Fuguet sobre VLL
Cuando conocí a Alberto Fuguet todo hacía indicar que no podríamos tener ningún punto en contacto. Por entonces yo andaba despotricando de las novelas callejeras, muy generación X, y él era casi un abanderado de esa generación para algunos autores de entonces. Pero bastó que conversáramos unos minutos para descubrir que había un gancho común, muy intenso: nuestra admiración por Mario Vargas Llosa (que luego compartiríamos con Paz Soldán). Eramos unos "incondicionales" como él nos llama en el artículo. Fuguet no deja de hablar de Vargas Llosa y en este texto, escrito para Perú21, colgado en su blog y titulado El fundador (literario) de la patria, lo deja explícito:
Uno de los regalos más grandes que ha me hecho MVLL es que me hizo pensar que yo también podía ser escritor y que podía ser latinoamericano. Que lo podía imitar: su mundo era su mundo, por cierto, pero también era el mío. VLL me dijo desde muy temprano: la gente de clase media, que toma helados y va a la playa o a colegios horrorosos, también son un tema digno de transformar en arte. Úsalos. Aprovecha tu propia experiencia. No todo es imaginación febril y exuberante. Lo fascinante del primer VLL es que sus libros no parecían arte, no tenían ese olor culterano y denso y, sin embargo, casi de refilón, me hacían sentir cosas. Los libros de VLL parecían inyectados de vida y esa vida venían del norte, de Perú, y desde entonces, para mí, Lima era donde estaba la fiesta, Lima era la ciudad que construyó en mi inconsciente. Vargas Llosa democratizó la literatura y le dio oportunidad a todos para que creyeran en sí mismos. Sólo por eso, que no es poco, estaré siempre agradecido y en deuda. Mi impresión es que no soy el único. Yo, que partí solo, me he ido dando cuenta de que tengo muchos más hermanos de lo que imaginaba. Somos muchos los que creemos en MVLL, que siempre estaremos a su lado, que nos de la mismo sus fetichimos ideológicos. Estamos en todas partes, tenemos sus libros subrayados, y aquellos que no somos peruanos no podemos, no somos capaz, de separar Perú de Vargas Llosa. Perú nos dio Vargas Llosa y Vargas Llosa nos dio el Perú (...) los incondicionales somos aquellos –miles- que admiramos, recomendamos y defendemos a MVLL a pesar de todo: a pesar de algunas de sus ideas; a pesar de que esas mismas ideas lo colocan en el lado de los castigados por los “iluminados y políticamente correctos”; a pesar de ciertos errores mediáticos o ser candidato a la presidencia o a ciertos excesos algo jet-set; todo esto da lo mismo: cuando uno se hace fan-discípulo-adicto a Mario Vargas Llosa, uno sella el pacto con sangre. Para siempre. La amistad y la lealtad –se sabe- está por arriba de todo. Uno en esta vida tiene que ser agradecido.
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Precisamente ayer que leía tus posts sobre Zambra y el Boom, además del de los escritores metidos a cineastas recordaba ese texto de Fuguet. Él abrevó del mejor novelista del Boom y allí están los resultados: un chileno al que, poco o mucho, se le conoce en toda América Latina por sus narraciones y filmes de notable calidad. No sé si en el futuro Fuguet llegue a tener fans e incondicionales, pero me da gusto que en ese post suyo haya plasmado lo que muchos hubiéramos querido escribirle al hombre que cambió el arte de la novela para narrar al Perú.
9:55 a. m.
Dime qué vinculo tiene tu literatura con la de Vargas Llosa? No me dirás que Busardo es Lima y que tus souvenirs literarios los escribiste en una de las literas del Leoncio Prado.
R.I.
11:01 p. m.
Fuguet no se equivoco en su texto. Sin embargo, al ultimo comentario, ¿que tiene que ver la creacion con el fanatismo?
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