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Notas al vuelo en cuaderno Moleskine® .

Jorge Herralde y México

Carátula del libro de memorias de Jorge Herralde que editó FCE y ya está en Lima. Fuente: Moleskine.

Jorge Herralde rodeado de dos Anagrama´s Senior: Daniel Sada y Sergio Pitol. Fuente: la jornada


La relación entre México y Jorge Herralde es cada vez más cercana. A fines de noviembre, la entrañable Universidad del Claustro Sor Juana Inés de la Cruz lo premió con la medalla que lleva el nombre de la poeta mexicana, su máximo galardín. La ceremonia se llevó a cabo el sábado 28 de noviembre. Entonces, rodeado de Margo Glantz, Sergio Pitol y Daniel Sada, el editor declaró: "He cambiado yo, ha cambiado el mundo, pero el proyecto editorial no”. También, según La Jornada, contestó a:
[...] la pregunta de por qué las grandes editoriales comerciales se empeñan en publicar demasiados títulos, muchos con vida efímera en las preferencias de los lectores, debido a la exigua calidad literaria: “Están obligadas por los gastos de su estructura administrativa, ya que necesitan una rápida recuperación. Son sellos como grandes almacenes, donde, sobre todo, se encuentra lo más barato; pero también tienen rincones con ejemplos de calidad. Eso genera que el lector no pueda confiar. “Frente a ellos hay otros modelos, como Anagrama y otras editoriales. Nuestra idea ha sido la persistencia y que los lectores capten el mensaje de que se les ofrecen escritores de calidad, que por estar en Anagrama ya es un elemento de confianza.” Al hablar sobre los grandes grupos editoriales que muchas veces publican a escritores sólo en su país de origen, explicó que a ellos los mueve un “pesimismo inteligente”, mientras a sellos independientes, como Anagrama, un “optimismo de la voluntad”.

Por otra parte, en una entrevista con "Excelsior" declaró que el editor "es un censor":
El trabajo del editor es el de un censor, aunque la palabra sea antipática. El rechazo es la esencia de su labor”, afirma el catalán Jorge Herralde, quien hace 40 años fundó Anagrama, la editorial que dirige desde entonces, por lo que está convencido de que este oficio-pasión no se ha modificado “gran cosa” a lo largo de este periodo. “Aunque, una vez cumplido el papel de censor”, aclara, “el editor debe convertirse en un aliciente, en un gran apoyo, para el escritor que ha escogido. Nosotros tenemos 39 autores con más de diez títulos en el sello, lo que demuestra compromiso”, agrega. [...] “Antes, todos los libros eran el objeto del deseo; pero hoy en día, ante la enorme cantidad de propuestas y la abundancia de ofertas e información, hay que decodificar las nuevas voces y los valores únicos, así como rescatar los buenos ya olvidados”, detalló en entrevista posterior a la ceremonia.


Pero eso no es lo único que ha sucedido entre Herralde y México en estos últimos días. También hay que anotar que el Fondo de Cultura Económica, en su colección Tezontle, ha públicado el libro de memorias de Jorge Herralde sobre sus experiencias editoriales en América Latina titulado El optimismo de la voluntad. El libro trae una introducción de Juan Villoro y recoge algunas ponencias del editor sobre temas o autores latinoamericanos, y también algunos capítulos memoriosos. México, Argentina y Chile son los países con mayor presencia en el recuento. También hay un capítulo muy generoso sobre el Perú (y ya que estamos, agradezco las palabras que le dedicó a mi obra y a este blog) y un repaso general sobre Colombia, Ecuador, Bolivia y Cuba. Conseguí ayer el libro y ya estoy diseccionándolo. No sería el blogger chismoso que soy si no lo hiciera. Por lo pronto, me ha entretenido conocer al detalle el desastre de la antigua distribución editorial de Anagrama en Colombia. Las cosas han mejorado mucho y, probablemente, pronto habrá más escritores colombianos (creo que solo hay uno, Evelio Rosero) en el catálogo.

Y ya que estamos hablando de noticias anagramáticas, me enteré hace poco de la verdad sobre la supuesta auto-invitación del narrador norteamericano Richard Ford a la Feria de Guadalajara de este año. A Ford habían invitado hace meses pero él dijo que no podía asistir. Luego, al enterarse de que en la FIL iba a brindar por los 40 años de Anagrama, no quiso perderse la mesa redonda, el brindis y sobre todo -eso lo intuyo- la fiesta posterior (y es que ¿quién se quiere perder las fiestas mexicanas en la FIL? ¡Ah, las fiestas en La Mutualista son inolvidables!) y decidió ir por su cuenta, pagándose el viaje mientras que Anagrama le pagó el hotel. Los que se ganaron con todo, desde luego, fueron los asistentes a la FIL que pudieron escuchar a Richard Ford (quien, probablemente, en presencia de Jorge Herralde no se atrevió a repetir lo que dijo en Santiago, para escándalo de Zambra, que el fenómeno Bolaño le parece sospechoso y probablemente sobrevalorado ¿o sí?)

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12:31 p. m.

Lo de Anagrama en Colombia si fue un desastre. Conozco del tema, tal como vos ahora con el libro de Herralde. Y sí, ha mejorado notablemente. Lo único que no ha mejorado son los precios. Mientras un libro de Alfaguara se consigue por unos 20 dólares en promedio, uno de Anagrama se consigue en 35, 40 dólares, y hasta más, cómo el tuyo, que se consigue por los "módicos" 37 dólares aproximadamente...con eso, y sin ánimo de ofender a la gran editorial a quien admiro mucho, y quizá a vos Iván, me compro alrededor de 10 libros en las ferias populares de segunda mano en Bogotá...y vieras la calidad de los libros...    



12:45 p. m.

qué mal título! optimismo y voluntad son casi sinónimos, o tú crees que se puede tener optimismo sin voluntad?    



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