Carver principiante
Como regalo de fin de año, el New Yorker publicó un asombroso texto en el que se veían las sugerencias y los tijeretazos que Gordon Lish, el astuto editor, hacía al cuento "Beginners" de Raymod Carver. Ver ese texto, incluso si conocíamos la historia, era asombroso. En "Babelia", Antonio Muñoz Molina comenta el tema.
Dice: "Suele pensarse que este tono de sutil o explícita celebración llegó a la literatura de Carver en su segunda vida, según se afianzaba su amor con Tess Gallagher y su celebridad de escritor, en el tiempo demasiado breve en el que aún no sabía que iba a morirse con cincuenta años de un cáncer de pulmón. La sequedad quirúrgica de su primer estilo parecía que daba paso a una nueva complacencia en la escritura, a una riqueza mayor de pormenores y de matices. Pero en literatura todas las explicaciones claras son dudosas, y todo prestigio tiene una parte mayor o menor de malentendido. Multitudes de imitadores han venerado la inflexible austeridad expresiva de Raymond Carver y, como suele suceder, la han simplificado hasta la caricatura, pero ahora vamos sabiendo que el propio Carver no era del todo responsable de los despojamientos máximos de su estilo. En su número de fin de año The New Yorker publicó un relato inédito que se titula Beginners y que es una versión previa del que hasta ahora conocemos como De qué hablamos cuando hablamos de amor. El amigo y editor de Carver, Gordon Lish, eligió el nuevo título, pero no sólo ayudó a corregir la escritura y la trama: añadió cosas, suprimió casi la mitad del texto, cambió el final. En 1980, en una carta llena de inseguridad y de remordimiento, Carver le pidió a Lish que retirara ese cuento y alguno más del libro que iba a publicarse. Estaba agradecido al editor que lo apoyó tanto en sus años peores, temía parecer ingrato, perder su amistad: pero tampoco quería que su historia quedara desfigurada. Leídas ahora, una al lado de la otra, las dos versiones dejan una sensación desconcertante: el texto original de Carver revela honduras que se han perdido en el otro; lo que hasta hace nada nos parecía un modelo de contención en el cuento que conocíamos ahora tiene algo como de catatonia emocional y expresiva. El libro, a pesar de todo, se publicó así, y tuvo tanto éxito que cambió para siempre la carrera de Raymond Carver, quien nunca mostró en público su discrepancia con Lish, aunque rompió con él poco tiempo después. El estilo de aquellos cuentos, tan único, era en parte la invención de otro hombre. El reconocimiento público se otorgaba a alguien que era parcialmente un impostor. Pero quién no se siente así al recibir ciertos elogios; quién tiene el coraje necesario para negarse a aceptar algunas formas de admiración que intuye falsas o completamente equivocadas.
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Al parecer sucede bastante con títulos, que son cambiados a instancias del editor.Ejemplo: "Los Inocentes" trocado en "Lima en Rock", título más vendedor.
3:09 p. m.
Alessandro Baricco publicó a finales de los noventa un buen texto con toda la historia Carver-Lish. Lo reprodujimos en la última edición de la revista colombiana El Malpensante (n° 83, diciembre de 2007-enero de 2008).
5:06 p. m.
en el blog de un amigo, la traducción del artículo y un cuento, para los que le interese...
http://traduttoreinufficiale.blogspot.com/2008/01/duros-cruces-los-recortes-raymond.html
5:07 p. m.
http://traduttoreinufficiale.blogspot.com/search/label/Carver%20Raymond
6:04 a. m.
Humm... según veo en el enlace que amablemente incluye Roth, no es el mismo artículo de Baricco sobre Carver y Lish que salió en El Malpensante. El asunto tiene sus vueltas, pues.
7:55 a. m.
Aquí está el original con las correcciones de Lish puestas en evidencia: http://seikilos.com.ar/seikilos/traducciones/principiantes-beginners-raymond-carver/
8:31 p. m.
Hola,
realmente yo no creo que Carver no merezca su reconocimiento, el editor le hacía tantos cambios significativos en la esencia del relato y eso es lo que más importa.
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