Alan Pauls entrevistado
El suplemento Radar Libros ha entrevistado a Alan Pauls por su novela Historia del llanto (Anagrama), que estoy leyendo ahora mismo. Muy bueno el comienzo de la nota, de Mauro Libertella, en que comenta cómo busca coincidencias en el entorno de Pauls y el de la novela, y donde, además, hace una síntesis ingeniosa del libro. En la entrevista habla sobre el vínculo difícil, antagónico, entre el "realismo literario", o el "populismo" y su idea de literatura. ¿Cambia esta novela ese vínculo?
Dice Pauls respecto a la brevedad del libro: "Volví a la forma breve, o a la forma nouvelle, buscando trabajar dentro de un límite. La experiencia de El pasado había sido un poco la experiencia del libro virtualmente infinito. En un momento me di cuenta de que la novela podía crecer indefinidamente, en el sentido en que la novela es un género que siempre empuja los límites un poco más allá. Hay algo ya en el ser de la novela que implica un cierto trabajo con el límite, contra el límite. Quería volver a trabajar con un territorio mucho más acotado, mucho más firme, de modo de obligarme también a una cierta concisión. Quería un texto más compacto, más apretado. Y que fuera a la vez enigmático. Tengo la impresión de que la premisa que hay implícita en El pasado es que la novela pueda agotar, extenuar algo. Tenía ganas ahora de escribir una ficción que de algún modo se alimentara de cierto secreto, de cierto misterio interno, de algo que no se acaba de decir del todo".
También dice sobre el acto de escribir: "Jamás tuve la impresión de que la teoría o el saber sobre la literatura funcionara como un obstáculo. Para nada. Creo que no funciona así. Soy muy anti-antintelectual. Pero funcionaba así: escribir ficción era un aparato dentro del cual había una pieza que era una pieza de la reflexión técnica, teórica, conceptual sobre la literatura. En un momento en que ese saber tenía un poder y una presencia muy fuerte, que no la tiene hoy. Hoy nadie piensa la literatura en esos términos. Los libros estaban empujados por ese aliento. Eso fue cambiando mucho, sobre todo a mis treinta años. Fue una década muy rara, publiqué muy poca ficción. Dediqué buena parte de esa década a escribir El pasado, pero casi no publiqué. Y empecé a cambiar mi manera de ver las cosas. Pero nunca dejé de leer ensayos de literatura, sigo pensando que pensar la literatura y escribir sobre literatura es un arte tan grande como la más grande de las ficciones. Pero me parece que hubo algo en el mapa que cambió para mí. Quizás la frontera entre la literatura y la vida se volvió mucho más porosa, las contaminaciones empezaron a funcionar con mucha más libertad. (...) Yo me formé básicamente con los escritores del setenta. Con la gente de Literal por un lado, y con Ricardo Piglia y Josefina Ludmer por otro. Fueron los primeros escritores a los que conocí. Los primeros escritores a los que les mostré mis textos. Los primeros escritores con los que tuve diálogos técnicos sobre escribir. Discutir sobre el secreto de la literatura. Toda esa gente eran como los enemigos públicos número uno del realismo. Cada uno ocupando una posición muy singular. Piglia tenía una relación muy extraña con el realismo, la misma relación que podría tener Brecht. Había una especie de facción antirrealista de la que yo soy hijo, totalmente. Y por eso mi enemigo también era el realismo, y el populismo. Mi enemigo era toda aquella poética que enarbolara las banderas de la representación. No reniego para nada de ello, para mí fue una gran formación, y me introdujo en el mundo"
Etiquetas: alan pauls, anagrama, argentina, historia del llanto, josefina ludmir, NOTICIA, piglia
¿Significa eso que se consigue en Lima? ¿O alguien te lo trajo de Europa?
Lo que pasa es que estaré en Barcelona la próxima semana, y no quiero comprar cosas que luego podré encontrar en Lima.
10:14 a. m.
No, no se encuentra en Lima. A mí me lo trajeron de Bs As donde está baratísimo.
saludos
IVAN
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