MOLESKINE ® LITERARIO

Notas al vuelo en cuaderno Moleskine® .

Boris Vian, 50 años

6.23.2009
Boris Vian. Fuente: spain real

Hoy se cumple 50 años de la muerte de Boris Vian. En Francia se harán varias celebraciones y homenajes. Un poema será la mejor manera de recordarlo en Moleskine Literario. El estupendo poema lo encontré en esta página.


SI LOS POETAS FUERAN MENOS TONTOS…

Si los poetas fueran menos tontos
Y si fueran menos perezosos
Harían a todos felices
Para poder dedicarse en paz
A sus sufrimientos literarios
Construirían casas amarillas
Con grandes jardines delante
Y árboles llenos de pájaros
Mirliflautas y lisosos
Parongros y verderones
Y pequeños cuervos muy rojos
Que dirían la buena ventura
Habría grandes chorros de agua
Con luces dentro
Habría doscientos peces
Desde el crusco hasta el ramusón
De la libela al pepamulo
De la aguja al rara curul
Y de la avela al cañizón
Habría aire completamente nuevo
Perfumado con el olor de las hojas
Comeríamos cuando quisiéramos
Y trabajaríamos sin prisa
Para construir escaleras
De formas nunca vistas
Con maderas veteadas de malva
Suaves como ella bajo los dedos
Pero los poetas son muy tontos
Escriben para comenzar
En vez de ponerse a trabajar
Y eso les da remordimientos
Que conservan hasta la muerte
Encantados de haber sufrido tanto
Les dan grandes discursos
Y se les olvida en un día
Pero si fueran menos perezosos
Sólo en dos serían olvidados.

Boris Vian

No quisiera morir, 1962 (póstumo). Traducción de Juan Antonio Tello.

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Borís Vian, 50

5.04.2009
Boris Vian. Fuente: calle52

Se cumple el cincuentenario de la muerte de Boris Vian, el escritor niño francés, el narrador raro, el músico despabilado y el científico loco para el que nada fue suficiente. Y la celebración es por todo lo alto: Gallimard le permite ingresar al panteón de los inmortales publicándolo en La Pleiade. Dice la nota:

Francia celebra el 50 aniversario de la muerte de Boris Vian (1920–1959) con la frenética alegría de la familia que prepara gozosa la fiesta aniversario del más turbulento de los hijos, el único capaz de hacer reír, juntos, a padres, hermanos, abuelos, primos, amigos, vecinos, con su alegría contagiosa, sus chistes absurdos, su trompeta endiablada, sus incontables novias, sus máquinas delirantes, la belleza de los héroes que mueren jóvenes. Boris Vian fue, al mismo tiempo, un periodista escandaloso (que solo contaba mentiras), un poeta del absurdo, el dramaturgo subversivo, un novelista fuera de todas las escuelas, un legendario trompetista de jazz, un ingeniero que solo construyó poéticas máquinas inservibles, un nadador olímpico, un seductor empedernido, un noctámbulo profesional, un bebedor de primera, un charlatán de genio. n Medio siglo más tarde, Gallimard anuncia su entrada solemne en el Panteón de hombres ilustres de la colección de La Pleiade. Livre de Poche anuncia una treintena de reediciones. Valèrie-Marie Marchand y Nicole Bertolt le consagran sendas biografías monumentales. Y, a gran seductor, gran honor: dos de las mujeres más seductoras de Francia, Carla Bruni y Arielle Dombasle, acompañadas de otra gran señora, Ute Lemper, lanzarán un cd con una antología de canciones de Vian…

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Boris Vian y el cine

1.14.2009
Cartel que promociona los tres cortos de Boris Vian. Fuente: rgpfm.com

Este año se cumplen 50 años de la muerte de Boris Vian. Leyendo el ADN.es me entero del problema que ha ocasionado a los productores de cine (y supongo que editores también) el hecho de que Boris Vian no haya dejado descendencia: No se puede adaptar ninguno de sus cuentos al cine ni filmar los guiones que dejó escritos. La cuestión tiene un giro interesante si recordamos que Vian murió, justamente, en un cine, viendo una pésima adaptación de uno de sus libros. La nota recuerda esa anécdocta y la historia del escritor francés con el cine:

"¿Se supone que estos tíos son americanos? ¿Venga ya!". Boris Vian soltó esa frase, se desplomó en su butaca de cine, y murió a causa de un paro cardíaco. Era el 23 de junio de 1959 y asistía, casi de incógnito, a uno de los pases de Escupiré sobre vuestras tumbas, la adaptación cinematográfica de una de sus novelas más populares. Aunque en un principio se implicó en el guión, fueron sonadas sus disputas posteriores con los productores, al considerar que la película no tenía nada que ver con el material original. "Siempre he creído que Boris murió de pena al ver lo que habían hecho con su libro", aseguró en alguna ocasión el cineasta Louis Malle. (...) A Boris Vian le interesaban las posibilidades expresivas y dramáticas del cine. En calidad de actor, y principalmente por diversión, participó en siete películas, casi siempre en pequeños papeles, salvo Las relaciones peligrosas, de Roger Vadim. Delante de las cámaras jugaba a pasárselo bien, pero para Boris Vian el cine era algo más que un mero pasatiempo. Calle de las arrebatadoras reúne sus guiones cinematográficos, principalmente escritos durante los años 50, en los que demuestra un inusitado control del lenguaje cinematográfico. También entregó guiones para cortos, en los que se interpretó a si mismo. En La Joconde, el irreverente corto que obtuvo la Palma de Oro en Cannes en 1958, Boris Vian, ejerciendo de patafísico, trata sin éxito de resolver el eterno enigma que esconde la sonrisa de Mona Lisa. Saint Tropez, devoir de vacances reúne, en menos de media hora, a grandes actores de la época, como Michel Piccoli o Juliette Gréco, que acompañan al novelista y músico francés en su estancia durante un verano de los años 50 en la Riviera francesa.

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