Luis Hernán Castañeda x 2
Aprovechando que aún está en Lima, antes de retornar a EEUU para continuar sus estudios, los medios han coincidido en entrevistar a Luis Hernán Castañeda quien ha publicado el mes pasado su tercer libro, su primera colección de relatos, Fotografías de sala con Alfaguara. Para el diario “Perú21” lo entrevista Gonzalo Pajares, y para el diario “El Comercio” la entrevista la realiza el papá reciente Enrique Planas (supe que Tanque de Casma, Ernesto Carlín, es también padre reciente. Coincidencias en las redacciones de culturales. Para ambos, mis felicitaciones)
Para Perú21, Luis Hernán responde sobre la ambientación que es una preocupación central en los relatos: “Mis libros están centrados en lugares, en la creación de espacios. Más que darle al lector una trama, una intriga que lo atrape, me interesa producirle sensaciones, impactarlo con imágenes y experiencias. Son historias de atmósfera porque reflejan un clima, unas calles, un cielo, una presencia del mar: un escenario cargado de afecto. Las tramas individuales están subordinadas a la creación de este gran espacio que es, en realidad, el verdadero protagonista de las historias.”
Mientras tanto, en El Comercio muestra una inusitada preocupación porque exista algo que unifique a su generación como grupo: “Una cosa que se dice de mi generación es que goza de una gran variedad temática. Creo que esta supuesta virtud puede ser peligrosa, pues si hay tanta multiplicidad de temas es porque, en realidad, no hay ningún tema importante que nos defina como grupo. Espero que haya escritores que definan su propia obra a partir de sus demonios y fantasmas recurrentes. Eso es lo que le da valor a la obra de un escritor: una columna vertebral que recorra su obra y que se traduzca en algo importante que contar. Es cierto que esta generación tiene estilísticamente muchos méritos, pero creo que el qué contar es una tarea pendiente”.
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Pienso que Luis Hernán Castañeda es un autor muy talentoso, pero debo decir que he leído su libro en cuestión y, salvo, uno o dos cuentos, los otros no son nada del otro mundo, y esperaba más del autor. Esa fijación en atmósferas hace que justamente descuide otras cosas, como las historias, y la prosa no es tan buena como Casa de Islandia, por ratos es muy explicativa, excesiva en metáforas o adjetivos, y algo abstracta. La temporada del invasor es lo mejor del libro a mi gusto.
8:36 p. m.
Yo tambien lo he leído y pienso que no ha dado lo mejor de sí, al menos esa es la impresión que me ha dejado. No sé por qué no incluyó "El niño héroe", cuento aparecido en Quipu hace algún tiempo, como parte de la colección.
"La temporada del invasor" es el mejor cuento, pero el cuento inicial, "Antonio", es muy superficial y el último "Carta a mi padre", se desparrama en minianécdotas que no hacen mas que prolongar el texto de manera innecesaria. En cuanto a la prosa, hay pasajes bien escritos, sí, pero no es lo que esperaba del autor de Casa de Islandia.
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