Nicholson Baker y Friends
El escritor norteamericano Nicholson Baker no es un escritor desconocido para el castellano. Alfaguara ha editado varias de sus novelas (la última de ellas, Checkpoint, en el 2004) y la editorial Debate publicó el ensayo Humo Humano, sobre la Segunda Guerra Mundial. En EEUU, Baker publicó en agosto último The Anthologist que tiene como protagonista a un poeta poco conocido, Paul Chowder, quien se distrae en elocubraciones sobre el arte mientras pretende soportar su vida (que incluye el abandono de su mujer, oh, Cherchez la femme) y escribir el prólogo a una antología poética seleccionada por él. Aquí tienen una lista completa de las reseñas aparecidas a pocas semanas de ser publicado, al frenético ritmo norteamericano. "No consensus, but several very enthusiastic" es el resumen de The Complete Review. Aunque confiesa aún no haberla leído, Gustavo Faverón recoge una cita de la novela, aparecida en una reseña en Complite Review, para hacer una reflexión a su vez en torno a la opinión de Chowder (¿de Baker?) sobre el futuro de la narrativa norteamericana que descansaría en los guionistas de Friends antes que en las manos de los innumerables escritores que han existido en la humanidad. La cita es la siguiente:
Y el atendible comentario de Faverón en "Puente Aéreo" dice:"At some point you have to set aside snobbery and what you think is culture and recognize that any random episode of Friends is probably better, more uplifting for the human spirit, than ninety-nine percent of the poetry or drama or fiction or history ever published. Think of that. Of course yes, Tolstoy and of course yes Keats and blah blah and yes indeed of course yes. But we're living in an age that has a tremendous richness of invention. And some of the most inventive people get no recognition at all. They get tons of money but no recognition as artists. Which is probably much healthier for them and better for their art".
Es decir:
"En algún momento uno tiene que dejar de lado el esnobismo y lo que piensa que es cultura y reconocer que cualquier episodio de Friends elegido al azar probablemente sea mejor, más benéfico para el espíritu humano, que el noventa y nueve por ciento de la poesía, o el drama o la ficción o la historia que se hayan publicado jamás. Piensa en eso. Por supuesto, sí, Tolstoi y por supuesto, sí, Keats y bla bla bla y sí, por supuesto, de hecho que sí. Pero vivimos en una época que tiene una gran riqueza de invención. Y algunas de las personas más inventivas no son reconocidas. Ganan toneladas de dinero pero ningún reconocimiento como artistas. Lo que probablemente sea mucho más saludable para ellos y mejor para su arte".
Lo curioso es que Baker suele ser un creador [...] más osado, más dispuesto a romper barreras genéricas, más interesado en empujar las fronteras de la novela hacia terrenos nuevos y a hacer el intento de que esa transgresión formal apure nuevos sentidos e inaugure nuevas habitaciones para la ficción. [...] ¿Por qué, entonces, se desliza Baker hacia esa idea aparentemente populista que equipara la rutinaria creación de episodios humorísticos de intención y efecto inmediato a la escritura novelística, ensayística, poética y que, incluso más, coloca a lo primero por encima de lo segundo? ¿Será que a veces el esnobismo no consiste en marcar la superioridad de lo que se percibe como culto por sobre lo que se concibe como popular, sino, más bien, en hacer precisamente lo contrario? ¿Será que, así como hay un esnobismo elitista, hay también un esnobismo populista?Mi intención es decir que sí, pero con una coda: a la larga todos los esnobismos son elitistas, tanto el que se presenta de ese modo como el que finge populismo. Baker parece pensar: mientras yo escriba una novela experimental que trasponga los límites de la crítica literaria, la autobiografía y la ficción, me sentiré libre de decir que los anónimos escritores de Friends son artistas superiores a mí. ¿Total? Todo el mundo se dará cuenta de que eso es imposible.