Andres Caicedo al teatro
Lo confieso: no soy un lector de Andrés Caicedo. Lo leí hace más de una década gracias a un regalo de Rafael Chaparro (autor de Opio en las nubes y también fallecido tempranamente) en un Encuentro de Escritores en Barquisimeto. Me regaló entonces ¡Que viva la música!, un libro sumamente importante para la obra de Chaparro, y lo leí interesado pero aunque reconocí el talento no entré en su mundo. Luego, muchos años después, motivado por el entusiasmo de Alberto Fuguet -que debe ver a Caicedo como un precursor de su actituda McOnda y cinéfila-, intenté volver a los libros del colombiano ahora editado por Norma. Tampoco me enganché. Pero algunos lectores -como Fuguet o Chaparro- son fanáticos de Caicedo. O como Sandro Romero, un colombiano que ha dedicado parte de su vida a difundir la obra del escritor suicida y ahora está promoviendo una obra de teatro titulada, sin sutileza de ninguna clase, no la necesita, ¡Que viva Andrés Caicedo!
Dice la nota: "Teníamos muchas cosas en común", dice Sandro Romero para explicar por qué en estos 27 años desde la muerte de Caicedo ha dictado innumerables conferencias y ha montado piezas teatrales basadas en el autor de ¡Que viva la música! Además del montaje acaba de publicar el libro 'Andrés Caicedo o la muerte sin sosiego' y con él dice que pondrá fin a su trabajo sobre el caleño. "Claro que eso dije hace 20 años", asegura el dramaturgo. Al mediodía del 4 de marzo de 1977, Romero vio a Caicedo almorzando, en el emblemático restaurante Los Turcos, en Cali. A la distancia, nada indicaba que esa tarde el autor de Angelitos empantanados se tomaría una alta cantidad de pastillas de Seconal, con las que acabaría su vida, a los 25 años. Desde entonces, la carrera de Romero ha estado marcada por el desconcierto que le generó el inesperado deceso del hombre al que conoció vagamente en los cine clubes de Cali. Luego de la trágica noticia se presentó en la casa de la familia Caicedo y pidió permiso para hurgar el baúl donde reposaban algunos escritos del fallecido escritor, no sin antes aclarar que no cobraría un centavo.
Sobre la obra se informa: "Tres niños de la burguesía caleña, aparentemente inocentes, son los personajes de esta obra, que escenifica partes de algunos textos de Caicedo. En el montaje, son proyectadas imágenes de la única entrevista que se conserva del caleño y de 'Angelita y Miguel Ángel', su película inacabada. "'¡Que viva Andrés Caicedo!' es un recorrido por la música, la literatura, el cine y el teatro que apasionaba a este autor", dice Sandro Romero, director de la obra. Será presentada en Bogotá, el lunes a las 7 p.m., en la Casa del Teatro Nacional, y el martes, a las 7:30 p.m., en el Teatro Colón
Etiquetas: alberto fuguet, andres caicedo, colombia, NOTICIA, rafael chaparro
por eso eres aburrido, pues ,ivan ,ya van dos eternos jovenes que te soplas :andresito y luis hernandez ,
no te estaràs haciendo viejito antes de tiempo????
11:19 a. m.
ja! Tienes razón de que cada día me hago más viejo. Pero en mi descargo debo decir que incluso cuando era joven jamás consideré la juventud como un valor literario en sí mismo. Por eso, en la década de los 90 me gané muchos enemigos entre los autores de la llamada literatura de la "Generación X".
Para mí, la literatura es una cosa de grandes aunque la escriban chiquillos cronológicos o mentales.
saludos
IVAN
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