William T. Vollmann regresa
William T. Vollmann, espiando Estados Unidos desde México, fotografió a un mexicano deportado de California. Fuente: ñ
1.300 páginas y 12 años de escritura. Esas son las cifras del copioso William T. Wollman y su nueva novela Imperial que apareció en julio de este año en EEUU. "Periodista-escritor vagabundo dispuesto a todo en la tradición de Steinbeck o Jack London", así lo califican luego de su nueva hazaña: tratar de inflitarse en una fábrica mexicana para conocer el tema de la inmigración y remar por las aguas sucias de Nueva California. Por supuesto, el agua contaminada y los inmigrantes son los temas de Imperial. Dice la nota en Ñ:
"Imperial", que describe la vasta región llana y árida del sudeste de California, en la frontera con México, es una producción extrema de Vollmann: brillante en algunas partes, prácticamente ilegible en otras.Contiene pasajes líricos, y otros laberínticos ("Y llegó el cambio; así como la orina de las personas deshidratadas se vuelve rubia y oscura, sin transparencia, el sol de la tarde, agotado por y con el calor que él mismo produce, perdió ahora la blancura deslumbrante que lo había caracterizado desde la madrugada, y se evaporó en el pavimento manchándolo con oro") además de capítulos científicos, con gráficos incluidos, sobre la salinización y la productividad agrícola, y 175 páginas de notas.El material más interesante comprende los capítulos sobre las narco-baladas –canciones, prohibidas en México, que celebran a los barones de la droga– sobre la historia temprana de California, sobre los túneles cavados por los chinos en Mexicali y sobre la ruptura crónica de Vollmann con una vieja amante. Vollmann dijo que los editores lo instaron a cortar pero él se resistió. Reconoció que la longitud de "Imperial" puede llegar a costarle lectores pero: "No me importa. Me parece que lo importante en la vida es complacernos a nosotros mismos. El mundo no me debe el sustento, y si el mundo no quiere comprarme los libros, es mi problema", dijo.