MOLESKINE ® LITERARIO

Notas al vuelo en cuaderno Moleskine® .

La estupidez de Coelho

3.30.2005
Recién me pongo al día con la lectura de algunos periódicos que aparecieron en Semana Santa, y leo con estupor las declaraciones de Paulo Coelho que aparecen en la página cultural de La República. Dijo Coelho en O'Globo: "Joyce, lo digo y vuelvo a decirlo sin ningún problema, destruyó el placer y la costumbre de lectura, al convertirse en un modelo deseable por todos los escritores que quieren ser nuevos". Y luego refiriéndose a su propia obra, se defendió de la crítica diciendo: "La literatura de hoy no es entendida por el sistema académico. Es marginada". ¡Qué tal falta de ubicación! Ya antes, en el aniversario de Faulkner, Coelho había dicho alguna bestialidad semejante. Siempre he pensado que el problema con algunos escritores de best sellers no es que sean malos sino que las ventas se les suben a la cabeza y no solo quieren dinero sino también prestigio. Y entonces sucede lo que es obvio con Coelho, que está convencido ser un nuevo Joyce pero mejorado, porque vende más y se lee más fácil. ¡Vaya baboso! Y lo que es peor es que algunos críticos le siguen el juego, pues ha sido elegido miembro de la Academia de la Lengua Brasileña. Qué confusión hay en el mundo editorial actualmente. Una lástima.



Coelho Dice: "No me moví ni un milímetro para adaptarme a la crítica. Por eso sobreviví, mientras que otros escritores que parecían destinados al éxito desaparecieron"

Kureishi

3.29.2005
Siempre tuve guardado en mi buzón de anécdotas para levantar la moral, una suerte de "sí se puede" literario, aquella historia según la cual Hanif Kureishi, siendo un desconocido, puso un día el guión de su largometraje "Sammy y Rosie se lo montan" en el buzón de correo de Stephen Frears y éste lo leyó, le gustó mucho, lo filmó y lanzó a Kureishi al estrellato. Sin embargo, leyendo Soñar y contar, los ensayos reunidos de Kureishi, descubro que éste ya había filmado con Frears una película antes, muy exitosa además ("Mi bella lavandería"), y eran amigos, por lo que lo de dejar el guión en el buzón no fue una timidez de autor desconocido sino un simple engreimiento o disfuerzo... vaya, qué decepción.

Estoy leyendo (29/3)

Los seres felices de Marcos Giralt Torrente
Anagrama: Barcelona, 2005
352 págs

Tiembla Eielson

3.28.2005
Leí en EL COMERCIO del domingo que Ricardo González Vigil pedía el Premio Nobel para Jorge Eduardo Eielson, y se me escarapeló el cuerpo. Ya vieron lo que pasó con el elogio a Verástegui con su Lengua Salada. Lo llamó el "Dante" peruano y el pobre ahora lucha consigo mismo para ser el gran poeta que es. Ahora, después de esto: ¿qué ocurrirá con Eielson? Por si acaso, habría que mandarle un seguro hecho por un chamán norteño poderoso.



protección más que un nudo, eielson necesita ahora un buen seguro chamánico para evita la "maldición" Gonzales Vigil.

Margo

3.23.2005
Qué encantador el título del nuevo libro de Margo Glantz en Anagrama: Historia de una mujer que caminó por la vida con zapatos de diseñador. Conociendo a Margo, me imagino qué puede resultar de una novela con un título así. Margo no solo es una de las escritoras más audaces del idioma, sino una persona espléndida, con una curiosidad, una inteligencia y una sentido del humor fuera de serie. Como sea me conseguiré el libro (qué pena que no saliera un mes antes a la venta).



contratapa Todo acto de escritura es un acto de destrucción, y todo escritor se destruye a sí mismo al cortar paño sobre su propio traje, o al desgarrarlo en el acto mismo de la autobiografía. Pero ¿se tratará en verdad de una autobiografía? Nora García, la protagonista de esta Historia y de otras más (El rastro, por ejemplo), es una mujer que experimenta el mundo a través de su cuerpo y de otras nimiedades; es más, se conecta con él desde la punta de los pies, y si éstos van calzados con zapatos de diseñador, el camino por andar se vuelve menos arduo.

Pedro Páramo 50 años

3.21.2005
El día sábado 19 de marzo se cumplieron 50 años de la apariación de Pedro Páramo, la absolutamente extraordinaria novela de Juan Rulfo. De las muchas cosas que leí sobre el tema, me llamó la atención lo que dijo Emmanuel Carballo, al parecer testigo de primera mano de esa publicación, en un diario de México, sobre el origen de la novela y la influencia probable de la narradora chilena María Luisa Bombal y su libro La Amortajada. En el mismo diario, en otra nota, dicen que la novela se iba a llamar "Los murmullos" y que el nombre de Comala no existía, sino el de Tuxcacuesco. ¿Se imaginan? Por otra parte, un grupo de escritores escribieron, a pedido del diario, un párrafo que según ellos podría continuar la novela. Y finalmente, les dejo un testimonio que el mismo Rulfo escribió hace 20 años, cuando se cumplieron 30 de la edición de su genial novela.



Célebre Pese a que se dice que no fue bien recibida la novela en un principio, lo cierto es que con Pedro Páramo, Rulfo se hizo merecedor en 1956, un año después de su publicación, de la primera edición del Premio Xavier Villaurrutia.

Estoy leyendo (21/3)

K. de Roberto Calasso
Anagrama: Barcelona, 2005
368 págs

Revista de libros

Qué envidia saber de la existencia de algunas revistas, como Radar libros del diario Página 12 de Argentina, y como la Revista de libros de El Mercurio de Chile. Esta última, en especial, es una revista literaria masiva, no para eruditos, pero no por ello menos polémica y que sabe matizar muy bien entre la actualidad y los clásicos. Nada que ver con lo que se publica en el Perú, tan predecible y aburrido, tan anquilosado y poco dinámico. Del último número de la Revista de Libros destaco algunas artículos estupendos: un perfil dedicado a Julio Verne; una crónica de Vila Matas donde dice que "Escribir es dejar de ser escritor"; una entrevista a la estupenda biógrafa Janet Malcolm (de quien por coincidencia me compré en Mérida su libro dedicado a Silvya Plath) ; y dos polémicas literarias: una defensa a favor de Vargas Llosa luego de que fuera atacado por un tal "comelibros" por haber criticado a Dan Brown, y los comentarios del narrador argentino Fogwill (para mí, uno de los grandes bluff de la literatura argentina actual) sobre el tema del premio Planeta de 1997, entregado a Piglia por su estupenda novela Plata Quemada y que ha sido llevado a juicio por el finalista, Gustavo Nielsen, que acusa a Piglia y a Shavelzon, editor entonces de la editorial Planeta, de haber confabulado para otorgar el premio.

Oaxaca

A veces ocurren estas cosas. El sábado conseguí un par de libros de Richard Ford, que ahora están prácticamente descatalogados (en España serían inubicables, salvo en librerías de viejo), como son Un trozo de mi corazón y La última oportunidad, editadas por Anagrama, y de pronto me vi envuelto en la historia de La última oportunidad que sucede en Oaxaca, y me dieron ganas de visitar Oaxaca y pensé que quizá la próxima vez que viaje a México (probablemente este año) de todas maneras tenía que darme un tiempo para ir allá, y entonces leo por internet el suplemento Radar libros, de Argentina, y veo que están rematando a 3 dólares -aproximado- un libro de Oliver Sacks que es, ni más ni menos, un diario de viaje de Oliver Sacks, ese extraordinario neurólogo y fabulador, que describe sus andanzas por Oaxaca. Y aunque sé que no conseguiré ese libro, me pregunto por qué demonios basta con pensar en un lugar exótico (Oaxaca por ejemplo) en el que nunca antes habías pensado, y de pronto todas las señas te conducen hacia allí. A veces sucede.



Diario de Oaxaca de Oliver Sacks a 10 pesos

Mérida

3.16.2005
Acabo de regresar de la Bienal de Literatura de Mérida, famosa porque a ella fueron una serie de escritores no muy conocidos entonces, pero que luego de participar en esa Bienal se hicieron célebres, como Vila Matas, César Aira y Alan Pauls. Una pena no haberme encontrado con Mario Bellatin, que al final no asistió, pero un placer enorme ver a Marcos Giralt que para mí, sin duda, es el mejor escritor español de su generación. Desde luego, durante todo el encuentro me lo pasé un poco tenso porque vi desde el hotel los montes llenos de verde por donde descendieron las temibles orugas de seda (engendros de una corbata carísima de Carlos Fuentes) de la novela El congreso de literatura escrita por César Aira que transcurre en Mérida, justamente, en esta Bienal pero años antes. He vuelto a leer la novela y me he divertido aún más sintiéndome testigo privilegiado de esa aventura estrambótica. Me comentaron que cuando Aira asiste a la Bienal de Mérida, jamás va a las ponencias (solo da la suya) sino que se pasa el día en la piscina del hotel, tomando sol, leyendo a autores impredecibles o bañándose con un traje speedo, tipo tanga masculina. Cuando me contaron eso, entendí de dónde salió la inspiración para la novela. Porque tendido en un chaise longe de la piscina, uno siente de inmediato que los cerros se te vienen encima. Además, también comprendí lo de la muchacha que ayuda al escritor-científico a salvar el mundo. Creo que la conocí.



El Congreso de literatura de César Aira.

Estoy leyendo (16/3)

Lecciones para una liebre muerta de Mario Bellatin
Angrama: Barcelona, 2005
134 págs

Cruasán

El título de este post iba a ser "Deseo y decepción". Había deseado mucho leer el libro de Pablo Tusset llamado Lo mejor que le puede pasar a un cruasán, que publicó Lengua de Trapo con enorme éxito y que me habían recomendado mucho, por divertido, y siempre el destino se oponía: en España no lo encontré hace unos años, en las librerías de Lima nunca lo tuvieron, luego lo conseguí en México y me lo robaron con la maleta, finalmente una amiga muy querida me envió su propio ejemplar para que lo lea en el avión (porque era lo único que podría distraerme) así que lo metí en la maleta de mano que preparé para Madrid y, listo, casi doce horas con Tusset. La experiencia fue una decepción enorme, a pesar de que quería que me guste para complacer a mi amiga. Es cierto, hay partes muy cómicas, al estilo sketchs de programas humorísticos, pero a medida en que iba avanzando en la novela empezaba a sentir algo así como verguenza ajena, como cuando uno ve a una niña imitando a una cantante de moda (digamos, Christina Aguilera o Britney Spears) con una ropa hecha por su madre y haciéndolo tan mal, tan obvio, tan caricaturesco, que dan ganas de sacar a la niña del estrado o de esconderse detrás de los demás como si uno sufriera también la verguenza (aunque, claro, de eso la niña ni se entera). La razón principal es que jamás, o muy pocas veces, he visto a alguien imitando tanto y tan mal a un personaje, como Tusset hace con Ignatius really, el personaje de La Conjura de los necios de John Kennedy Toole. No sé si en españa alguien ha hecho notar este parecido tan escandaloso, pero me imagino que sí porque es demasiado obvio. Incluso el personaje de Tusset -Pablo Miralles- en algún momento de la novela lo comenta. Es más, el apodo de ablo ("Baloo") y la descripción física que hace de sí mismo (un hombrón algo torpe y sucio) es una referencia a Igantius. Y su gusto por la metafísica absolutamente disparatada también. Y las bromas, y la intriga policial. Sin embargo, la enormísima diferencia es que mientras la novela de Toole es absurda, incoherente, exagerada, delirante y desconcertante, y por eso mismo genial, la de Tusset es predecible, localista y el autor está demasiado enamorado de su personaje, al que lo califica de guapo y seductor a cada tanto, y al que quiere disfrazarlo de payaso en una página y de super detective en la otra. Una lástima, porque realmente quería reírme en el vuelo, pero esta novela es un bluff impresionante, una auténtica decepción que, para colmo de males, tiene un final tan tirado de los cabellos que da ganas de escribirle al autor para exigirle explicaciones por su falta de aplomo literario.



cruasán Deseo y decepción de esta novela pretendidamente cómica de Pablo Tusset.

Estoy leyendo (14/2)

3.14.2005
Mirar sin verte de Osvaldo Cattone
Alfaguara: Lima. 2004
230 págs