MOLESKINE ® LITERARIO

Notas al vuelo en cuaderno Moleskine® .

Piglia en Confabulario

Carátula de la revista. Fuente: confabulario

Muy interesante la entrevista a Ricardo Piglia en el suplemento Confabulario del periódico "El Universal" de México. El autor de la nota es Juan Manuel Gómez. Desde que leí El último lector me fascina la capacidad que tiene Piglia de hablar de literatura, de libros, de personajes, de lecturas, como si todo eso formase parte realmente de un mundo paralelo. Un lugar habitable, el único sitio donde este Moleskine Literaro realmente tiene sentido.

Le pregunta el autor de la nota si Piglia suscribe que los escritores no tienen por qué hablar de literatura, como argumenta uno de los personajes de Prisión perpetua. Dice Piglia: “No. Justamente ahí pongo el ejemplo de Nabokov porque sus lecciones de literatura están más presentes hoy que la crítica de Jakobson, quien era central en la época del estructuralismo, un gran crítico, que todos admiramos. Me parece que las lecciones de literatura de Nabokov van a persistir y esto prueba que un escritor puede hablar muy bien de literatura. “Yo respeto mucho a los escritores como Onetti o Rulfo, que deciden no escribir de sus lecturas. La distinción que hay que hacer es que un escritor no debe hablar de su propia literatura. Eso sí. Pero puede hablar, a través de su práctica, de la literatura que hacen los demás. El escritor, sin embargo, no puede decir nada de lo que él hace, porque ahí uno se siente diciendo de más o no pudiendo alcanzar a decir lo que ya está escrito. Las cosas que uno dice sobre sus propios textos son muy contingentes y poco fiables. Quiero decir, lo que cualquier escritor dice de su obra a menudo vale menos de lo que dice cualquier lector que lee ahí una cosa que puede contradecir la intención del escritor pero ser más verdadera”.

También habla de lectores: “Raskolnikov hace lo que hace porque ha leído las memorias de Napoleón, porque también él es un lector. Lo que nos interesa en Madame Bovary es la fantasía de un lector, que lee una novela y quiere vivirla. Es la lectora perfecta, porque ella leía esas novelas y ahí encontraba un modelo para vivir. Los novelistas esperamos que los lectores sufran una transformación en su vida después de leer nuestros libros, parecida a la que sufrió Madame Bovary. Aunque a Madame Bovary desde luego no le hubiera gustado Madame Bovary. “Ése es un gran problema de la literatura contemporánea. Por ejemplo Puig ha tratado de escribir novelas que le gustaran a Madame Bovary. Experimentales pero que le gustaran a esa señora triste de provincia que está por ahí. Porque ella se hubiera aburrido con Madame Bovary... “El otro ejemplo es el de Raskolnikov, que no es visto de esa manera, pero él hace lo que hace porque ha leído las Memorias de Santa Helena de Napoleón, y gracias a eso puede imaginar que es posible vivir una vida tan heroica como la de Napoleón, y eso le conduce a esa hipótesis de la cual Nietzsche desprendió toda la teoría del superhombre, de que hay hombres que no responden a la moral habitual, y que tienen derecho a matar. De modo que también Raskolnikov es un lector... “A mí me gustan mucho las novelas, como Los hermanos Karamazov o Rojo y negro (en la que también Julien Sorel es un lector), donde de pronto el aprendizaje de la vida está ligado también a la experiencia de la lectura”.

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