Angvik para la polémica
El libro de Birger Angvik dedicado a Mario Vargas Llosa (La narración como exorcismo) deja varias ideas para la polémica. Anoto algunas de las cosas que me gustaría discutir:
1. La ambiguedad de la crítica literaria peruano cuando pretenden defender la supuesta supremacía del realismo peruano (es cantinflesca la relación de términos, en sí mismos contradictorios, que según Angvik usan los críticos peruanos, desde realismo-social, realismourbano, neorrealismo, realismo-crítico, etc)
2. La lectura de Historia de Mayta como una novela paródica, una sátira lograda sobre el poder y una de sus mejores novelas que, según Angvik, ha sido leída por la desangelada y malhumorada crítica literaria peruana como una novela realista (¡) y por lo tanto mal entendida (aquí se le considera su peor novela).
3. La idea de que a partir del Caso Padilla Vargas Llosa cambia el tema del "drama personal" por el del "melodrama sentimental": de Conversación a la Catedral a La tía Julia y el escribidor.
4. La relación de los capítulos pares e impares en El pez en el agua, que según Angvik tienen en común el tema del padre, pues en las partes autobiográficas el eje principal es el rechazo del Padre, y en las partes políticas el tema es cómo el pueblo peruano rechaza que Vargas Llosa se convierta en el Padre de la Patria. Angvik sostiene que al parecer Vargas Llosa rechaza a su padre pero no al mundo falocéntrico y machista que éste representa (que se opone al mundo "Miraflores Maricón" de la madre, la frase es de Angvik), por lo que hay un parricidio y una lucha por el poder, pero no una negación de la imagen paterna (lo que explicaría su actividad política posterior que Angvik califica de autoritaria). Dice además que por ello la literatura de Vargas Llosa es falocéntrica (en una entrevista incluso lo llamó "semental"). Para mí esas explicaciones literarias basadas en el falocentrismo no creo que lleven a ninguna parte (salvo al sobresaliente en una tesis de universidad del Medio Oeste Norteamericano). Además, no creo que estas memorias sean un fracaso literario sino, al contrario, una de las obras mayores del género en nuestro idioma.
5. La idea (tan exótica para mí) de que Vargas Llosa, al negar supuestamete la existencia del mundo representado en la obra literaria de José María Arguedas (en su libro La utopía arcaíca), está cambiando a un padre (Arguedas) por otro padre: el crítico y aristócrata José de la Rivaguero. Aquí Angvik parece acercarse a los manifiestos anti-criollos de Zeín Zorrilla, aunque mucho más documentado que el amigo Zein.
1. La ambiguedad de la crítica literaria peruano cuando pretenden defender la supuesta supremacía del realismo peruano (es cantinflesca la relación de términos, en sí mismos contradictorios, que según Angvik usan los críticos peruanos, desde realismo-social, realismourbano, neorrealismo, realismo-crítico, etc)
2. La lectura de Historia de Mayta como una novela paródica, una sátira lograda sobre el poder y una de sus mejores novelas que, según Angvik, ha sido leída por la desangelada y malhumorada crítica literaria peruana como una novela realista (¡) y por lo tanto mal entendida (aquí se le considera su peor novela).
3. La idea de que a partir del Caso Padilla Vargas Llosa cambia el tema del "drama personal" por el del "melodrama sentimental": de Conversación a la Catedral a La tía Julia y el escribidor.
4. La relación de los capítulos pares e impares en El pez en el agua, que según Angvik tienen en común el tema del padre, pues en las partes autobiográficas el eje principal es el rechazo del Padre, y en las partes políticas el tema es cómo el pueblo peruano rechaza que Vargas Llosa se convierta en el Padre de la Patria. Angvik sostiene que al parecer Vargas Llosa rechaza a su padre pero no al mundo falocéntrico y machista que éste representa (que se opone al mundo "Miraflores Maricón" de la madre, la frase es de Angvik), por lo que hay un parricidio y una lucha por el poder, pero no una negación de la imagen paterna (lo que explicaría su actividad política posterior que Angvik califica de autoritaria). Dice además que por ello la literatura de Vargas Llosa es falocéntrica (en una entrevista incluso lo llamó "semental"). Para mí esas explicaciones literarias basadas en el falocentrismo no creo que lleven a ninguna parte (salvo al sobresaliente en una tesis de universidad del Medio Oeste Norteamericano). Además, no creo que estas memorias sean un fracaso literario sino, al contrario, una de las obras mayores del género en nuestro idioma.
5. La idea (tan exótica para mí) de que Vargas Llosa, al negar supuestamete la existencia del mundo representado en la obra literaria de José María Arguedas (en su libro La utopía arcaíca), está cambiando a un padre (Arguedas) por otro padre: el crítico y aristócrata José de la Rivaguero. Aquí Angvik parece acercarse a los manifiestos anti-criollos de Zeín Zorrilla, aunque mucho más documentado que el amigo Zein.
Imposible pensar que "El Pez en el Agua" pueda ser considerado por alguien (menos por un crítico literario) como un buen libro,salvo que existan intereses particulares en esa consideración ("Don Mario, me haría usted el honor de escribirme un prologuito..."). Vargas Llosa ha escrito novelas de buena factura,pero "El Pez.." fue escrito a la volada por un candidato presidencial que acababa de ser derrotado bochornosamente por un japonesito desconocido. Como ya lo señalaron otros en su momento, se trata no de un libro de "Memorias", sino de "Rencores", en el cual Vargas Llosa dispara contra todos los que no le fueron incondicionales o, según él, lo traicionaron. A Julio Ramón Ribeyro lo tilda de "escritor muy decoroso". De Hernando de Soto dice, más o menos,que él lo inventó. Y ni que decir de otros periodistas o académicos a los que inunda de adjetivos de grueso calibre, como Antonio Cornejo Polar, Julio Ortega, Mirko Lauer, Raúl Vargas y Federico Salazar, por mencionar a unos cuantos. Además, editorialmente, el libro fue una verguenza. Plagado de errores de redacción y ortografía, cuando no de contenido (fechas, datos y hasta citas de libros y autores) parecía como si hubiera hecho una carrera con Alvarito para ver quien acababa primero su testimonio de la campaña. Si hay un libro de "Memorias" para el olvido, sin duda es éste.
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