MOLESKINE ® LITERARIO

Notas al vuelo en cuaderno Moleskine® .

Kureishi en Sheperd´s Bush

La casa de Hanif Kureishi en Sheperd´s Bush. Fuente: coromandal

Hanif Kureishi se dejó entrevistar, en un café de Sheperd´s Bush, por Rachel Donadio para el NYT a raíz de su nueva novela Algo que contarte. Esta esperadísima novela (que ha tenido tantas puyas como loas en Inglaterra), la más ambiciosa después de El Álbum Negro y El Buda de los suburbios según dicen, se centra en la vida, las amistades y la familia de un psicoanalista anglo-paquistaní llamado Jamal. Yo espero que, más que ambiciosa, de directamente al blanco como dio Intimidad. El ADN Cultura reproduce en castellano esta larga entrevista. Aquí algunas escenas de la entrevista:

Durante nuestra conversación en un café de Sheperd´s Bush, Kureishi describe la novela como "una crítica de la noción de placer ilimitado", un reexamen de la revolución sexual. "¿Es esto lo que pensamos que seríamos en los años 60, cuando bailábamos con flores en el pelo y deseábamos una vida más erótica y más sexual?", dice, mientras bebe su té con pimienta. "Si la sociedad ya no te instala los valores, tu felicidad y tu placer dependen completamente de ti; tú tienes que trabajar y ganarte tus propios valores morales." Esto, apunta, tiene que ver con "una queja común de Occidente contra el islamismo radical: ¿Por qué tienen que seguir preguntándole a Dios? Bueno, es mucho más difícil crear tus propios valores morales que recibirlos impuestos por otra gente o por el sistema". Las cosas eran "miserables" antes de la revolución sexual, dice Kureishi, pero ahora "nos hemos movido de la represión a la no represión", que viene con sus propias dificultades. En la visión de Kureishi, el islamismo radical y la sexualidad radical intersectan. "Se producen una a la otra, de alguna forma", dice. (...) Después de desayunar en el café, convenzo a Kureishi de que me deje ver su casa y estudio. Antes, él me había dicho que a "la señora" no le gustan los periodistas, pero al ver a Proudlove, una mujer de ojos verdes que nos recibe en la entrada, queda claro que es Kureishi el que protege su privacidad. En el living, dominado por un juego de tambores, impresiona la mezcla de libros en el estante: algunas novelas de Henry James, la biografía de Bertrand Russell escrita por Carolina Moorehead, Situaciones de Sartre junto a Entre creyentes de Naipaul, ambos al lado de Deseo sexual: una filosofía moral de lo erótico de Roger Scruton. Definitivamente, esos libros son guías en la tierra de Kureishi. El escritor trabaja en un amplio estudio arriba, sus paredes cubiertas con imágenes: una foto de un joven John Lennon, un póster de una pintura de William Blake, una pintura al estilo de Matisse de Monique. Hay muchos CDs en el escritorio -Prince, Jeff Buckley, la banda de sonido de Trainspotting - y algunas fotos de los hijos de Kureishi. Sobre el escritorio también noto una pequeña imagen en blanco y negro: un hombre de rodillas, su cara firmemente plantada entre las piernas de una mujer desnuda. Y es que los libros de Kureishi son extremadamente sexuales. Casi en cada página, hay alguien que da sexo oral o está siendo azotado o penetrado (o pensando en eso). En los años 70, Kureishi hasta escribió pornografía literaria bajo el seudónimo de Antonia French. Le pregunto por su interés en el tema. "Cuando yo era un muchacho y quería entrar en contacto con algo sexy o sucio, leía un libro", dice Kureishi. "¿Puedes imaginar a Harold Robbins, Henry Miller, el Marqués de Sade o D. H. Lawrence como apoyo sexual?". Hoy, la literatura pornográfica es un arte perdido, dice, pero las imágenes sucias están disponibles en todas partes. "La pregunta es: ¿Qué más necesita la gente para sentirse viva?" (...) En Londres, Kureishi y yo caminamos alrededor del mercado de Sheperd´s Bush, donde tiendas tradicionales están siendo reemplazadas por carniceros africanos que venden colas de cerdo, tripas y batatas. En un puesto, Kureishi ordenó un falafel para llevar a su casa de almuerzo, "con salsa extrapicante, jefe". Le pregunto sobre los bombardeos del 7 de julio de 2005, los que mataron a 52 personas e hirieron a más de 700 en el sistema de transporte de Londres. "Todo el mundo esperaba que ocurriera", dice.

Etiquetas: , ,

« Home | Next »
| Next »
| Next »
| Next »
| Next »
| Next »
| Next »
| Next »
| Next »
| Next »

» Publicar un comentario