MOLESKINE ® LITERARIO

Notas al vuelo en cuaderno Moleskine® .

Woody Allen, cuentos con cola

3.26.2009
Woody Allen. Fuente: blogdecine

Bernard Madoff es algo así como un Carlos Manrique (un personaje peruano tristemente célebre por una estafa financiera) pero a enormísima escala: a través del método de pirámide logró estafar en Wall Street por la impresionante suma de 65.000 millones de dólares. Cuando era cuestión de tiempo esperar que algún guionista o productor decidiera comprar los derechos de la historia, de pronto Woody Allen se adelantó a todos. Pero no para hacer una película, sino para regresar a sus cuentos cómicos -algunos de ellos aburridos, otros notables- en New Yorker. El que publicó este fin de semana se titula "Tails of Manhattan" y, como acertadamente anota la revista Ñ, se refiere a un juego de palabras entre tail (cola) y tale (cuento) cuento. Los protagonistas: dos estafados por Madoff que se reencarnan en langostas y terminan ambos en la pecera de una mariquería. Así lo comenta Ñ:

"Hace dos semanas, Abe Moscowitz murió de un ataque al corazón y se reencarnó en langosta", empieza este relato kafkiano, cuyo título, "Tails of Manhattan", es un juego de palabras. Tail,en inglés, significa cola, pero suena como tale, cuento. El tal Moscowitz acaba en la pecera de una marisquería del Upper East Side de Manhattan, y allí se encuentra con Moe Silverman, un viejo conocido. Ambos fueron estafados por Bernie Madoff y murieron como consecuencia de la estafa. Ambos se reencarnaron en langosta. "Al principio me decía que no tenía espacio para un nuevo inversor. Pero cuanto más me rechazaba, más quería yo entrar", dice Silverman, que se suicidó al descubrirse víctima del fraude. "El día que supe que él podía gestionar mis cuentas me emocioné tanto que recorté la cabeza de mi esposa de la foto de nuestra boda y puse la suya en su lugar". El caso es que un día Madoff burla el arresto domiciliario y aparece en el restaurante donde las langostas se pasan las horas filosofando. Es más, pide langosta y las elige a ellas. "¡Me timó hasta que me quedé sin los ahorros de toda una vida y ahora se me tragará con salsa de mantequilla! ¿Qué clase de universo es este?", llora Moscowitz. El desenlace es rocambolesco y puede servir para resarcir, aunque sea en la ficción, a las víctimas de Madoff, un prohombre de la comunidad judía que durante años engañó a casi todo el mundo - incluidas víctimas del holocausto-sin que su imagen se resquebrajase.

La revista Ñ, además, dice que este cuento retorna al microcosmos de los mejores guiones de Allen, el de Manhattan y el mundo judío.

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Acusan de plagio a Woody

10.30.2008
Woody Allen y su musa en pleno rodaje en Barcelona. Fuente: nypost.com

Bueno, ya he dicho que las notas curiosas, medio freaks, son fascinantes para Moleskine y otros blogs. O incluso para el ADN.es. Pero no sabía que lo eran también para el serio diario "El País" que ahora rebota una noticia sacada de un estridente comentarista del blog de 'Vicky Cristina Barcelona' que acusa a Woody Allen de plagiar una novela suya que no queda claro si alguna vez fue publicada o no. Esto es lo que dice el autor supuestamente plagiado, Alexis de Villar, en un comment:


"(...) afirmo que esa pelicula insulsa está basada en mi novela Goodbye, Barcelona (1987), que ha sido plagiada descaradamente. Si la peliculita de Allen es un verdadero engendro es porque además mi novela ha sido desfigurada para evitar obviamente cualquier queja por mi parte. Goodbye, Barcelona está por suerte registrada en el Ministerio de Cultura desde el 87, estuvo entre las finalistas al Premio Planeta de ese año con mi nombre y con ese título y quedó entre las cuatro finalistas al Premio Plaza & Janés del 1989. [El autor recrimina además a la productora, MediaPro, que no le invitara a la presentación] "Evidentemente fui el único no invitado a la ceremonia de lanzamiento de Midnight to Barcelona, título que por cierto fue cambiado sobre la marcha por el horrendo actual sin duda para distanciarlo de mi novela, ya que al menos fonéticamente en habla inglesa se parecían demasiado.

La conclusión, con su lado dramático y al mismo tiempo exasperado, recuerda a los innumerables comments que abundan por todos los blogs del mundo, es especial los blogs-basura. ¿No será medio peruano este autor catalán?

"Soy un escritor maldito y arruinado porque en general todos los editores y productoras me han tomado el pelo toda la vida. Pero aunque maldito tengo el derecho al pataleo, por eso entre otras cosas está Internet, para dar voz a los que silencia el sistema monocorde imperante. Y no me voy a callar, jamás, por simple dignidad"

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La lección de Woody

12.14.2007
Woody Allen toma notas. Fuente: las provincias

La lección del maestro:

“Si no escribiera guiones, escribiría obras teatrales o libros. Si no escribo, me siento miserable”, confesó. Allen reconoció que cuando era joven tenía mucho miedo al fracaso, pero con el tiempo ese sentimiento se fue desvaneciendo. “Volvía a fracasar y no pasaba nada y, al final, el miedo desapareció. Lo más tonto es que incluso cuando celebrás el mayor de los éxitos, tampoco pasa nada. Cuando era joven, pensaba: si tengo éxito, todos me querrán; si fracaso, todo el mundo me odiará. Tonterías. Con los años se aprende que no pasan cosas magníficas ni horribles. Eso es de cierto modo tranquilizador.”

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Upidike no soporta NY

10.09.2007
John Updike. Fuente: serious golmal

Al igual que lo ocurrido con Woody Allen, el romance de John Upidke con Nueva York parece que llega a su fin. La nota en el diario mexicano "Milenio".

Dice la nota: "Al escritor de bestsellers estadunidense John Updike, que siempre fue un enamorado de Nueva York, ya no le gusta la ciudad. En su nuevo libro de ensayos “Due Considerations”, describe por qué se trasladó a New England y nunca lo lamentó. “Mi meta era ver si podía encontrar un camino discreto como escritor independiente lejos del ajetreo literario derrochador de energía y roído por los egos de Nueva York. Y descubrí, un año tras otro, que sí podía”, escribió Updike, de 75 años. New England es una población en la que “un hombre puede respirar y un escritor esribir”. Entre las novelas más conocidas de Updike figuran “Las brujas de Eastwick” y la serie sobre el personaje Harry “Conejo” Angstrom.

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Despluman a Woody Allen

9.17.2007
La pulposa Scarlette y Woody Allen. Algo no anda bien. Fuente: blog de cine

Woody Allen ya no es el mismo, aunque nos duela confesrarlo, aunque tratemos de sumarle puntos tramposos a sus películas, aunque le perdonemos que haya cambiado a musas más evanescentes por la terrenal Scarlette Johanson. Y a Nueva York por París, Londres o Barcelona, hay que decirlo, ciudades hermosas que en sus cintas parecen fotografiadas como el resultado de una capitulación o la versión alternativa de un perfume caro. Mi última esperanza es que sus cuentos de Pura Anarquía (Tusquets) sean tan buenos como los de Cómo acabar de una vez por todas con la cultura o Sin Plumas. Pero Rodrigo Fresán, en el suplemento Radar, acaba de exterminar esa esperanza. Ahora Woody Allen es realmente una criatura sin plumas.
Dice Fresán: "(...) lo que ocurre es que los comediantes tienen fecha de vencimiento. Lo que fue gracioso a principios del siglo XX casi seguramente no lo será a principios del XXI. El caso de Woody Allen es todavía más grave porque –a pesar de venir de la nutrida tradición stand-up judía– lo suyo empieza y termina en sí mismo, en su figura y genio. Y su material funciona mejor durante cierta edad y en determinadas coordenadas socioculturales para un público que necesita identificarse con sus dilemas y su, sí, humor que alguna vez produjo la más que convincente ilusión de estar dotado de una universalidad casi shakespeareana. Así, en algún momento de toda vida, todos fuimos o quisimos ser Woody Allen. Pero me temo que no es un deseo que dure para siempre. Los intentos del mismo Allen por woodyzarse en alter egos más jóvenes pero igual de tartamudos –ya sean John Cusack o Kenneth Branagh o Will Ferrell o Jason Biggs– consiguieron resultados más bien pobres. Lo que hace pensar que Woody Allen –producto perfecto y antiheroico, culto divertido, psicoanalizado y neurótico, tipo lejos de ser un galán de cine pero que aún así conquistaba a mujeres deseables en la vida real– cumplió a la perfección hasta que alcanzó la perfección. Y, se sabe, una vez que se alcanza la perfección no es sencillo mantenerla y sólo queda iniciar el más o menos lento, más o menos pronunciado, camino de bajada. Woody Allen se encuentra allí ahora, y nadie puede culparlo de ello. Sí se puede, en cambio, precisar que, rumbo al inevitable crepúsculo, Woody Allen ha elegido la estrategia más fácil y acaso la menos elegante: la repetición de un modelo (pensar en la respetable Match-Point como en una relectura “para jóvenes” de la mucho más profunda y lograda Crímenes y pecados o en la insufrible tontería de Scoop como en un torpe calco de aquella agradable Misterioso asesinato en Manhattan) y la pereza de quien sabe que puede confiar en la marca registrada en la que se ha convertido

(...) los breves bosquejos que componen Pura anarquía –engañosamente anunciado como el primero que escribe en más de un cuarto de siglo cuando en realidad se trata de dieciocho piezas sueltas aparecidas a lo largo de los años en las páginas de The New Yorker donde, seguro, se asimilan mucho mejor en dosis homeopáticas ubicadas entre un relato de John Updike y una crítica de cine de Anthony Lane– apelan una y otra vez a un mismo mecanismo. Una repetida coreografía proyectada sobre diferentes paisajes que pueden tener que ver con la New Age, la industria del cine y la estupidez de Hollywood, las intrigas gastronómicas o la fe como corporación. A saber: el narrador se encuentra con alguien (generalmente con un apellido como Popkin o Pincus o Peplum o Pepkin o Pinchuk), este alguien le ofrece un trabajo, el trabajo se lleva a cabo con pésimos resultados y el narrador se despide del lector con alguna frase más insensata que divertida. ".

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Un cuento de Woody Allen

9.01.2007
Woody Allen. Fuente: ADN Cultura

¡Una estupenda noticia! En unas semanas, aparecerá la traducción de un nuevo libro de relatos de Woody Allen. Mis viejas y trajinadas ediciones de Sin Plumas y Cómo acabar de una vez por todas con la cultura respirarán por unos meses a salvo. El nuevo libro se llamará Pura anarquía y será editado por Tusquets. En el ADN Cultura anticipan un cuento: "Cantad, Sarcher Tortes".

El relato empieza así: "Desde el evanescente Hubert, cuyo Circo de las Pulgas encandiló a los ingenuos en la calle Cuarenta y Dos, la zona de Broadway no ha conocido a un sinvergüenza capaz de rivalizar con Fabian Wunch, proveedor de morralla sin par. Calvo, fumador de puros y más flemático que la Muralla China, Wunch es un productor de la vieja escuela que, físicamente, se parece no tanto al dramaturgo y empresario teatral David Belasco como al asesino «Kid Twist» Reles. Dada la contumacia con que ha producido sonoros fracasos, ha sido siempre un enigma del calibre de la teoría de cuerdas cómo consigue reunir dinero para cada nuevo holocausto teatral. Así las cosas, estaba yo el otro día examinando un disco de Rusty Warren en Colony cuando de pronto, mientras un fornido brazo enfundado en un traje de Sy Syms se enroscaba en torno a mis omóplatos, a la vez que mi hipotálamo quedaba trastocado por la mareante mezcla del tufo a caliqueño y el aroma a lilas del aftershave Pinaud, sentí que el billetero se contraía instintivamente en mi bolsillo como un abulón en peligro de extinción.

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