Secuelas literarias
Sin duda, esta es la mejor nota literaria del día. El diario Clarín y The New York Times acogen una nota de Charles McGrath sobre las secuelas literarias. Nunca las segundas partes fueron mejores, pero algunas secuelas son realmente el colmo. Hace poco J.D. Salinger logró evitar que se distribuya en EEUU (aunque no en Inglaterra) una secuela de El Guardián entre el centeno con Holden Caufield anciano y con problemas urológicos y su hermanita Phoebe internada en un manicomio. Pero cuando los libros caen en manos de herederos, o pasado el tiempo de exclusividad de las patentes, los autores de las continuaciones, por más chifladas que estas sean, no pueden ser juzgadas y los libros están a merced de sus secuelas. Aunque algunos libros sí son interesantes, auténticas relecturas. Lean el artículo. Muy divertido.
Jane Austen llevó una vida protegida y de reclusión, y a su muerte la familia quemó muchos de sus papeles, por lo que no sabemos casi nada sobre ella. "La abadía de Northanger" nos permite adivinar que le gustaban los relatos góticos de amor, pero nada en su trabajo permite inferir cuáles eran sus sentimientos respecto de los zombies. Es fácil imaginarse, sin embargo, que no le gustaría "Orgullo y prejuicio y los zombies", de Seth Grahame-Smith, una adaptación en la que, cuando no están buscando marido, Elizabeth Bennet y sus hermanas practican artes marciales y decapitan monstruos carnívoros. (...) Hay una serie de continuaciones y anticipaciones que hacen eso: amplían nuestra apreciación del texto original. El más brillante de todos puede ser "Ancho mar de los sargazos", de Jean Rhys, que vuelve a contar la historia de "Jane Eyre" desde el punto de vista de la primera Sra. Rochester, la mujer loca del desván. Contribuyó a que surgieran nuevas lecturas feministas de buena parte de la ficción victoriana. Por fortuna "Jane Eyre" ya era de dominio público, como lo era "Hamlet" cuando John Updike escribió "Gertrudis y Claudio", una versión que vuelve a imaginar la historia de "Hamlet" desde el punto de vista de la pareja culpable y que explica por fin por qué Gertrudis y Claudio se unieron: él dominaba algunas técnicas sexuales que aparentemente desconocía su hermano. (...) ¿Dónde se traza la línea entre la crítica o la parodia y la explotación lisa y llana? De todos modos, la compulsión de escribir continuaciones y anticipaciones es casi siempre algún tipo de homenaje. No queremos más de libros que odiamos. Los libros que se reescriben y vuelven a imaginarse son los que más nos gustaron. En un par de buenas continuaciones recientes –"Un leve truco de la mente", de Mitch Cullin, y "Solución final: Una historia de detección", de Michael Chabon – hasta llegamos a ver que Holmes envejece y encuentra el amor. Algunos libros son más que simples textos, forman parte de nuestro mobiliario mental. Sin embargo, es su familiaridad lo que los hace objetivos tan tentadores. Si aparecieran zombies, por ejemplo, en "Cranford" de Gaskell, no sería tan gracioso; y si "El Sr. Darcy se casa", de Linda Berdoll, otra de las tantas continuaciones de "Orgullo y prejuicio", no versara sobre Elizabeth Bennet y su nuevo esposo, no sería más que otro libro subido de tono que usa mucho la palabra "miembro". En lugar de ello, es un placer culpable. Descubrimos que Elizabeth y Fitzwilliam lo hacen con tanto entusiasmo como Gertrudis y Claudio.
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¿Cuál es la palabra correcta, secuela o precuela? Al parecer, Iván,estás usando una sinonimia que no creo que en rigor sea tal, por más neologismo evitable que sea precuela.
SACAPUNTAS NEBRIJA (Correctmano)
11:55 a. m.
Respecto a ésto de las secuelas, deberías darle un vistazo al blog de un amigo mío, pelirrojeando.blogspot.com, donde comenta algunas secuelas bastante curiosas de las novelas de Jane Austen: "Pride and prejudice and zombies" y "Sense and sensibility and sea monsters". Te puedo prometer risas o indignación, dpendiendo de tu estilo.
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