MOLESKINE ® LITERARIO

Notas al vuelo en cuaderno Moleskine® .

Un relato infantil para adultos

Carátula de la novela. Fuente: estudioenescarlata

Como "un relato infantil para adultos" ha calificado Rodrigo Fresán la última novela de Salman Rushdie, recién traducida al castellano por Mondadori, La encantadora de Florencia. En la estupenda reseña que acaba de publicar en ABCD las letras, empieza citando aquel momento del clic, el big bang, que lanzó a Rushdie a la literatura y que es un leit motiv que se presenta en la mayor parte de sus obras:

Casi no hay entrevista en la que Salman Rushdie no señale y ubique a su big bang artístico en ese día mágico en el que, con poco menos de diez años, entró a un cine de Bombay para ver El mago de Oz y, 101 minutos más tarde, salió de allí convertido en otra persona, en un escritor. Y está claro que la influencia y el alcance de la radiación color rubí del clásico de 1939 ha sido larga y poderosa. No hay título en la obra de Rushdie (Bombay, India, 1947) que no aparezca marcado por la idea de atravesar una «membrana» que separa a un mundo de otro o, para ser más específicos, que divide a Oriente de Occidente. Así -ya sean los niños mágicos de Hijos de la medianoche, los arcángeles en picado de Los versos satánicos, los iluminados envejecidos de El último suspiro del moro, los rockers en fuga de El suelo bajo sus pies, los artistas de circo de Shalimar el payaso-, todos sus personajes son recorridos por la idea del tránsito de una cultura a otra, del pasaje del dócil blanco y negro al más rabioso tecnicolor, impulsados por la magia torrencial de palabras apasionadas. La encantadora de Florencia -que puede ser considerado un relato infantil para adultos del mismo modo que Harún y el mar de las historias fue entendido como un relato adulto para niños- no es la excepción a la regla y nos trae al Rushdie más Rushdie de todos.

Por otra parte, anuncia que en esta novela Rushdie es más Rushdie que nunca. Es decir, que no deja de lado ese maravilloso poder de imaginación y libertad que no está atado a ningún convencionalismo "políticamente correcto" ya sea nacional o literario. Esa autonomía de la imaginación, que algunos críticos como la Kakutani vieron como un error o un cansino loop en las novelas de Rushdie, para Fresán es el valor agregado:

(...) no está de más advertir a los exploradores que en La encantadora de Florencia, Rushdie -alguien que siempre hace lo que se le antoja, que no pide permiso a nadie y a quien nada preocupa- es más Rushdie que nunca. Y que abundan aquí sus tics, sus gracias, sus magias, sus travesuras -más que juegos- de palabras, sus malabarismos y caídas libres. Por lo que quienes no disfruten de sus modales harán bien en no bajar del barco; mientras que sus seguidores serán recompensados con uno de los viajes más regocijados y regocijantes por la movediza tierra firme de un universo que es suyo y sólo suyo. En el inicio de la novela, describiendo al «Mogor dell´Amore», dice Rushdie: «Era capaz de soñar en siete lenguas: italiano, español, árabe, persa, ruso, inglés y portugués. Había adquirido las lenguas del mismo modo que los marineros adquirían las enfermedades; las lenguas eran su gonorrea, su sífilis, su escorbuto, su paludismo, su peste. Tan pronto como concilió el sueño, medio mundo empezó a balbucear en su cerebro, contando prodigiosos relatos de viajeros. En este mundo a medio descubrir, cada día traía consigo noticias de nuevos encantamientos. La ensoñadora poesía de lo cotidiano, visionaria y reveladora, aún no había sido aplastada por la estrecha y prosaica realidad. Siendo él mismo narrador de relatos, se había sentido impulsado a abandonar su casa por historias asombrosas, y por una en concreto, una historia que lo enriquecería o le costaría la vida». Pero está claro que Rushdie nos habla de Rushdie, del encantador de Bombay, de su capacidad para seducir contando, de su convencimiento de que una buena trama -un Había otra vez?- es la más grande de todas las riquezas. Bienvenidos a la noche 1.002

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5:22 p. m.

Curioso eso de "Fulano es en esta novela más Fulano que nunca". Se trata ciertamente de un gran elogio pero, y aquí radica lo curioso,podría ser también una absoluta descalificación.Al parecer, la fórmula se aplica sólo a escritores que se conocen de antemano.
AMÉRICO PREPUCIO (Cartógrafo)    



7:59 a. m.

Ivan:

no vi posteada acá la reseña de tu libro que salió en el Radar de Página 12.

¿se te pasó?

saludos

Fernando    



8:02 a. m.

Fresán como que tiene maquinita para escribir sus reseñas, todas son igualiticas ¿así de igual las sentirá?    



8:57 a. m.

A mí también me parece que las reseñas son siempre iguales... igual de estupendas.

saludos

IVAN    



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