MOLESKINE ® LITERARIO

Notas al vuelo en cuaderno Moleskine® .

Bisama y Bogotá39

Alvaro Bisama y Santigo Roncagliolo esperando que les abran la puerta de reuniones del Suite Jones para conversar sobre películas serie B y cameos de escritores lejos del ruido de la omnipresente salsa colombiana.

Alvaro Bisama, quien estuvo entre los dos representantes chilenos del Bogotá39, ha cedido rápido al ejercicio de la nostalgia y publica en su sección dentro de la Revista de Libros un recuento sobre lo que significó para él el evento y la ciudad que nos acogió. Lamentablemente, no contó la anécdota buenísima de un escritor aficionado que se le acercó con un manuscrito y prácticamente le exigió que lo lea ahí mismo y le diga si valía la pena insistir en ser escritor. Lo más gracioso del asunto es que Alvaro lo leyó y le pareció que aparecían vampiros. ¿Es eso cierto o está contándome el argumento de otra de las novelas pulp fiction que tanto le gustan?

Sobre Bogotá39, también les dejo este enlace en que entrevistan en el periódico ABC de Paraguay a Jose Pérez Reyes sobre las conclusiones del evento. Y este blog donde un oyente identificado como Daniel Ferreyra deja sus impresiones sobre los hechos.

Dice Bisama: "No voy a narrar aquí con detalle lo que pasó, pero sí voy a señalar que la costumbre colombiana de mantener al invitado con el vaso siempre lleno resume, además de la increíble acogida de nuestros anfitriones, la intensidad de los cinco días que duró el evento. Más pistas dispersas: tres o cuatro actividades por jornada, entrevistas televisivas, la salsa sonando en vivo y a todo volumen, micros que parecían naves espaciales, conversaciones extendidas hasta la madrugada, la imaginería colonial del santuario de Monserrate, las preguntas transparentes pero complejas del público.Así, en Bogotá se produjo un vértigo feliz y ligeramente ebrio, asorochado. Si es por lo que escuché ahí, la literatura latinoamericana está en buenas manos. Por supuesto, es imposible pensar que los efectos de Bogotá 39 sean instantáneos. La antología de relatos de quienes estuvimos, la revista que contenía nuestros making off personales, amén del volumen con la reproducción de las primeras páginas de los libros de los participantes son documentos de una vida literaria confusa y sorprendente; señales de vida obligatorias que anticipan un futuro insondable donde es posible leer -más como una actitud que como una utopía- cierta épica generacional: poéticas y voces y obsesiones dibujando disímiles paisajes de un territorio que podríamos reconocer como una comarca común. Tal vez eso fue Bogotá 39, más que una lista de autores, una especie de lingua franca pronunciada desapegada de cualquier divismo ("Carencia de ego", la llamó el peruano Daniel Alarcón) puesta al servicio del diálogo mientras se intentaba contestar una pregunta común: ¿qué significa hoy por hoy ser escritor en Latinoamérica?"

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9:37 p. m.

Hola Ivan:

Estaremos colgando manana en nuestra web de Capital Mundial (www.bogotacapitalmundialdellibro.com) fotos de B39, muchas fotos, y una tabla de excel con la asitencia a cada escenario. Un total de 7787 personas asistieron a B39. Ese es, ahora, mi numero favorito. Veras tambien un link a tu blog.
Un abrazo,

Catalina Holguin    



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