Entrevistado en El Comercio
El narrador y periodista cultural Enrique Planas me entrevistó hace unas semanas en la Galería Lucía de la Puente, delante del cuadro de Luz Letts (que él dice que se llama "la visita" pero yo pensé que se llamaba "al día siguiente") que inspiró no solo la carátula de mi libro, sino incluso el tono y una escena concreta. En la entrevista, Quique me confesó que se iba a poner de "abogado del diablo" y soltar todas las tonterías que se dicen por ahí sobre mí. Y lo hizo, en buena onda además porque me permitió aclarar malentendidos. Por otra parte, gelizmente no salieron un par de preguntas que me hizo Quique ésas sí con una maldad extrema ("¿No crees que a los personajes de tus novelas los dejan sus mujeres porque son muy hermosas?" preguntó, y miré en sus ojos un brillo de malicia). Pero a pesar de lo gentil y buena de la entrevista, con lo que me quedo es con la sensación de haber tenido entre mis manos el cuadro de Luz: Fue como si por un momento el triste cuento de hadas de mi novela se hiciera realidad. Les dejo algunas preguntas:
¿Un escritor peruano ya no puede ganar un premio o publicar en España si no escribe sobre la violencia interna?
Eso es mentira. Enrique Prochazka ha publicado últimamente en España y no escribe sobre la violencia. Tampoco Jorge Eduardo Benavides, ni Fernando Iwasaki. No se trata de eso...
¿Escribir sobre Ayacucho y las cicatrices dejadas por la guerra no fue motivado por la presión de un agente literario que te invita a escribir sobre un tema de moda?
Jamás. Guillermo Schavelzon, mi agente, me presionaba pero para entregarle algo, lo que sea. De hecho, nunca pensé que esta novela sería publicada por un sello tan grande como Anagrama. Yo, personalmente, no creo que pueda ganar algo alguna vez. Creo que siempre voy a quedar segundo. Esta novela ha tenido muchas reescrituras. En una primera versión, no aparecía para nada el tema de la violencia. Era la historia de un hombre que estaba todo el tiempo encerrado en su casa, recordando a la mujer que se había ido y al hijo que había muerto. Pero justo en el momento que estaba escribiendo, ocurría la investigación de la Comisión de la Verdad y la Reconciliación (CVR). Y me di cuenta de que había una comunión entre lo que le pasaba a mi personaje y lo que le pasaba al país.
El reflejo del dolor íntimo en el dolor social...
El mayor problema al escribir la novela fue descubrir cómo hacer que un personaje tan melancólico, tan abandonado, se interesase en lo que sucede en el país. Necesitaba unir ambas historias. Como esta novela tiene mucho que ver con mi vida, recordé lo que hice cuando tuve mi propia pérdida. Yo perdí a mi hijo cuando mi esposa se fue y se lo llevó. No verlo todos los días es mi pérdida. Y por eso me encerré a ver videos. Una rutina en que agotaba todas las películas de cada director que me interesaba. Cuando ya estaba cansado de ver películas, prendía la televisión. Y entre las cosas que veía estaban los testimonios recogidos por la CVR. Las miraba como un loco observando el desfile de Año Nuevo. Me asombraba muchísimo ser parte de todo eso, pero desde fuera. Recordando eso pensé que mi personaje en algún momento recogería de forma parecida la fibra del dolor. Allí se me ocurrió que fuera periodista.
¿Recordar la pérdida también te hizo cambiar la forma de escribir?
A mí me encantan los escritores que en la primera frase de una novela dicen: "Hoy murió mi mamá. Tuve que sacar el auto del taller y peleé con el mecánico". Así, lateralmente, el lector tiene que descubrir que si el protagonista patea las llantas y discute con el mecánico se debe a la tristeza por la muerte de su madre, aunque todo el tiempo hable del carro para mostrar su dolor. Pero también me fascinan las novelas en las que uno escribe sacando cosas de dentro, cuando dicen: sufro, lloro, me muero de miedo, tengo pánico de que mi hijo se muera. Me encanta un escritor como Raymond Carver, pero también el diario de Cesare Pavese. Hay momentos en la vida de un escritor que tiene que escribir su expiación. Y en esa expiación no puede haber lirismo. Quería una novela en que tuviera que decir algo concreto. Ofrecer un mensaje literario que se puede subrayar y llevar. Será porque es una novela que escribí para mi hijo.
(...)
¿Y cómo eras?
He tratado de pasar por la vida como el hombre invisible. Todas las cosas que veía me parecían ajenas. La violencia senderista, las relaciones sentimentales, las historias con mi hijo. Como si las personas fueran actores y yo los mirase desde lejos. Y cuando alguien me señalaba, me escondía. Por ejemplo, puedo tener una idea sobre el dolor o la pena, sentirme acongojado cuando leo el informe o reviso los videos de la CVR, pero si en un momento me preguntan qué puedo hacer yo para apoyar, me escondo. Igual, puedo estar muy enamorado de una persona y amarla intensamente, pero cuando me confrontan, cuando me piden que luche por ella, si una novia mía empieza a sentir algo por otra persona, yo no lucho sino que me alejo.
(...)
¿Cuánta investigación fue necesaria para dar cuenta en tu novela de la violencia que se vivió en un escenario tan difícil como Oreja de Perro?
No he ido a Oreja de Perro. Lo que más me interesaba del lugar era el nombre. Tampoco he investigado nada. No sé si habrá luz eléctrica en el pueblo. Eso no me interesaba para escribir. Lo que me interesaba era que la novela sucediera en un lugar que hubiera sufrido mucho; podía haber sido cualquier sitio. Pero el nombre de Oreja de Perro es un regalo. Un perro cuando escucha levanta la oreja, pero no se mueve. Igual que mi personaje, que percibe lo que pasa, pero es incapaz de actuar.
(...)
¿No crees que la visión mediática de nuestra literatura en España aún nos percibe como algo exótico?
Los escritores latinoamericanos estamos siempre en una 'liga' distinta de los españoles. Es como si ellos jugaran en primera división y nosotros en segunda. Y así lo entienden los lectores allá, las editoriales, las librerías y, por supuesto, los periodistas. A mí me molestó una vez en un encuentro en España que un reportero nos preguntara: "¿Por qué no aparece otro García Márquez en América Latina?". Recuerdo que respondí: "Y cuándo aparece otro Cervantes entre ustedes?".
Etiquetas: anagrama, enrique planas, NOTICIA, oreja de perro, peru, thays
Bueno aprovechando este post ---le vuelvo a pedir una entrevista para mi blog:
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8:05 a. m.
Estimado Ivan Thays
Eres el mejor escritor peruano de los ultimos tiempos,los escritores que te atacan tienen envidia de tu talento,lo mismo experimento yo en mi país,Bolivia, un rechazo a una propuesta alucinada, sin embargo me alegra saber que en el Perú hay gente tan maravillosamente capaz de escribir buenos libros como vos.
Continue escribiendo libros, colega Thays, y en mi Facebook encontrara una imagen suya, porque usted es uno de esos escritores que admiro con sinceridad, despues de Edmundo Paz Soldán y Alberto Fuguet,sin olvidar a Rodrigo Fresán y a Bolaño.
8:53 a. m.
La verdad Ivan thays no es santo de mi devoción, y si quiere hacerse el autobombo que se lo haga, total cada uno puede hacer en su blog lo que le de la gana.
Y los asiduos a su blog que se hayan cansado de ese autobombo como yo, pues, leemos otro blog,para no aburrirnos.
Lo que me parece repugnante es una frase, en su novela que lo repite en la entrevista: "cholo borracho", con eso nos quiso decir en otras palabras "todos los cholos son borrachos".
¿Quién alienta el racismo contra latinos y los peruanos no blancos?¿Europa? ¿España?
Me parece de mal gusto escribir vulgaridades en una novela.Ni siquiera El autor norteamericano de "la maquina de follar" es tan vulgar y repugnante.
Iba a comprar el libro,pero leí la entrevista en el comercio,y al encontrar esa frase repulsiva,me indignó,y solo leeré esa novela en copia pirata y si alguien me lo presta o regala, porque yo odio a los racistas, que tanto daño hicieron a los judíos en campos de concentración,y en mi patria,mataron a miles de campesinos acusandolos de terrucos,solo porque eran de raza cobriza.
9:08 a. m.
Anónimo de 8:53
para leer otros blogs, estás muy atento al mío. En fin, cuelgo tu comment solo porque creo que tienes razón, me di cuenta al toque, y es un error de quique planas y no mío.
lo de "cholo barato" debió ir entre comillas porque es una frase que dice un personaje de la novela, llamado Scamarone, cuando se refiere al presidente Toledo. Justamente, el sentido de mi respuesta es que me llamaba la atención cómo antes, en mis otras novelas, trataba de usar un lenguaje casi egurenianio incluso en el insulto, y ahora creaba personajes como Scamarone tan pueriles y callejeros.
Acalarado el punto, espero que compres mi novela en original y no en pirata. El racismo no es la única forma de dañar al país, sino la imbecilidad de no entender que si una empresa como Océano arriesga en el Perú, darle la espalda es jodernos a nosotros mismos.
saludos y gracias por permitir aclarar un punto
IVAN
10:55 a. m.
Yo creí que el cuadro se llamaba "El amigo", supongo que leí mal la entrevista, lástima que no salieron todas las preguntas, eso de las mujeres ni por asomo lo vi...Y lo de Cervantes fue brutal, bravo.
Ay Dios, otro imbécil metiendo al racismo en todo esto, ¿y para eso tu despedida? Mejor desaparecías y no dabas mal espectáculo. Maquina de follar, suena bien, si no te gusta, lástima, me parece triste cuando alguien considera vulgar e inferior algo que se relaciona con la opinión sexual de los demás que no comparten el mismo camino.
Pura mala leche, me revienta la clase de gente que debe ser los anónimos. Chao.
1:58 p. m.
Vaya que tienes un gran club de lectores que miran detalles que no mirarian en una obra de 500 paginas de Stephen King,la verdad es que hay personas que deberian abrir sus ojos para ver mas allá del Pedro Paramo,y es por eso toda esta confrotacion existente entre dos escuelas narrativas opuestas, los que quieren escribir pensando en Garcia Márquez y los que quieren escribir como Paz Soldán,Pedro Paramo fue alegoria simbolica de su tiempo,yo escribo ese tipo de literatura pero desde un genero fantastico,es por eso que tengo varios colegas escritores haciendo reuniones en Bolivia para pinchar muñecos de magia Vudu con mi foto que fotocopian de la web.Iván,se te juzga mal por escribir un insulto que refleja la ideologia de un personaje,me pregunto porque no piensan en esta frase "reza,puta", la frase es del personaje del libro mas violento que se haya escrito en Estados Unidos,por Bret Easton Ellis, pero claro, como el escritor es extranjero tiene derecho a crear personajes con lenguajes ofensivos y polemicos y a escribir sobre temas que un escritor latinoamericano no deberia escribir en este mundo porque tiene que escribir sobre historias de la epoca del Boom que la vieja escuela literaria latinoamericana no quiere dejar morir de una buena vez,en fin,reitero mi apoyo a su narrativa,Don Ivan.
Miguel Lundin Peredo
2:37 p. m.
Definitivamente tienes correa Iván, para soportar tanta estupidez. Cómo se le va a ocurrir a alguien juzgar el lenguaje de un personaje!!!!! y encima meter el racismo en el asunto. No deberías publicar esos comentarios y menos responderles, no vale la pena, porque quieras o no, te envenenan. Un saludo cariñoso de una admiradora.
3:11 p. m.
No haga caso de las críticas que no sean estrictamente literarias y que la envidia de los demás le impulse a seguir, Sr Thays. Desde España, ánimo y escriba en su blog lo que le de la gana. Faltaría más. ¡Lo que faltaba ya es que le reprochen por algo que dice un personaje de su última novela!
Ignacio.Cádiz, España.
8:55 a. m.
Anónimos de las 2:37, en vez de ayudar a Iván lo hundes.
Con respecto a mi comentario anterior,el señor Thays me aclaró que fue un error de imprenta o de alguien, y eso quedó ahí.Aunque ese señor que comete un error, no sé como no puede diferenciar entre "Barato" y Borracho",francamente no entiendo.
Además yo no juzgo la novela de Thays por lo que dice un personaje.
Sino la actitud de resaltarlo del periodista en un diario de circulación nacional,donde presuntamente se trata de enseñar la tolerancia y los valores.
Ahora, el error pudo ser del periodista que trató de ensalzar la frase racista, eso es otra cosa.
Y ustedes en vez de ayudar a su amigo lo hunden,porque le echan mas leña al fuego.para mí, el señor Thays no es racista,por una frase,tendría que investigarlo,pero eso de decir: (para soportar tanta estupidez), ese anónimo no vive en el Perú,para que vea el racismo que ha perdurado gracias a esos señores que viven entre cuatro paredes y solo ven peliculas en cable y su mp3 al oido y fingen ser intelectuales progre, que se preocupan por todos,ja.
A mi no me vengan con cuentos, a ustedes les importa un carajo el PERÚ.
Al menos el señor Thays,intenta ver el lado social en su novela. pero aquellos que se hacen los filantropicos pero nada más para la tele y luego cada uno a su sitio.
Hago esta aclaración para terminar con el tema,diciendo que el señor Thays no es racista,me equivoqué,el racista fue otro.
Y yo prefiero decir las cosas directamente y no ser ayayero de nadie,porque solo los que quieren ayudar a las personas a superar los prejuicios,le dicen en qué falla,pero en cambio otros,que no les importa nada más que su propio beneficio,quieren tapar el sol con un dedo, y a la larga,perjudican a un escritor,diciendole que es perfecto.Nadie es Perfecto Señores Anónimos.Ni ustedes que no dan su nombre,para hablar lisuras en un blog literario.Y demostrar su lado oscuro.Los cholos no son perfectos, pero los blancos tampoco y quien diga lo contrario,esta entrando en terreno subjetivo.
Y ahora por darle la contra a ustedes anónimos voy a leer la novela de Thays en original aunque me cueste 50 soles.
Y para darles de su propia medicina:
" ese hombre blanco borracho era un imbécil"
" ese hombre blanco barato era un imbécil".
Si Thays les publica aceptando esa palabra pues que me publique que también digo.
(Estas frases están inspiradas en ese periodista,que se equivoca)
¿Les gusta mi frase? ¿Soy racista?
respondanse a sí mismos.
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