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Notas al vuelo en cuaderno Moleskine® .

Casas literarias

casas modulares. Fuente: arqhys

Siempre he dicho que las coincidencias literarias son fascinantes. Justo ahora que estoy leyendo un libro de cuentos de Mirolad Pavic, editado por Sexto Piso, Siete pecados capitales, Carlos Calderón Fajardo publica un artículo en Porta9 sobre las casas literarias, a los que califica como "templos de la narrativa artística peruana". Y es que el libro de Pavic está dividido en siete cuentos que son siete casas distintas. Y el primer relato, titulado largamente "La jaula blanca de Túnez en forma de pagoda (ocurre en la casa de Luka Célovic, calle Kraljevica. Marka, número 1)", quedaría perfecto dentro de la teoría de Calderón Fajardo. Copio aquí el párrafo inicial solo para hacerle agua a la boca a Carlos (y de paso a Enrique Prochazka, a quien este relato le fascnaría sin duda)
Los pensamientos humanos son como cuartos. Entre ellos hay salas lujosas y cuartuchos saturados. Los hay soleados y sombríos. Algunos dan al río y al cielo, otros al traspatio o al sótano. Las palabras en ellos semejan cosas y pueden ser cambiadas de un cuarto a otro. Los pensamientos dentro de nosotros en realidad, esas habitaciones en nuestro interior, agrupadas en palacios o cuarteles, pueden ser moradas de otros donde uno resulta ser sólo un inquilino. A veces, sobre todo de noche, encontramos que las salidas de esos aposentos están cerradas con llave y no podemos abandonarlos. Estamos encerrados como en un calabozo hasta que nuestros sueños nos liberan y nos dejan salir. Pero los sueños son como los invitados a una boda, hay que esperarlos. Mientras tanto, reina el insomnio. Dicen que existen dos insomnios, como dos hermanas. El de antes de dormirse y el otro, después de despertar en plena noche. El primero es madre de la mentira, el otro es madre de la verdad.

Por cierto, al leer el artículo me quedó la misma duda que a Paolo de Lima sobre a qué se refiere Carlos Calderón Fajardo como "narrativa artística" en contraposición de la "narrativa social", en especial tomando en consideración que algunos de sus ejemplos (por ejemplo, La casa de cartón, o La casa verde e incluso me animo a decir que Casa de Islandia) pueden ser leídos también como obras donde el tema social es significativo. Al parecer, la división que hace Carlos se refiere no al tema sino a la relación de la obra con respecto a la realidad. Existirían, así, obras de un "universo autónomo" (las llamadas artísticas) y obras que expresan un sector de la realidad social (las llamadas sociales) de sus referentes reales. Así lo explica en "Zona de Noticias":
Creo que esta distinción no es la de puros y sociales que era aplicable a la poesía. Es en relación a una narrativa que pone énfasis en la novela como universo autónomo, a diferencia de la novela social que intenta expresar un sector de la realidad social peruana. Mi novela El huevo de la iguana es una novela social. No estoy diciendo que la novela social no sea artística, estoy utilizando esta distinción con fines estrictamente prácticos. Tampoco digo que la novela artística sea mejor que la social. La intención de ambos tipos de novela es otra, igual que algunas de sus características. Muchos de los escritores llamados sociales, si no casi todos han escrito novelas artísticas, y con grandes libros en ambos tipos de novelas

¿Les quedó claro? Yo sigo medio enredado.

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