Germán Marín
Dice sobre la novela: "Se trata de una memoria personal, subjetiva. Aparentemente, la melancolía puede resultar una elección individualista y hasta egoísta, pero también la melancolía puede tener una visión totalizante de la realidad, mucho más fuerte que otros sentimientos. Al decir melancolía uno está apretando una serie de teclas que podrían ser, qué sé yo, la cultura popular, el yo en sus tribulaciones, las canciones, los políticos, las frases de la época, la vestimenta, los olores. Porque las épocas también tienen olores propios. Yo echo de menos ciertos olores que tenía Buenos Aires. En un viaje que hice dos meses atrás, tenía unas enormes ganas de andar en subte. Echaba de menos un olor, y entré al que está en Corrientes y Florida. Quería llegar hasta Chacarita, y desde allí tomar el 111, que era el colectivo que yo tomaba antiguamente para ir hasta el barrio de Villa Urquiza. Ese era el trayecto un poco proustiano del viaje, melancólico, que yo quería hacer. Me extrañó muchísimo: el subte había cambiado de olor. Ahí está la verdadera identidad que tiene la memoria."
también habla de algunos escritores chilenos. Sobre Roberto Bolaño declara: "El peligro de Bolaño es que, entre los escritores chilenos y los medios, lo conviertan en una figura casi religiosa. Bolaño es menos que eso y mucho más. A los escritores no hay que sacralizarlos. En Chile existe un culto a Bolaño, lo digo sin desmerecer sus valores." Y sobre Isabel Allende: "Es un producto comercial. La culpa no es de ella. La culpa es de esa masa de lectores que la consumen, que con eso cumplen con la cuota de literatura que quieren consumir."
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