MOLESKINE ® LITERARIO

Notas al vuelo en cuaderno Moleskine® .

Josefina Ludmer en Página12

Carátula de Página12. Fuente: página12

La estupenda crítica argentina Josefina Ludmer ha publicado una nueva edición de una de sus obras principales: Onetti. Los procesos de construcción del relato, editada originalmente en 1977 A partir de la reedición, Silvina Friera la entrevistó ayer ("tan liviana que cuando camina, ligerito, del living a la cocina, parece que flotara apenas unos centímetros por encima del suelo" dice de ella) en Página12 desde donde reclama: "La literatura perdió poder, ahora se lee cada vez menos" Al final, una revelación extraña: Ludmer reconoce que busca cosas más "entretenidas" para leer, que, por ejemplo, quizá ya no terminaría El astillero. ¿Señal de los tiempos? También dice: "No hay lecturas definitivas, no hay lecturas fijas, no hay verdad. Todo es reformulable". Algunas preguntas:

–Si la literatura que se produce es provisoria, ¿la crítica también se vuelve provisoria?
–Creo que sí, la crítica se vuelve provisoria; por eso digo que no hago más crítica, que hago otra cosa. Esa reflexión crítica de los ’60 o ’70, que pretendía ser filosófica y teórica, tampoco se produce más. Todo va junto: se lee menos, se edita menos, hay otro tipo de circulación. La literatura y la crítica perdieron lectores.

–Curiosamente, en un momento en que se ha democratizado la escritura, la lectura se replegó.
–La lectura sigue siendo muy pasiva para la velocidad y la interactividad que requieren las nuevas estructuras, sigue siendo una lectura demasiado arcaica; más una lectura como la que hago en el libro de Onetti, un análisis tan minucioso que no lo podría hacer ahora. Por eso cuento en el prólogo que este libro fue escrito en una máquina de escribir, en la Lettera que me regaló mi padre. Las editoriales son cruciales, la tecnología es fundamental. Mi primer libro escrito en computadora es El cuerpo del delito; ahí te das cuenta de que sólo en una computadora podía escribir y cargar toda la información de ese libro. Antes todo era más lento.

–Ese “fantasma de un mundo perdido”, que plantea en el prólogo, alude a que la literatura en los años ’60 y ’70 era más amplia, para no usar la palabra masiva. ¿Llegaba a más lectores que ahora?
–Sí, médicos, abogados, arquitectos leían literatura. Hoy hablás con personas que se dedican a estas profesiones y no leen más literatura. Se dice que somos menos cultos, pero no acepto que seamos más o menos cultos, eso me parece un disparate. Ha cambiado la cultura y la literatura ha quedado replegada a una práctica minoritaria. Yo misma ahora leo de un modo totalmente distinto. Perdí ese arte, ya no practico más ese arte que implicaba una paciencia extrema. La literatura del presente es mucho más visual, mucho menos densa, mucho más interesada no en hacer “obras maestras”, sino en captar a un sujeto en una situación determinada.

–¿Onetti leyó su libro?
–Sí, y me mandó una carta que guardé y todos los libros que siguió publicando, dedicados. En la carta me dijo: “Vos sabés mucho más que yo” (risas). Los escritores se asombran cuando uno extrae tantos sentidos de lo escrito, ellos no lo piensan así. En el último libro que me mandó, en la dedicatoria escribió: “para que le hagas el post mortem” (risas). El consideraba el libro que publiqué como una disección de su escritura.

–¿Qué busca hoy en la lectura crítica?
–Busco modos de leer, cómo se lee y qué partes se leen de los textos; qué bibliografía usan, cómo organizan el discurso crítico, si puso o no notas y qué tipos de notas. Y si hay o no algunas ideas. Como decía Osvaldo Lamborghini: “tenía una ideíta” (risas).

–¿La palabra idea también perdió el peso que tenía en los ’70?
–Sí, sí, perdió peso. Justamente estoy trabajando este tema en mi nuevo libro. Ese peso ahora está llenado por afecciones y creencias. No hay un interés innovador, no se cuestiona la literatura tampoco; en los ‘70 queríamos terminar con la literatura y abolir el arte. Ahora hay una perspectiva más conservadora que busca llenar ese vacío de ideas. Cuando digo un mundo perdido, me refiero a ese mundo. La gente se apasionaba por una idea, por encontrar otros modos de entender la realidad; circulaba una cantidad de material increíble. No soy nostálgica, pero es un mundo que se perdió. El mundo es otro. Ahora busco en la literatura una cosa más entretenida, que no me aburra. Si tuviera que leer El astillero hoy, no sé si podría... creo que llego a la página diez (risas).

Etiquetas: , , , ,

« Home | Next »
| Next »
| Next »
| Next »
| Next »
| Next »
| Next »
| Next »
| Next »
| Next »

» Publicar un comentario