Fresán sobre Lorrie Moore
Edmundo Paz Soldán, al mejor estilo lapidario de John Crace, dejó en el status de su Facebook una breve -pero suficiente- crítica a la nueva novela de Lorrie Moore: "Leyendo a la novelista Lorrie Moore. Extrañando a la cuentista Lorrie Moore". Acaba de aparecer la novela en castellano bajo el título Al pie de la escalera, editada por Seix Barral, y en el ABCD las Letras Rodrigo Fresán la reseña de inmediato. Y al parecer, comparte la opinión de Paz Soldán. Una pena, porque yo espero mucho, muchísimo de Lorrie Moore (y Hospital de ranas me encantó). Pero si la comparan con Chandler de Friends me fregaron. Difícil sacarse esa imagen. Dice Fresán:
(...) ahora es el turno de la joven veinteañera Tassie Keltjin: hija de una familia despareja, enamorada de un cada vez más inquietante falso brasileño, y atrapada en la vertiginosa órbita de un matrimonio disfuncional que la emplea como canguro todo terreno y la involucra en las maniobras de adopción de una pequeña afroamericana mientras, ahí afuera, se suceden los días que van del 11-S a los inicios de la invasión de Irak. Y Tassie se mueve de un lado para otro y no deja de contarnos lo que sucede a su alrededor con los modales de una virtual Lady Seinfeld. Es decir: como si estuviera sobre el escenario de un club nocturno como experta stand-up comedian pero, al mismo tiempo, aquejada del mismo síndrome que sufre el Chandler Bing de la serie Friends. Es decir: Tassie (y Moore) no puede dejar de hacer chistes. Sin parar. Varios por página. Y -se sabe- no todos los chistes son buenos. El problema es que Moore (Tassie) no parece o no quiere darse cuenta de ello. Y esta irrefrenable adicción a disparar one-liners en ocasiones da en el blanco y, en otras, hiere a alguien que pasaba por ahí. Dicho esto, Al pie de la escalera pone en evidencia el hecho de que Lorrie Moore es una cuentista genial y, apenas, una muy buena novelista. (...) Al pie de la escalera es, sí, la muy esperada primera «novela-novela» de Lorrie Moore y, como tal, se disfruta mucho pero no termina de conformar del todo. Resultan admirables los tramos en los que Tassie se relaciona con Sarah -la inminente madre adoptiva a la que no puedo sino imaginar con el rostro y el nerviosismo de otra Moore: Julianne; Zooey Deschanel, de paso, sería una perfecta Tassie-, pero no parecen tan logradas las escenas en que la protagonista regresa a su hogar o conversa con sus amigas o con su hermano «marca Salinger». De este modo, en buena parte del libro, todo parece fluir con un curioso ritmo entre insomne y sonámbulo mientras, entre ocurrencia y ocurrencia (impagable el apunte sobre la falta de un editor y corrector de pruebas al «Génesis» de Dios), uno comienza a intuir que oscuras nubes se acercan desde el horizonte, que todo lo que hemos vivido hasta ese momento no es más que la calma que precede a una tormenta. Y el último tramo de la novela -truenos y rayos- es una densa y monstruosa sucesión de catástrofes sin anestesia que dejan a Tassie girando en falso pero no por eso privándose de soltar alguna broma fuera de lugar. Los lectores piadosos y comprensivos dirán que la indefensa Tassie utiliza el humor como mecanismo de defensa. Pero -insisto- basta recordar la elegancia con que alguien como Anne Tyler (o la misma Moore en su cuento antes citado) le abre la puerta a la desgracia para comprender qué es lo que no acaba de funcionar en Al pie de la escalera. La inequívoca sensación entonces es que el libro se ha escapado de las manos y de la cabeza de Moore y, como Tassie, después de tropezar, ha caído rodando por los escalones.Y quizás todo esto suene más ominoso o negativo de lo que en realidad es. Recapitulemos: esta no es una mala reseña sino una reseña desilusionada; y Al pie de la escalera no es un mal libro sino un muy buen libro que podría haber sido una obra maestra y no lo es. Uno de esos libros que vuelven a poner de manifiesto la insalvable distancia que hay entre el ingenio (Moore fue genialmente ingeniosa en Autoayuda) y el genio (Moore fue ingeniosamente genial en Pájaros de América).
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Léela sin prejuicios, si tal cosa es posible.
11:42 a. m.
Fresán es genial, pero la novela de Lorrie Moore lo es más.
7:10 a. m.
Ayer acabé el libro. Fallido. el personaje de Tassie no se lo cree nadie. una chica de pueblo de 20 años que tiene unas reflexiones típicas de, digamos, una escritora culta de 40 y pico...
La primera norma de una buena narración es ser verosímil y ésta no lo es. Ojo, no lo acato a lo que sucede en la novela, que es bastante inverosímil. Una buena narración puede hacerte comprar eso y mucho más.
Lo acato a que el personaje principal ES la escritora, se nota que piensa como ella, no es nada coherente ni con su edad, ni su extracción social, ni su pueblo de procedencia.
En fin, una desilusión de libro. Quería dejarlo cuando llevaba 40 páginas, aguanté y la verdad, sin premio final.
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