Margaret Atwood entrevistada
A Margaret Atwood y a su esposo le gustan las aves. Pero no se crea que cualquier ave. La reciente premio Príncipe Asturias de las letras es fanática de los buitres, por ejemplo:
Si yo fuera una poetisa del siglo XIX, estaría escribiendo sobre alondras y ruiseñores, pero dado que no soy una romántica del siglo XIX, escribo sobre buitres. Son tan adorables. Si no fuera por ellos, el mundo estaría lleno de cuerpos en descomposición, porque se comen lo que nadie más puede: carne podrida, venosa. Hubo una crisis considerable en la India por un antibiótico nuevo inyectado en las vacas que resultó mortal para ellos. Con menos buitres, las vacas muertas quedaban días por ahí pudriéndose, llenas de moscas, y contaminaron las reservas de agua En fin, uno no querría que bajara la población de buitres en ningún lado. Así que les regalé un poema
Entrevistada para el ADN Cultura, de "La Nación", por Juana Libedinsky en un bar para estudiantes en Toronto, Atwood se animó a comentar lo que sabe sobre literatura argentina:
Lo que al lector le interesa es la experiencia directa de la lectura. Bloomsbury es mi editora también, y leí Harry Potter antes de que se convirtiera en un best seller. Me encantan los libros y las películas de la serie, me parecen adorables, con un manejo extraordinario de los efectos especiales. El laberinto del fauno también me fascinó por eso. Me resultó escalofriante: un cuento de hadas muy extraño y muy bueno, aunque hablando de laberintos, y antes de un viaje a la Argentina, debo subrayar que nada se acerca a Borges y esa sensibilidad tan extraña, de la que hemos discutido con nuestro amigo Alberto Manguel. Pero, claro, entre mis escritores favoritos de allá, por supuesto, está W. H. Hudson, tanto por su trabajo con las aves como por su extraordinaria obra de ficción, que yo calificaría de cuentos de hadas duros de un angloargentino. Para alguien con mis intereses, Mansiones verdes y La tierra púrpura son imprescindibles. Luego, claro, hablando de lo fantástico, me fascina el fenómeno de Evita y algunos personajes políticos que ustedes han tenido (...) leí ese libro sobre la vida póstuma de Evita de Tomás Eloy Martínez, que me resultó fenomenal, pero a Graeme, mi marido, le va a interesar averiguar sobre el robo de las manos de Perón. ..., justo, escribió un cuento "El robo de la cabeza de Pancho Villa", donde alguien misteriosamente se la llevaba en una botella. Y claro, conocemos bastante del Che Guevara. Parece que el lugar donde lo mataron es venerado. San Ernesto siempre ayuda para que llueva. Es increíble la manera como pegó en Canadá, como en todas partes, el mito del Che, pero se entiende: era una figura romántica, muy buen mozo. Y murió lo suficientemente joven como para ser espléndido hasta el final. Eso es muy importante. Si uno quiere ser ese tipo de mártir, no sirve para nada sacrificar a alguien viejo y ya consciente de cómo funciona el mundo. Diana, Marilyn, el "Che", Kennedy, todos se fueron en su momento de esplendor. Jesús, a los noventa, no hubiese sido lo mismo. ¿Me voy a meter en problemas por decir esto? Pero es verdad. El sacrificio humano tiene sentido cuando se es joven como James Dean. Hay varias fotos de Elvis gordo hacia el final, pero nadie lo vio mucho entonces, y se lo recuerda delgado y fibroso en su traje blanco. Hay un libro fantástico llamado Dead Elvis sobre sus apariciones. Es interesante, porque tuvo una vida mucho más activa una vez que murió.
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