió. Entre la cantidad de libros que había comprado, uno de los que más me duele haber perdido es El testigo, la novela ganadora del último premio Herralde, del mexicano Juan Villoro. La novela ha recibido excelentes críticas, y la verdad es que la recreación de un personaje literario en la ficción siempre me ha parecido un tema estupendo. Y en manos de un autor tan culto y agudo como Juan (hay que leer sus crónicas y críticas literarias), seguro la vida de don Ramón López Velarde debe haber adquirido una fuerza muy especial en esta novela que no puedo leer de inmediato, pero seguro la conseguiré hacia febrero. Una deuda pendiente no por mi culpa, sino por culpa de la negligencia de una línea aérea de cuyo nombre no me quiero acordar.



Juan Villoro

Estoy leyendo (7-1)

1.07.2005
La narración como exorcismo de Birger Angvik
Fondo de Cultura Económica: Lima: 2004
331 págs.


Canción

Pasé un verano entero escuchando ese disco.
Para que la emoción no se le fuera
lo escuchaba una vez cada día.
Si me quedaba hambriento salía a caminar.

A su manera la luz cantaba esa canción,
la cantó el mar, la dijo
un pájaro.
Lo pensé en un momento:
todo me está pasando para que me enamore.

Luego se fue el verano.
El pájaro
más seco que la rama
no volvió a abrir el pico.

poema de Antonio José Ponte


Extraordinarios cubanos

1.06.2005
Qué buenos son los escritores cubanos últimos. De los nacidos después del 60, hay por lo menos tres autores que podrían encabeza cualquier antología de literatura contemporánea en nuestro idioma, además de ser obras urgentes para enteder qué ha ocurrido en estos años en nuestra lengua. Las obras de estos no solo es de una altísima calidad formal, sino que además ponen en jaque los criterios literarios más costumbristas y anquilosados que aún predominan en la crítica institucional y los reseñistas de diario. Los tres nombres que recomiendo son: Rolando Sánchez Mejías, José Manuel Prieto y Antonio José Ponte.

Sanchez Mejías vive exiliado en Barcelona, ha publicado en Siruela diversos poemarios y dos novelas estupendas, muy divertidas pero también inteligentes (con lo raro que es leer ahora algo de verdad inteligente). La primera se llama Historias de Olmo y la segunda Cuaderno de Feldafing.

Juan Manuel Prieto estudia un doctorado en Estados Unidos, ha vivido un tiempo en Rusia y en México, publicó la novela Livadia , muy original y sumamente elogiada, y la extraña pero también genial Enciclopedia de una vida en Rusia.

Antonio José Ponte vive en Cuba, y por lo que sé no la pasa muy bien. Su visión crítica del régimen cubano no le hace mucha gracia a la literatura oficial, pero por otra parte él ha optado por no vivir en el exilio. Al igual que Sánchez Mejías, es también poeta (un poeta buenísimo, por cierto), y ha escrito narrativa como Cuentos de todas partes del imperio y la novela Contrabando de sombras. Su ensayo Las comidas profundas es extraordinario, aunque prácticamente inhallable, como toda su obra.



Nuevos narradores cubanos es el nombre de la antología que publicó Siruela, bajo la dirección de Miche Strausfeld, donde, entre otros, se puede encontrar cuentos de Ponte, Sánchez Mejías y Prieto.

Recomendaciones de librero apócrifo

1.05.2005
Me encantaría tener una librería para recomendar y que me recomienden libros. Creo que ese es mi fin en la vida: recomendar lecturas. Y leer, desde luego. Con el programa intenté algo de eso, pero el formato es un poco limitante. Como sea, dejo aquí una lista de los cinco libros que mas he recomendado, por diferentes razones, a todos aquellos que me preguntan qué leer:

1. La verdadera vida de Sebastián Knight, de Vladímir Nabokov.
2. El pez en el agua, de Mario Vargas Llosa
3. Otras tardes, de Luis Loayza
4. Una princesa en Berlín, de Arthur Solseen
5. Perorata del apestado, de Gesualdo Bufalino

Asimismo, dejo la lista de las cinco mejores recomendaciones que me han hecho últimamente una serie de lectores que admiro y cuya opinión respeto mucho (por ello mismo, esta lista ha sido más difícil elegir)

1. Otoño alemán, de Stig Dagerman
2. Hijo de Jesús, de Denis Johnson
3. Amanece la muerte, de Jim Crace
4. Historias de Olmo, de Rolando Sánchez Mejías
5. Elogio de lo insípido, de Francoise Jullien

Lecturas frustradas

Dos frustraciones de lectura recién comenzado el año. En primer lugar, El cazador de autógrafos (en Salamandra), la segunda novela de Zadie Smith. Empecé el libro (que me mandé traer de España, a Lima no ha llegado aún) con mucho entusiasmo el mismo primero de enero pues me gustó su novela anterior, Dientes Blancos, ella me parece guapa y el tema de la novela me parecía afín a mis propios intereses (el narrador me recordaba al personaje del primer cuento de Las fotografías de Frances Farmer). La verdad es que el libro es muy pesado, efectista, exagerado, con un argumento inverosímil al principio, infantil luego, y que pierde interés al concluir las primeras cien páginas. No es que sea demasiado mala, pero no está a la altura de su primera novela, quizá porque quiso hacer algo "diferente" o "para gente rara" como ella afirma, o probablemente, como leo un comentario de Universa, la ambición de Zadie la hizo meter todos los huevos en la canasta y terminó haciendo un mamotreto. La segunda frustración fue La chica y el violín de Tristan Egolf. De él me habían hablado muy bien, sobre todo por su primera novela, El amo del corral, que tradujo Mondadori y que no he leído aún. La chica y el violín me pareció asfixiante, excesiva hasta lo ilegible, de lo más aburrida, dispersa y desordenada. A diferencia de la novela de Zadie Smith, que al menos terminé, ésta sí que la dejé de lado. No creo, en este caso, que sea la traducción. Es posible que la crítica se haya dejado fascinar por la biografía de Egolf (cantante punk, blues, delincuente juvenil, rechazado por 70 editoriales, la hija de Modiano, etc), o también es probable que yo sea un lector indigno para este barroquismo adolescente y post-punk tan deprimente y confuso.



Contratapa Alex-Li Tandem es un joven cazador de autógrafos londinense de origen chino y judío. Colecciona, compra, vende, a veces incluso falsifica, mientras espera obtener una firma de su idolatrada Kitty Alexander, una estrella de Hollywood de los años cincuenta venida a menos. Cuando por fin cree obtener una respuesta de la diva americana, un posible encuentro con su ídolo en un tranquilo rincón de Brooklyn, durante un viaje a Nueva York, le brindará la ocasión de comprobar si su sueño se ajusta a la realidad o si las burlas y advertencias de su amigo Adam, negro, judío y budista, tienen fundamento

Una pregunta hipotética

Una frase me llamó la atención en El Plagiario de Benjamín Cheever. Los redactores principales de American Reader invitan a su padre a almorzar con el fin de preguntarle si le gustaría escribir para esa revista sosa y remilgona. Es obvio que un escritor serio y famoso como él se negará de plano, pero piensan que ofreciéndole buen dinero (10,000 dólares de los años 70) quizá acepte escribir un cuento sobre gatos (él odia a los gatos, en cambio tiene perros pero la revista ya publicó muchos cuentos con ese animal y no necesitan otro). Finalmente, el director de la revista le advierte que le hará una pregunta “hipotética”: si le ofreciesen una buena cantidad de dinero, ¿escribiría para la revista de su hijo? El novelista sale del aprieto con una excelente respuesta: “Hasta para un escritor de ficción es difícil contestar una pregunta hipotética”.

Estoy leyendo (4-1)

1.04.2005
Animales sueltos de Hannah Tinti.
Anagrama, Barcelona: 2004
214 págs

Deustua ha muerto

Ha muerto el poeta Raúl Deustua, me entero de eso leyendo hoy Inquisiciones de Abelardo Oquendo. Fue el mismo Oquendo quien me advirtió de la existencia de Deustua, un poeta extraordinario que era avaro a la hora de publicar, una persona además, al parecer, muy singular y entrañable. Como lo recuerda Oquendo, Vargas Llosa menciona a Deustua como uno de esos casos de Bartlebys literarios (siguiendo la calificación de Vila Matas) que ante la posibilidad de mostrar su genio simplemente "prefieren no hacerlo". El libro Un Mar Apenas, que publicó la Universidad Católica en 1997, está obviamente desaparecido por lo que queda solo el consuelo -para quien no lo conozca- de estos pocos poemas colgados en la página de Estación Poética dedicada al autor.

El Benjamín

Finalmente, la semana pasada me animé a leer la novela de Benjamín Cheever, El plagiario, en la que su célbre padre aparece como personaje bajo el ridículo nombre de Icarus. La novela es entretenida, no necesariamente mala, y al final uno siente ternura por el escritor alcohólico (es decir, John Cheever) padre del protagonista del libro, un periodista de la moralistona y conservadora revista American Reader (Reader´s Digest en realidad) que paga altos sueldos a sus redactores y es una olla de grillos, de la que el hijo del escritor famoso logra salir airoso gracias a que se convierte en un soplón y traidor. No me sorprendió la afición de su hijo de llamar alcohólico a su padre (un borracho conocido, además, así que no hay chisme) pero sí la canallada final, cuando insinúa con muy poca sutileza la probable bisexualidad de Cheever (un tema de estudio cada vez más frecuente en sus obras). Si lo hubiera dicho explícitamente, y fuera parte de la trama, no me hubiera molestado. Pero la escena final (que no puedo contar porque delato el argumento) es infame.



El hijo de Cheever En el prólogo a los Diarios de su padre, Benjamín sí fue explícito e incluso agudo: "Un espíritu simple dirá que la esencia de su problema era la bisexualidad, pero no es así. Tampoco lo era el alcoholismo. Asumió su bisexualidad. Dejó la bebida. Pero la vida seguía siendo un problema".

moleskine

Las moleskine son cuadernos de notas de difrentes tamaños, usada desde el siglo XIX por escritores y pintores, y que se venden muy bien en Francia, Inglaterra y EEUU. Hace unos meses, Mario Bellatin me regaló mi primer Moleskine y, debo decir, la verdad es que se escribe muy bien ahí (sin llegar a ser como el cuaderno azul portugués de Sidney Orr). Algunas de esas notas, creo, las más coyunturales o las que mencionan lecturas, podrían tener interés en una weblog. Eso.



Moleskine "Perder mi pasaporte es lo que menos me preocupa; perder mi Moleskine, eso sí que es una catástrofe" (Bruce Chatwin)