La editora del fenómeno
Silvia Sesé es la editora de Destino, la responsable de la publicación de Stieg Larsson, el fenómeno de ventas más impresionante del año pasado y un auténtico salvavidas en medio de la crisis que, sin duda, ha dejado saneada la economía la de la editorial para todo el año. A pesar de su buen ojo e intución evidente, Sesé no piensa que su tino fue algo extraordinario. "No es una historia novlesca" dice con modestia. Dice la nota:
Silvia Sesé entró con buen pie en Destino. Una de las primeras cosas que hizo al llegar al sello del grupo Planeta fue descubrir a Stieg Larsson. Era la primavera de 2007 y ella venía de trabajar 15 años en el Círculo de Lectores. A la luz de las cifras actuales de Millennium (40 ediciones, 3.400.000 ejemplares vendidos, siempre según la editorial), la cosa parece de película -llegar y triunfar- pero Sesé le quita hierro: "La historia no es nada novelesca". La primera vez que leyó el nombre del escritor sueco fue "en Internet", en la web de la editorial francesa Actes Sud. Pidió un ejemplar y lo devoró en un fin de semana: "Iba del sofá a la cocina sin soltar la novela", cuenta en la sede madrileña de un sello cuyo catálogo alberga a autores como Delibes, Ferlosio o Ana María Matute. Los hombres que no amaban a las mujeres, el primer tomo del novelón de Larsson, tardó un año en salir: "Lo primero que piensas es: 'Yo quiero publicar esto'. También: 'Quiero seguir leyendo'. No piensas que vaya a ser un fenómeno", relata esta mujer que nació en 1965 en Tremp (Lleida), "porque había hospital", pero que se siente de Lafortunada, el pueblo de su familia, en Huesca. Sesé recuerda las fechas con precisión. El 5 de junio de 2008 era el día previsto para el lanzamiento de la primera entrega, pero hubo huelga de transportes y el libro no llegó a muchas librerías. Tampoco las cifras fueron astronómicas antes de ese verano: "Lanzamos 45.000 ejemplares porque había gustado mucho en los departamentos de la casa: edición, diseño, marketing... En Francia iba muy bien. En Holanda no, hasta que le cambiaron la cubierta. En Alemania salió en bolsillo. Las referencias internacionales no servían de mucho. De hecho, estábamos en la Feria del Libro de Madrid y contábamos cada ejemplar que se vendía: ¡Ya van cinco... seis!". Como no había mucho presupuesto para publicidad, se dedicaron a visitar a libreros de toda España con un ejemplar de pruebas en la mano: "Fue arduo: un tocho difícil de resumir firmado por un autor desconocido". Aquellas visitas fueron decisivas para una novela cuyo éxito su descubridora atribuye a la recomendación de los lectores. A la vuelta del verano del año pasado, "el tiempo que la gente tardó en leerlo", se vieron ya señales del fenómeno que se venía encima. En noviembre salió la segunda parte y la expectación disparó las ventas de la primera.