Marías y Pérez Reverte
Quizá no existan dos escritores españoles más distantes en proyecto literario como Javier Marías y Arturo Pérez Reverte. Sin embargo, eso no les impide ser muy amigos, ambos editador por Alfaguara además, y en ese espíritu mantener una conversación literaria frente a Juan Cruz, que ha sido publicada por el nuevo suplemento ADN Cultura de "La Nación". El título, desde luego, "El agua y el aceite": "son colegas y sin embargo amigos" recalca Juan Cruz. A propósito de eso, la primera parte de la conversación es un pasar la factura a todos sus colegas escritores de parte de ambos. Resentimientos, egos y chismes aparte, algunas frases pueden ser interesantes.
Dice Pérez Reverte: "Yo no soy escritor, soy novelista. Cuento historias, tengo varios objetivos: el de entretener a la gente, el de entretenerme yo, el de recrear mi mundo, el de rendir homenaje a mis cosas Hay una panoplia de motivos. El novelista es alguien que tiene un proyecto de vida, es como si tuviera una casa que va amueblando. Cada novela es una habitación que has amueblado. Yo supongo que en mi caso es como si reescribiera todos los libros que he leído, añadiendo la vida que he ido viviendo. Quien mucho anda y mucho lee mucho sabe, dijo Cervantes, y yo quise ser lector desde muy niño, y leí muchísimo, y he viajado constantemente El libro es el lugar donde puedes encajar las cosas que estás viviendo. Sin los libros, no hay contexto. Los libros me han ayudado a clarificar mi vida, lo que hago es reescribirlos. Reescribir a Homero y a Virgilio, a Conrad, a Dostoievski. Yo escribo porque escribo en un mundo de libros, de recuerdos, de imaginación, ajusto cuentas con la memoria. Estoy en un mundo en el que soy muy feliz y que me permite aguantar toda la mierda, la detestable realidad que hay".
Dice Javier Marías: "Yo empecé a escribir porque me gustaba leer. Y empecé como creo que deben empezar todos los escritores jóvenes, emulando. Existe la imitación, que puede estar bien o mal; el remedo es peor. Y existe la emulación; es uno de los motores principales de la historia y de la vida humana. Es el deseo de ser como aquel a quien uno admira y de hacer lo mismo que aquel a quien uno admira. Yo empecé a hacer unos garabatos que querían ser como Los tres mosqueteros o como Guillermo Brown. A mí me daban mucho goce esos libros y los quería emular. Ese factor de emulación es fundamental cuando uno empieza, y se mantiene, no se pierde del todo, yo creo. Evidentemente, las cosas van cambiando, y a diferencia de lo que has dicho, Arturo, yo soy una persona que escribe, pero que al terminar no sabe si va a haber otro libro, no tengo una certeza. Escribo cuando se me ocurre algo, cuando tengo ganas, y digo ganas porque no utilizaría nunca la palabra necesidad. Nunca diría que no puedo vivir sin escribir. Puedo vivir sin escribir. Entonces, ¿qué es lo que a uno, a esta edad, aún le lleva a escribir? A los 55 años."
Etiquetas: alfaguara, argentina, españa, javier marías, juan cruz, NOTICIA, perez reverte
Hay un extraño lapsus en el título de esta entrada.
11:29 a. m.
Ya corregí el lapsus
IVAN
12:59 p. m.
¿Cual era ese extraño lapsus, acaso Maria y Perez Reverte?
8:55 a. m.
¡Qué viejos se ven ambos!!
8:56 a. m.
Otra cosa. �sabes qu� paso con ese muy entretenido blog sobre car�tulas de unos compatriotatas tuyos?
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