Philip K. Dick
Para nadie es misterio que Philip K. Dick es cada vez más reconocido, logrando salir de la esfera del género -con toda la incomodidad que significa una definición genérica- de la "ciencia ficción" y pasa a convertirse en un autor importante para entender la literatura en lengua inglesa durante el siglo XX. Pero aunque sus novelas cobran mayor dimensión, sus relatos has sido relegados. Por eso es importante la edición de cuentos completos en castellano. Y por eso es estupendo que José Agustín, ni más ni menos, comente esta edición donde esperamos encontrar a un Dick tan certero como en sus novelas o, por lo menos, el germen de algunas de sus ficciones. La nota aparece en el suplemento Confabulario de "El Universal".
Dice Agustín: "Dick utilizó el género corto como cancha de entrenamiento y para dar salida a su pasmante imaginación. Pensaba que el cuento debía presentar situaciones, historias o temas, y no tanto personajes (la novela trata del asesino; el cuento, del asesinato, decía) o refinamientos literarios. Por tanto, sus historias no podían ser comunes y corrientes. En los relatos incubó y preparó muchas de las ideas de sus grandes novelas, y estableció sus principales señas de identidad literaria: un estilo conciso, directo y sobrio, sin artificios, melodramatismos, efectos, trampas u otras concesiones a lectores perezosos; le gustaba empezar a la mitad del tema, o en plena acción, y después dosificaba los antecedentes. Si había varios personajes importantes entonces alternaba distintos planos narrados desde el punto de vista de cada uno. Los finales, usualmente muy buenos y noqueadores, solían ser pesimistas, crueles o de humor negro. Además, Dick tendía a emplear personajes ordinarios y hasta sus “héroes” son sumamente falibles. Esta extrema desmitificación se debe a la teoría del relato como campo de historias y no de personajes, pero también a que, con todo y su imaginación, fantasía y locura, Dick era profundamente realista, y por tanto escéptico. A diferencia de muchos de sus personajes, al escribir no cedía a lo ilusorio y a lo virtual. Lo peor que le podía pasar era que la prosa le saliera un tanto plana".
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Para nadie es misterio que Philip K. Dick es cada vez más reconocido, dices Iván erróneamente. Yo no sabía nada acerca de Dick y lo que acabo de leer en tu post, me obliga a conocerlo. Las características de Dick que señala Agustín me interesan muchísimo. Valga la ocasión para darte un abrazo agradecido por tu blog que tanto hace en pro de la cultura literaria en nuestro medio (sé de gente de afuera que se cuenta entre tus feligreses). Sé que tienes enemigos, (que no dejan de leerte en las sombras, OJO) los que con certeza al leer esto que te escribo me calificarán, pavlovianamente, de franelero. Pero sucede que no me verás nunca la cara y entonces qué clase de franela podría ser esa. Presiento que algo de “dickiana” podría tener. Ya lo veremos.
11:53 a. m.
Pues no es tan erróneo eso del reconocimiento de Dick. Sí, la expresión de anónimo se cuela en el universo de este autor, pero se debate en una idea de 'todo gira alrededor de mí' que pasma y da gracia, pero bueno...
Dick ha sido reconocido desde hace algunos años para acá y no solo por las adaptaciones de sus novelas y algunos cuentos a películas, como Blade Runner y Minoriry Report (el 'A Scanner Darkly', dirigida por Richard Linklater, es quizás la mejor adpatación de alguna de sus obras) sino por esa cosntrucción de paranoia y desolación que uno encuentra en sus textos...
Y sus cuentos me gustan más que las novelas. Sus asesinatos en realidad matan y una recomendación: "The Chromium Fence", una verdadera joya, saludos...
8:03 p. m.
Mis cordiales deseos de que hayas actuado con mala leche 11.53 AM porque de no haber sido así, bastante tosquito que eres. Sería bueno que te identificaras para que cuando se dirijan a ti excluyan toda suerte de ironía por muy sencillota que sea.
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