A solas con Murakami
En el suplemento ADN Cultura la semana pasada publicaron una entrevista extensa con Murakami. La leí recién hoy y me quedé impresionado de que le guste Manuel Puig por encima de Borges, con quien suele comparársele. También habla del sexo, de los gatos, de la cultura popular. Qué más puedo decir: una entrevista imprescindible.
Dice Murakami: "Borges es un gran escritor, pero nunca me sentí muy atraído por su trabajo. Por supuesto, es un honor la comparación, pero creo que la imaginación de Borges es, cómo decirlo, mucho más terrenal que la mía. En cambio, con Manuel Puig me siento muy identificado, tenemos una imaginación más posmoderna o contemporánea supongo. En los años 80 me la pasaba leyendo a Manuel Puig. La traición de Rita Hayworth la debo de haber leído infinidad de veces. Me gusta mucho la imaginación de Puig, tan libre que le permitió sobrevivir a pesar de ser una persona muy sensible y solitaria, que sufrió mucho. Encuentro un punto en común muy fuerte entre su literatura y la mía: el tema de la soledad. Como soy un hijo único, criado entre mis discos y mis gatos, pude entender su fascinación por el cine, porque se trata de un lugar muy íntimo donde uno puede establecer con los personajes de la pantalla las relaciones profundas que tanto cuesta entablar con las personas de verdad. Es uno de mis escritores favoritos y sin duda mi preferido de la literatura argentina. En cuanto a la música, por supuesto que el tango es muy popular en Japón y supongo que el sueño de cualquier músico de jazz siempre va a ser el de haber podido colaborar con Piazzolla. Pero a mí me gusta el Gato Barbieri que es a quien más escucho (...) Supongo que tiene que ver con que no me interesan nada las historias realistas, por eso amo a García Márquez o Manuel Puig. Siento que mi trabajo como escritor es entrar en lo más oscuro de mi ser, explorar las zonas más peligrosas y raras de la mente sin ningún mapa o direcciones, para sacarlas a la superficie y ponerlas sobre papel. Ahora, si uno no puede volver a la superficie, es un infierno, entonces hay que estar bajando a las profundidades más aterradoras y volviendo a subir a cada rato para no quedar atrapado dentro de uno mismo. Hay que ser un buen corredor de distancias para hacerlo, es como meterse, una vez más, en una maratón".
También habla de la cultura popular: "Para mí la cultura popular, incluso la más comercial, es como una gran reserva natural de donde los escritores podemos tomar infinitos temas para establecer una comunicación directa con los lectores. Si yo tomo como título de un libro el de una canción de los Beatles, como en mi novela Norwegian Wood [en castellano, Tokio Blues ]), sé que a muchos eso les va a sonar y ya así se crea algún nexo entre nosotros. A la vez, la cultura pop es como el agua, y con algo tan simple como abrir la canilla podemos tomarla para nutrirnos. Es tan imposible escapar de ella, como del aire que respiramos. Todos comemos una hamburguesa de McDonald s, miramos la televisión o escuchamos a Michael Jackson. Es algo tan natural que ni siquiera nos paramos a pensar que todo eso es cultura. Por eso, si uno escribe sobre la vida en la ciudad -sea Buenos Aires o Tokio-, no incluir estas cosas sonaría falso. Supongamos que describo a una chica cualquiera que se despierta con una canción de Madonna y se va de compras al shopping , ¿qué tiene de especial eso? ¡Nada! Y justamente yo quiero que la gente sienta que lo que escribo no es forzado. Por eso tengo que colocar referencias a la cultura popular todo el tiempo. Y además, porque me gustan los Rolling Stones, los Doors, las películas de terror, los cuentos de detectives. No es que yo quiera escribir como quienes hacen la ficción más popular en cuanto a contenido, pero sí tomar las estructuras de la cultura popular y rellenarlas con cosas mías. El resultado es que ningún escritor me quiere, ni los que escriben novelas pasatistas ni los escritores serios. Yo estoy en un punto intermedio entre ambos, haciendo algo nuevo, pero creo que voy ganando territorio, porque los otros escritores no estarán de mi lado, pero los lectores sí."
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Hola, Iván:
No he leído a Murakami, pero el pedazo de entrevista que has publicado me ha encantado. Yo, como Murakami, también amo a Puig, y no me parece descabellado que a alguien le guste más Puig que Borges. Cuestión de feeling, sensibilidad camp, no sé.
Inés
8:38 a. m.
Interesante entrevista.
Gracias por compartirla.
9:11 a. m.
Hola Iván, hazle un favor a la gran comunidad de escritores-en-proyecto-pero-con-poco-dinero y ofrece una lista de 1 o 2 libros imprescindible de tus 20 autores imprescindibles en la narrativa contemporánea. Así, tal vez en un año o 2, uno pueda ir construyendo una mínima pero importante biblioteca de autores que la están rompiendo en la actualidad.
Saludos,
10:40 a. m.
Solo,paso y digo,que leí sobre usted en un suplemento,y; pues; bueno, creo, que...
Murakami llega con altibajos,con agrado y returce espacios inhrentes.
Saludos.
9:49 p. m.
Con respecto, Iván, a tu amigo Quark, se trata sin duda de una chapa que se las trae y que me temo no tiene nada que ver con Murakami. El término “quark” fue inventado por James Joyce, como onomatopeya del chillido de las gaviotas y apareció después en la frase “Three quarks for Muster Mark”, joyceana manera de decir “Three quarts for Mister Mark” en su célebre Finnegan’s Wake. Pero esto es la mitad menos llamativa de la historia. El físico matemático Murray Gell-Mann, premio Nobel 1969, tomó esta frase para postular un grupo de tres hipotéticas subpartículas atómicas, de muchísima importancia, a las que llamó precisamente quarks. La cosa es muy espectacular pero no es este blog su campo.
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