A partir de una frase de un post anterior, en que me referí a la "Revista de Literatura", he recibido de su director, Ricardo Virhuez,
esta aclaración que publico, en primer lugar, para rectificar la información recibida (me dijeron que el artículo aquel había sido publicado en esa revista, lo que no es cierto) y en segundo lugar, para que quede constancia de que no he mentido un ápice al calificar la revista como "una revista que lo único que hace es buscar dividir la literatura peruana en dos: la de ellos y la del resto".
Por otra parte, he subrayado en rojo los insultos absolutamente gratuitos que he recibido de Ricardo Virhuez. Este señor me descalifica como escritor sin más argumentos que frases hechas como "sin experimentación ni buen manejo del idioma, con temas banales e intrascendentes, sin el conocimiento básico de recursos y técnicas narrativas", y finalmente calificándola de "subliteratura" (por cierto, ¿qué es eso?). Tambén ataca mi programa -"de programas de Tv aburridos y que no aportan nada en favor de la cultura nacional"-. Y finalmente a mi persona -"unir con facilidad la arrogancia con la imbecilidad"-. Todo eso pase, es su opinión finalmente, pero lo que es inaceptable es la falta absoluta de dignidad al ofenderme con temas que no tienen nada que ver con la literatura, como cuando dice"con las mismas limitaciones de como habla" burlándose de mi frenillo. ¿Merecía mi comentario una respuesta tan desproporcionada? Lo dudo.
En fin, creo que el pez por la boca muere, y Ricardo Virhuez en una carta tan agresiva y llena de golpes bajos como ésta se descalifica solo.
En cuanto al contenido de su carta, más allá del tono agresivo que define a aquel que no tiene argumentos, debo decir que está plagada de mentiras y ridiculices. En primer lugar, no sé por qué piensa que quiero" ganar notoriedad" a costa de una persona poco conocida como él y de una revista que no circula demasiado, publicando un comentario en un blog que no leen más de 120 personas al día.
En segundo lugar, piensa que existe una "versión oficial" del Encuentro de Literatura en Madrid cuando tanto lo publicado por Alonso Cueto en
Perú21, como lo mío en
Caretas, son solo columnas de opinión y así se presentaron. Asimismo, lo escrito por Yolanda Vaccaro para "El Comercio" no era una nota de prensa "oficial" sino una reseña periodística, y es una calumnia aquello de que Yolanda Vaccaro se basa en "falsas declaraciones". Que yo sepa, los únicos que quieren dar siempre versiones "oficiales" de la "literatura peruana", son personas como Ricardo Virhuez, que no sé con qué arrogancia se atreve a ponerle de título a su revista "Revista de Literatura peruana" cuando tienen una versión parcial y prejuiciosa de la misma. En más de una ocasión, he recibido mensajes y llamados de escritores de provincias mostrando su desacuerdo con posturas como las del señor Virhuez, molestos y preocupados porque temen que por culpa de estos discuros de demagogia literaria se piense que
todos los escritores de provincias son así de intransigentes.
En tercer lugar, Virhuez dice "... lo sorprendente, sin embargo, es que de pronto los escritores criollos aboguen por la "diversidad" literaria, por la "multiplicidad" y que "hay espacio para todos". No sé de qué se sorprende. En lo que a mí respecta, siempre he abogado por esa multiplicidad, y lo hecho durante la década de los 90, cuaando nadie se atrevía a decir eso, años en que autores como Miguel Gutiérrez opinaban que solo había una forma de escribir en el Perú (la realista crítica) y en que autores como Virhuez radicalizaban sus propuestas andinas ideológicas eliminando de plano todo lo que tuviera, según ellos, "tufo occidental", burlándose de los apellidos extranjeros, insultando a los autores limeños. Algunos rezagos de esa postura quedan en esta carta al calificarnos de "rivagueritos". Lo realmente sorprendente, por tanto, es que ellos ahora hablen de esa multiplicidad.
En cuarto lugar, quisiera que Virhuez aclare qué quiso decir con aquello de "dichas notas provienen precisamente de ese sector criollo enquistado en el poder y la corrupción" ¿Me está llamando "corrupto" bajo qué pruebas? ¿O es solo una calumnia más? ¿Es ud. un calumniador sr. Virhuez? ¿Eso le parece ético o responsable?
En quinto lugar, sobre lo de calificarme como uno de los "sujetos que precisamente, en los medios donde filtran la información cultural y cierran los espacios a todo aquello que esté fuera de su círculo de intereses" debo decir que Virhuez no solo está desinformado a drede sino, incluso, es mentiroso y malagradecido. A mi programa han asistido muchísimas veces escritores de provincias, incluso personas como Zeín Zorrilla con quien tuve una discusión literaria en Bogotá sobre este tema y a quien invité a debatir su propuesta en mi programa. Si no hay más presencia regional, es porque lamentablemente el canal no asume los gastos de enviarme a provincias, pese a que se lo pido siempre. Y en cuanto a Virhuez y su revista,
jamás he dejado de mencionar la Revista de Literatura en la estafeta del programa, incluso de números en los que se me insultaba en columnas al interior, e incluso he entrevistado a uno de sus directores para hablar de la revista y de sus libros. ¿Pretende negar eso también? Cuando el señor Virhuez se me acercó en el aeropuerto de Madrid y me saludó amablemente, saludo que contesté con la misma amabilidad, pensé que era una señal de buena voluntad de dos escritores "en orillas opuestas", y también un reconocimiento al hecho de que yo, pese a ser atacado siempre por esa revista, la mencionaba en el programa sin descalificarla y sin juzgarla. Lamentablemente me equivoqué, y todos los amigos y colaboradores de Virhuez saben que no miento.
En sexto lugar dice: "En el congreso en Madrid se explicaron las características literarias de los narradores criollos, y la conclusión fue tajante: es una mala literatura" Al respecto solo queda decir que, por lo que yo sé, eso no sucedió en ningún momento. No creo que en un congreso se pueda hacer
seriamente una afirmación así de tajante. Si alguien lo dijo en alguna mesa, debe ser un exabrupto intrascendente que no se puede tomar en serio. Lo que sé del encuentro, es que sucedió todo lo contrario. Por ejemplo, en una mesa de expositores españoles se habló muy bien y sin prejuicios de estos libros "de limeños" -incluido los míos, así como el de los escritores andinos como Colchado o Rosas Paravicino, como debe ser.