Stephen King
Ciertas personas pretendieron ridiculizarme porque en "Vano Oficio", durante mi recorrido por la FIL Lima, recomendé el libro La historia de Lisey de Stephen King. Una pena por ellos porque aunque Stephen King es un autor comercial por voluntad propia e irregular por polígrafo, no es un escritor despreciable. Bien harían esas personas en leer algunos de los libros de King y aprender dos o tres cosas. Podrían comenzar, por ejemplo, justamente por La historia de Lisey, una nueva novela donde la relación "escritura: dolor físico" (un tema fundamental para cualquier escritor) aparece en medio de un argumento thriller como lo señala con certeza Alvaro Bisama.
Dice la reseña: "Especie de suma de sus obsesiones por el asunto, aquí la viuda de un ganador del Pulitzer debe ordenar sus inéditos mientras descubre -o recuerda- los orígenes de tal arte. Enfocado en su mirada (la de la testigo silenciosa de la creación de un gran arte), King perpetra un perfecto thriller sobre Lisey Landon (la mujer de un autor sospechosamente parecido a él mismo), pero también algo más: un ensayo sobre el lugar de donde vienen las historias.Ese sitio es, por supuesto, el infierno, que acá es representado como la infancia: como un lugar de origen donde brilla el mal. Scott Landon, el fantasma involuntario de La historia de Lisey, es un autor de éxito porque no le queda otra que volcar en el papel los demonios reales que lo atormentan. Y Lisey tiene que hacerse cargo de ellos. Y también los lectores (...) Lleno de una violencia bien administrada, lo que más conmueve del último King es su necesidad de comprobar hasta el cansancio esa identificación entre escritura y dolor físico. Los mejores pasajes del libro se exhiben en consonancia con este credo. El origen de las ficciones de Landon -y las de King, ¿por qué no?- subyace tal vez en ese abandono al propio sufrimiento, a considerar a las palabras hermanas de las cicatrices, a confirmar como ciertos aquellos versos del Bertoni de "Harakiri" que dicen: "leo y leo este libro. No sé si lo estoy leyendo o me lo estoy enterrando"."
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