En busca del lector exigente
Un artículo interesante aparece hoy en El País. La idea general, bastante frívola como cualquier generalidad, es que las editoriales solo quieren publicar novelas de entretenimiento o lights, fomentando el consumismo y esas cosas que les paran los pelos de punta a varios escritores y críticos peruanos. Pero ¿es eso necesariamente cierto? Al parecer, lo fue hace unos años, pero ante la avalancha de libros malos o malísimos, surge un perfil de lector exigente y culto que busca la aguja en el pajar. Y si se la ofrecen, la encuentra. Sólo así se explica el éxito de ventas de libros como Vida y Destino de Grosmann, Las benévolas de Littell (y en años anteriores Marai o Nemirovsky) y la permanencia de editoriales nuevas con catálogos exquisitos, como Salamandra, Libros del Asteroide, Acantilado, etc. Y ojo, lo más importante: más que truquitos de marketing mal armados, funciona el viejo boca-oreja tan menospreciado por tantos escritores con demasiada prisa.
Dice la nota: "El mundo editorial emite señales de la existencia de un perfil de lector más sibarita. Hacia ese exquisito resquicio, copado hasta hace poco por pequeños editores, se han dirigido por ejemplo recientes esfuerzos de grandes como Alfaguara y su colección de Clásicos modernos en asociación con la revista The New York Review of Books. Y en esa misma dirección se encamina Backlist, el nuevo sello editorial que el Grupo Planeta pondrá en marcha en marzo. "Vamos a por la gama media-alta del lector, con sentido de biblioteca; y ello, a partir de nuevas generaciones que se interesan por los clásicos y títulos recuperados del acervo cultural literario, que tuvieron su momento y ahora se han perdido en la vorágine de las novedades", apuntan al alimón el responsable de ficción del Grupo Planeta, Adolfo García Ortega, y el director de Backlist, Daniel Cladera, tras ocho meses de trabajar en ese proyecto. La intención es continuar la estela de editoriales como Acantilado o Salamandra, pioneras en buscar ese perfil de lector, que ahora parece abundar más: Jaume Vallcorba, propietario-editor de Acantilado, constata que en los últimos años la casa, creada en 1999, "está registrando incrementos de facturación de un 40% anual". Sigrid Krauss es directora literaria de Salamandra, la firma tras los fenómenos de Márai (se han vendido 600.000 ejemplares de los libros de este autor húngaro ignorado por el público español durante décadas) o Nèmirovsky (escritora de origen judío, asesinada en Auschwitz en 1942 y de cuya recuperada novela, Suite francesa, se han colocado 80.000 copias). Reconoce que en los dos últimos años ha incrementado ventas: "Si antes, el título que menos funcionaba apenas llegaba a las 2.000 copias, ahora las dobla".
El retrato robot de estos lectores es, según Vallcorba: "Profesionales liberales o gente con ciertos estudios, por un lado, y un público joven nuevo que no sólo quiere música rock y cine". De ahí que, según el editor, "no les importe pagar 58 euros por los ensayos de Montaigne; incluso desembolsarían un 50% más". "No quieren leer en formato bolsillo; también hay un elemento fetichista, de libro bien editado con sobrecubierta", añade Ortega. Riambau pone el contrapunto: "También vendemos en grandes almacenes y es que Internet ensancha ese mercado. Y no olvidemos que los agentes primordiales para estas obras son los libreros y la prensa". Es decir, sus recomendaciones y el necesario boca-oreja.
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claro que funciona el boca-oreja, pero también funciona para mal. porque jamás vas a recomendar los libros de tus enemigos aun cuando sean tan buenos, o más, que los de tus amigos. el injusto desprestigio o el injusto silencio o la injusta recomendación de bodrios también corre de boca en boca. o de blog en blog.
8:30 a. m.
Dudoso que la bella M. M. haya llegado leyendo hasta las últimas páginas de Ulises como muestra o quiere mostrar la foto.
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