MOLESKINE ® LITERARIO

Notas al vuelo en cuaderno Moleskine® .

El punk Eagleton

Terry Eagleton. Fuente: between the lines

Hace poco comenté la pelea que se ha iniciado entre Terry Eagleton y Martin Amis. Entonces hablé algo sobre el marxismo de Eagleton y su lectura ideológica de la literatura británica contemporánea. Gustavo Faverón, en su blog "Puente aéreo", hizo entonces una muy pertinente acotación: "Que alguien crea en el análisis marxista como método crítico y en el marxismo en general como teoría política, no quiere decir que esa persona crea que los narradores deban ser marxistas ni mucho menos que deban escribir en función de esa identidad ideológica". Hoy he leído un comentario sobre esta pelea en el Times que se centra en la figura de Terry Eagleton, a quien califican como un "punk" de la crítica literaria, y que me gustaría enlazar para conocer un poco más el perfil de este polemista mayor de la literatura británica.

Dice la nota: "Like Forrest Gump, he seems to have been present at all the key academic phases of the past 40 years. A third-generation Irish immigrant, he was born in Salford, near Manchester, into a family that was poor and “socially sophisticated enough to be conscious of their inferiority”. Both his grandfathers had been employed in the gasworks and his father, after winning a grammar school place, opted to work in heavy engineering. Asthmatic and the only boy with a coat at primary school, Eagleton was bullied at a grammar school run by the De La Salle brotherhood and served as an altar boy at the local Carmelite convent, with thoughts of becoming a priest. The Catholic bishop, he recalled in his 2001 memoir The Gatekeeper, had “the walk of a navvy and the face of a wino”. His schoolfellows were “a spindly, stunted, hollow-chested crew, like a chorus line from Les Misérables”. He won a scholarship to Cambridge despite being yanked out of the entrance exams with the news that his father had died. “I was furious,” he said. “What my father would have wanted was for me to stay on and take the exams.” He arrived at Cambridge as a committed socialist and a member of CND. Although Trinity was a rich college, Eagleton “fitted it like a glove”, according to a contemporary.
While on a visit to Manchester during his first year as an undergraduate, he met Rosemary Galpin, a state-registered nurse working as a health visitor. They married in 1966 and had two children, Dominic and Daniel. The couple divorced in 1976 and he then embarked on a 10-year relationship with Toril Moi, a Norwegian feminist critic. In 1997 he married Willa Murphy, an American academic, with whom he had a son, Oliver. As an undergraduate Eagleton came under the influence of the leading left-wing critic Raymond Williams, who offered him a research fellowship at Jesus College. Insecure intellectually, he became a heavy drinker before stopping 13 years ago. (“Giving up smoking was much more difficult.”) At high table he encountered only “doddering, quasi-fascistic clergymen, who talked of Gladstone’s Irish home rule bill as though it could still be headed off”. So he took a job at Oxford, which was “rather like taking refuge from insincerity in Hollywood”. It took 22 years at Oxford until he was deemed safe. “My strategy for survival was to put distance between myself and the Oxford establishment.” Whereas Eagleton preferred to focus on the relationship between literature and the culture from which it grows, English teaching at Oxford had been based on textual analysis. His weekly seminars, a focus for dissidents, increased suspicions. “They thought it was a threat to all they held precious. But I think the students I taught found it enormously enriching.” One recalled: “He was very charismatic and used to bang on about the class war. He was embedded in a previous age.” Tariq Ali, a friend of more than 30 years, says he led a double existence. “He was one of the lads in the pub with the comrades and was wonderfully good at singing and writing songs. But then he’d go off and be a cult literary theorist. To his credit, he always tried to bring his worlds together.” His star rose throughout the 1970s. “The left was in the ascendant and there was a sense we might break through,” he believed. The publication in 1983 of his most famous book, Literary Theory: An Introduction, made him an international star. Finally in 1991 the dons relented and made him Warton professor of English literature in succession to John Bayley. Typically, his enemies noted, he slagged off Bayley in his inaugural lecture. Eagleton used to be known as the closest thing to the Sex Pistols in British scholarship. With his attack on Amis he proves he can still spit with the best of them".

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10:16 a. m.

TRADUCCIÓN: Como Forrest Gump, él parece haber tenido en mente todas las tendencias académicas de los últimos 40 años. Nacido en Salford, cerca de Manchester y en tercera generación de inmigrantes irlandeses, su familia fue pobre y “socialmente sofisticada, lo bastante como para ser consciente de su inferioridad”. Sus abuelos, que habían sido operarios en una fábrica de gas, y su padre, después de ganar un puesto en una escuela secundaria, prefirieron trabajar en ingeniería pesada. Asmático y único alumno con abrigo en la primaria, Eagleton pasó por una escuela de la congregación De La Salle, fue sacristán en el convento Carmelita de su localidad y no fue ajeno a la vocación sacerdotal. El obispo católico que él rememora en su autobiografía de 2001, The Gatekeeper, tenía “el andar de un navvy (¿?) y la cara de un borracho”. Sus condiscípulos fueron “una cuadrilla débil, impedida, de pecho hundido, semejante a una fila coral de Los Miserables”. Ganó una beca en Cambridge, a pesar de no haber sido admitido a presentarse en los exámenes de admisión, con la noticia de que su padre había muerto.”Estuve furioso”, dijo. “Lo que mi padre habría deseado es que yo diera y aprobara los exámenes. El llegó a Cambridge como un delegado socialista y un miembro de CND (Conference for Nuclear Disarmament). Aunque Trinity College era un lugar de ricos, a Eagleton “le sentó como un guante”, según un testigo.
En ocasión de una visita a Manchester, en su primer año de universitario, conoció a Rosemary Galpin, una enfermera que hacía su internado. Se casaron en 1966 y tuvieron dos hijos.Divorciado en 1976, inició una relación de 10 años con Toril Moi, una crítica feminista noruega. En 1997 se casó con Willa Murphy, académica americana con quien tuvo su hijo Oliver.Fue influenciado en la universidad por el crítico izquierdista Raymond Williams, obteniendo de éste una beca de investigación en Jesus College. Intelectualmente aún inseguro, devino bebedor contumaz antes de parar hace 13 años.(“Abandonar el cigarro fue mucho más difícil”). Encontró, dice, sólo “tembleques, casi fascistas clérigos, que hablaban de la casa irlandesa Gladstone, como deseando que desaparezca”. Así, obtuvo un trabajo en Oxford el cual fue “más bien semejante a tomar refugio de la insinceridad en Hollywood”. Pasaron 22 años en Oxford, hasta que se sintió seguro. “Mi estrategia para sobrevivir consistió en poner distancia entre mi persona y Oxford en tanto que institución”. A la vez que Eagleton tendía más a la relación entre la literatura y la cultura con la cual creció, la docencia del Inglés en Oxford había sido basada en el análisis textual. Sus seminarios semanales, foco para disidentes, aumentaron sospechas. “Ellos pensaron que estaba amenazado todo lo que valoraban. Pero yo pienso que los estudiantes que me siguieron encontraron estos seminarios enormemente enriquecedores”. Uno recuerda: “El fue muy carismático y acostumbraba exaltarse en las clases de guerra. El estaba sumergido en un tiempo previo”. Tarik Ali, un amigo por más de 30 años, dice que él llevó una doble existencia. “El fue uno de los muchachos apreciados en el bar y fue maravillosamente bueno cantando y componiendo canciones. Pero entonces él iría en otra parte a ser un culto teórico literario. En su crédito, él siempre trató de llevar juntos sus dos mundos”. Su estrella creció en los 70.”La izquierda estaba ascendiendo y hubo una sensación de que nosotros podríamos ir hasta el final”, él pensaba. La publicación en 1983 de su Teoría Literaria: una Introducción, lo convirtió en una estrella internacional. Finalmente, en 1991, los dones se aplacaron y obtuvo la cátedra Warton de literatura inglesa en sucesión de John Bayley . Típicamente, sus enemigos notaron que él ignoró olímpicamente a Bayley en su lección inaugural. Eagleton solía ser conocido como la cosa más cercana a los Sex Pistols en su vida escolar británica. Con su ataque a Amis, él muestra que aún escupe con lo mejor de éstos”
POST DATA INSIGNIFICANTE.-No me gusta Eagleton. De vida intensa y sumamente inteligente, tiene un narcisismo galopante y lo siento como no enteramente carente de escrúpulos. Me hace pensar en Eliane Karp.    



3:39 p. m.

Gracias por esta traducción, realmente un lujo… Muy interesante la biografía de Eagleton, la que de alguna forma me arroja luces para entender mejor su libro «Una Introducción a la Teoría Literaria»; libro que leí hace algún tiempo y que fue mi primera aproximación a la Teoría Literaria. Por alguna razón había pasado por alto este post…

Aunque en lo personal (también a manera de post data insignificante) creo que Eagleton brinda un enfoque muy político a la Literatura, y más cuando en esa obra llega a afirmar que «la historia de la Teoría Literaria Moderna es parte de la historia ideológica de nuestro tiempo» (Pag. 231). Y si él entiende el término «ideológico» como «político» (tal como parece sugerirnos y dada su marcada formación marxista), y si él de naturaleza política considera a «toda la Teoría Literaria Moderna», pues me pregunto si acaso esta afirmación no podría decantar en una suerte de reduccionismo…

Y con esto no digo que no sea interesante una aproximación a la Teoría Literaria Moderna que sea sólo «política» o «ideológica».

Y con esto no digo tampoco que la Teoría Literaria Moderna no sea efectivamente una cartografía de las corrientes «políticas» e «ideológicas» de nuestro tiempo.

Pero sólo me pregunto de nuevo si acaso la Teoría Literaria Moderna podría tener otras aproximaciones. Más aún, ¿toda Teoría Literaria tiene que ser necesariamente política? ¿Estaré pecando de purista? En fin, estas fueron algunos reflexiones que me despertaron la lectura de este libro…    



7:47 p. m.

Quiero aclarar que las traducciones las hace un lector anónimo, a quien agradezco públicamente. Siempre pensé que era Mauricio Salvador, pero al parecer es peruano.

Muchas gracias, lector anónimo.

saludos

IVAN THAYS    



10:21 p. m.

Bueno, debí decir gracias por esta traducción a quien corresponda, porque sé que no eres traductor. Aunque sí creí que quizás la habías encargado a alguien. En todo caso, un lapsus de mi parte =)

Saludos cordiales    



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