Lectores fiables
A partir de una frase de Kurt Vonnegut: "No escasean los buenos escritores. Lo que nos falta es una masa de lectores fiables", Ignacio Echevarría se pregunta en la Revista de Letras de "El Mercurio" por la demografía de los buenos lectores en el mundo. ¿Será el problema que cada vez escacean más los buenos lectores? ¿O, más bien, que cada vez abundan más los lectores poco fiables?
Dice: " [Vonnegut] no habla de la muerte del lector, ni siquiera se refiere a la escasez de buenos lectores, sino que, simplemente, dice que lo que falta -lo que nos falta, a todos- es "una masa de lectores fiable". Esta expresión presupone que la masa de lectores -buenos o malos- existe. De hecho, a nadie le cabe dudar de ello. Precisamente es aquí donde reside la clave del problema: en el carácter informe de esta masa. En su segmentación y en su articulación cada día más difusas, que hacen cada vez más difícil prever su gusto, su comportamiento, sus conductas. Así visto, el problema de la literatura no sería tanto la merma constante de "buenos lectores" (¿veinticinco mil?, ¿cinco mil?, ¿quinientos?, ¿diez? ¿Cuántos hacen falta para sostener el buen nivel de una literatura?) como el incremento indiscriminado de los mismos, la constitución de una desorbitada "masa de lectores" que revienta, por razón de su número y de su consistencia tan heterogénea, cualquier atisbo de "comunidad lectora" en la que poder confiar y con la que establecer un mínimo nivel de interlocución. Ocurre de este modo que los escritores no saben para quién escriben; los editores no saben para quién publican; los críticos no tienen ni idea de qué representan. Ni siquiera los publicistas saben lo que les conviene decir. Todos van dando palos de ciego, y entretanto las librerías se llenan de libros destinados -dicen- a la gente que no lee, cuando no, en el mejor de los casos, a la gente a la que, más que leer, le gusta que le guste leer. En España, la consagración de un escritor como Javier Marías vino determinada por el éxito que obtuvo en Alemania entre lectores que, pocos años después, aplauden con fervor igualmente unánime a un escritor como Carlos Ruiz Zafón. Es un ejemplo. En las listas de libros más vendidos se codean Paul Auster, Paulo Coelho, Gabriel García Márquez, Isabel Allende, Alessandro Baricco, Mario Vargas Llosa, Dan Brown, Almudena Grandes, John Grisham, Julia Navarro, José Saramago, Arturo Pérez-Reverte, Ildefonso Falcones... ¿Quién diferencia el grano de la paja? ¿Y en nombre de quién? ¿Cuántas veces no se oye aquello de que "el lector tiene la última palabra"? ¿La última? ¿Para decir qué? Y sobre todo, ¿quién va a creérselo?"
Etiquetas: chile, echevarria, españa, NOTICIA, vonnegut
Creo que el post alude a una realidad muy distinta a la peruana, donde algunos celebran como cultura el mero analfabetismo (somos una cultura ágrafa, dicen) o peor aún, consideran la literatura una suerte de imposición cultural, un rasgo de dominación impuesto desde afuera.
En este contexto, confesarse lector o pretender serlo equivale a situarse en una posición reaccionaria o cuando menos, alejada de la realidad. Ya lo dijo un sabio columnista: leer no te hace mejor.
7:28 p. m.
Lo que marca la diferencia es el tiempo. Por alguna misteriosa razon el tiempo "fija" lo que a fin de cuentas quedara para la posteridad.
Nosotros en el Peru como que vivimos en las antipodas en lo que a cultura se refiere, no solamente porque las clases dirigentes siempre han mantenido en el olvido educacion y cultura, sino ademas porque nuestra misma condicion de pobres nos ha tenido preocupados en actividades mas basicas y primarias, cual es el que vamos a comer hoy para no morir de hambre mañana. El comentarista anterior esta equivocado; "literatura una suerte de imposición cultural, un rasgo de dominación impuesto desde afuera..."
Yo a mis 50 años de edad como que veo mas las cosas "en bajada", para mi la clase politica deberia de ser la gran facilitadora de la cultura en el pais, pero como la clase politica es ignorante y ratera; esta en manos de las instituciones civiles crear espacios culturales.
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