Minae Mizumura
Y mientras el NYT le dedica su número a China, en Argentina comentan la novela Una novela real de la japonesa Minae Mizumura editada por Adriana Hidalgo. La novela es una reescritura de Cumbres borrascosas, ni más ni menos. Me intriga mucho eso de los "covers". ¿Algún lector va por Argentina por estas fechas y tenga sitio en su maleta?
La sutileza en la escritura de Mizumura no debe sorprender. En sus dos novelas previas, ya había trabajado con resonancias de la tradición literaria al tiempo que, con espíritu innovador, optaba por disposiciones creativas sobre la página o, como en el caso de Una novela real , la inclusión de fotografías. En Luz y oscuridad, una continuación (1990) había proseguido una obra póstuma e inconclusa de Natsume Soseki y en Una novela del yo, de izquierda a derecha (1995) procreó una autobiografía novelada que, al tomar en cuenta su experiencia internacional (Mizumura vivió muchos años en Estados Unidos), mezclaba los idiomas y exploraba los efectos de los cruces culturales. El centro de Una novela real , como un corazón que late y que se oye al pasar por el resto de sus páginas, es un amor que fue más anhelado que gozado, más perdido que saboreado, un deseo nutrido del hambre y por ende nunca satisfecho. La estructura, en cambio, como un rompecabezas, juega con distancias y claves. Lleno de suspenso y sugestión, es un libro en el que distintas miradas contribuyen al relato de un mismo suceso. También aborda con originalidad la separación entre realidad y ficción: aquí tenemos un relato autobiográfico, en que la autora cuenta un extraño, pero posible, hecho de su adolescencia y juventud. En ese entonces había conocido al protagonista de esta novela que, encargada por un tercero, ella misma elaboró años más tarde. El recuerdo permite solo el relato de impresiones: la hermosura masculina, la competitividad feroz, la inteligencia casi monstruosa y la conquista rápida de riquezas y renombre. Nada de esto permitiría escribir una obra acabada o "auténtica". Por eso, cuando años más tarde se le cruza un joven misterioso que nombra a aquel personaje del pasado y dice que busca a quien pueda escribir la novela de su vida, ella, la propia Minae Mizumura, se sienta a escucharlo.
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