El fenómeno Larsson
"Son los tres mejores libros que un sueco ha escrito en este país" dijo un periodista sobre la obra de Stieg Larsson, el escritor de novelas policiacas sueco y autor de la bestselleresca trilogía Millenium, quien falleció en el 2004. Yo solo he leído de él Los hombres que no amaban a las mujeres, editada por Destino, que consegui en La Casa del Libro de Madrid en Agosto, en un viaje que no quiero recordar. No, definitivamente mi entusiasmo no es tanto como el del reportero amigo. Pero el hombre vende muchísimo. Dice la nota en "El País":
El fenómeno Larsson arribó a España el pasado 5 de junio con la primera entrega, Los hombres que no amaban a las mujeres (Destino) -traducción suavizada del original Män som hatar kvinnor, Los hombres que odian a las mujeres-, que ha despachado 300.000 ejemplares, va por la octava edición y lidera las listas de los libros de ficción más vendidos. Los dos protagonistas, el reportero cuarentón Mikael Blomkvist y la pirata informática Lisbeth Salander (metro cincuenta, 42 kilos, arisca y brutal), se enfrentan a una misteriosa desaparición en una isla del norte de Suecia y a un gigantesco fraude financiero. La acción detectivesca y la denuncia y el compromiso social se entremezclan en un thriller inspirado que se adentra en las zonas oscuras del aparentemente impecable Estado sueco, desde sus servicios de atención social a sus medios de comunicación, pasando por la clase financiera. En la segunda parte, La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina (en el original, La chica que jugaba con fuego), la pareja se reencuentra. El periodista experimentado y esa especie de Pippi Langstrump punk (en la definición del propio autor) investigan el tráfico de chicas de países del Este que son obligadas a prostituirse. La revista que dirige Blomkvist, Millennium, prepara un reportaje contundente que sacará a la luz la trama que se oculta tras la violación sistemática de las jóvenes inmigrantes. La publicación se ve interrumpida por un triple asesinato del que es acusada la propia Salander. Ambas tramas se entrelazan para adentrarse una vez más en los bajos fondos de esa sociedad sueca a la que Larsson retrata con fidelidad, según sus compatriotas. El tomo se puso a la venta la semana pasada en España con una tirada de 100.000 ejemplares y ya ha irrumpido con fuerza en las listas de ventas. La crítica también ha sido unánime al reconocer las dotes narrativas de Larsson.
Larsson, un periodista que se metió tardíamente a la literatura y no disfrutó demasiado de su éxito, tenía bien pensado qué hacer con el dinero que estaba seguro ganaría con su trilogía:
El dinero del primer libro, para mí. El del segundo, para las mujeres maltratadas [planeaba financiar una residencia para víctimas de la violencia machista y un centro de estudio del racismo], y el tercero, para la revista Expo", recuerda Baksi. Y precisamente los ingresos que han generado las novelas han desatado un conflicto entre sus familiares (su padre, Erland, y su hermano, Joakim) y su compañera sentimental, Eva Gabrielsson. Ambas partes reclaman los derechos (que no sólo incluyen los libros, sino las adaptaciones al cine y la televisión). El problema se agrava porque al parecer existe el manuscrito de una cuarta novela. Está grabado en el portátil en el que trabajaba Larsson y los abogados no se ponen de acuerdo sobre a quién pertenece. Su compañera sostiene que es propiedad de la revista Expo. "Es más complicado que resolver la cuestión kurda", confiesa el reportero con ironía. El propio Baksi, que apoya a Gabrielsson, ha intermediado en la disputa y, según fuentes de la editorial española, las dos partes han llegado a un principio de acuerdo para repartirse la herencia de Larsson.
Bueno, cosas de viudas, adelantos, bestsellers, celebridades post-mortem. Dejémoslo ahí.
Peter Stamm es suizo!
12:39 p. m.
Don Ivan..., Peter Stamm es suizo, no sueco.
1:26 p. m.
tienen razón, soy una bestia. Ya lo corregí
un abrazo
IVAN
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