Obama lector
Ya varias veces antes he comentado en Moleskine las aficiones literarias del recién ungido Presidente de los Estados Unidos, Barack Obama (o "marbus" para los siempre paranoicos lectores de Nostradamus). En el suplemento Ñ hoy le rinden homenaje a este momento histórico comentando la relación de Obama con los libros, subrayando sus lecturas preferidas. Aquí está la lista, que incluye a El Gran Gatsby obviamente:
El amor de Obama por la ficción y la poesía (en su página de Facebook enumera a Moby Dick, las obras de Shakespeare y Gilead de Marilynne Robinson como algunos de sus favoritos, junto con la Biblia y las obras completas de Abraham Lincoln y Emerson), no sólo le ha dado un conocimiento sofisticado del uso del lenguaje. También lo ha inmerso en el sentido trágico de la historia y un conocimiento de las ambigüedades de la condición humana, muy opuestas de la visión del mundo que tiene Bush. Obama ha dicho que en la universidad escribió "poesía muy mala" y su biógrafo David Mendell ha sugerido que en algún momento fantaseó con la idea de ser novelista. De todas formas Sueños de mi padre demuestra un gran talento para relatar y una combinación excepcional de la empatía e imparcialidad que poseen los grandes novelistas. En esas memorias, Obama logró comunicar excepcionalmente variados puntos de vista distintos a los suyos y también evocar varios de los lugares donde vivió durante su infancia. En el libro, el narrador es a la vez un marginal solitario y un observador omnisciente que nos provee una vista coral de su pasado. Como Sueños de mi padre, muchas de las novelas que se dice que admira Obama tratan el tema de la identidad: La canción de Salomón de Toni Morrison cuenta la historia de un hombre que intenta averiguar sobre sus raíces familiares; El cuaderno dorado de Doris Lessing relata las dificultades de una mujer en articular el sentido de sí misma; y El hombre invisible de Ralph Ellison trata el problema de la definición del ser en un Estados Unidos hiper-consciente de los temas raciales y la posibilidad de trascendencia en ese ámbito. Las poesías de Elizabeth Alexander, quien fue elegida por Obama para leer una poesía original en la ceremonia de asunción, tratan sobre la intersección del pasado y del futuro, lo privado y lo político; mientras que la poesía de Derek Walcott (Obama fue fotografiado recientemente leyéndolo) explora qué significa ser "un niño dividido", situado sobre el margen de dos culturas, sin raíces tal vez, pero libre para inventar un nuevo ser. Esta idea de la creación del propio ser es muy estadounidense –es uno de los temas centrales, por ejemplo, de El gran Gatsby—y parece ejercer una gran fascinación sobre la imaginación de Obama.
No hay que menospreciar, además, la lectura de los escritores afroamericanos como James Baldwin, Ralph Ellison, Langston Huges, Richard Wrigt y W.E.B. Du Bois, que hoy están de fiesta.
Etiquetas: baldwin, eeuu, fitzgerald, lessinng, NOTICIA, toni morrison, walcott
Marta Nussbaum, profesora de derecho en Harvard, es parte de una corriente de "law & literature", y El hombre invisible de Ellison es uno de los textos básicos donde ejercita el análisis de derecho y literatura.
Creo que no ha ediciòn disponible actualmente en castellano, sabrás de alguna?
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