30 de Wolff
Un conjunto de 30 cuentos, 11 de ellos inéditos y el resto textos antiguos retocados por el autor, de Tobias Wolff acaban de ser editados en castellano bajoe el título Aquí empieza nuestra hitoria (Alfaguara). En "Babelia" Andrea Aguilar le hace una entrevista en Nueva York, donde el calforniano cuentista con mayor proyección de EEUU en la actualidad se defiende del frío con solo una casaca de cuero, guantes y una gorra. Y habla así del nuevo libro editado:
El nuevo libro arranca con una confesión en el prólogo: Wolff ha retocado sus viejos relatos, y lo ha hecho porque como autor considera que ese material sigue vivo. Fue otro Wolff quien los escribió, admite, pero el de ahora se siente con pleno derecho a meter mano, en beneficio del lector. "No he cambiado el argumento. La mayor parte de los cambios han sido de lenguaje, de precisión, de depuración. Si puedes prescindir de algo, ¿por qué no quitarlo? Los cambios cosméticos son importantes. A veces estás dentro y no lo ves. Ése ha sido el problema que he tenido cuando he escrito algunas historias", dice sentado en el sofá. Sus argumentos resultan convincentes. Wolff sabe cómo persuadir a sus interlocutores con sus razones sensatas. Inspira confianza con su aire tranquilo y cercano. Evita cualquier demostración banal de ego. "Estoy en un constante estado de revisión y edición. Y las historias nunca llegan a un punto en el que están cerradas, nunca llega un momento en que esto para. Porque vamos cambiando", aclara. En los más de treinta años que abarca este libro, ¿qué ha cambiado en su escritura? "Un lector tendría más que decir que yo sobre eso. Pero cuanto más tiempo llevas escribiendo más preguntas te haces. Ahora sé que si empleo el suficiente tiempo puedo conseguir algo. He ganado seguridad, pero los retos también son mayores. Te conviertes en prisionero de ti mismo y no quieres hacer algo que te disminuya. Te esfuerzas por mantenerte inquieto".
En la entrevista también habla de otros cuentistas, entre ellos Raymond Carver, sin evitar comentar el affaire Lish:
El controvertido caso de su amigo Raymond Carver y el mítico editor Gordon Lish -que con su afilado lápiz tachó sin compasión secciones enteras de sus cuentos- es paradigmático de este proceso. "Sí, yo sabía que Lish tiene mano dura", dice Wolff. La publicación póstuma de la versión completa de los relatos de Carver impulsada por su viuda ha reabierto la polémica. "Creo que eso es una cuestión para estudiosos o académicos. Al final Carver eligió las historias que quiso incluir en su última antología. Regresó a los originales en unos casos y en otros decidió quedarse con la versión editada. Lo que ha ocurrido ahora embarra de alguna manera su legado". Wolff ha tomado precauciones. "Ya he dejado dicho que cuando muera, por favor, que no me toquen los papeles. No quiero que la gente sepa. Entiendo que no es una actitud generosa hacia escritores futuros pero los borradores son asunto mío", añade con una sonrisa. Para evitar tentaciones futuras a sus deudos, dice que ya ha comenzado a destruirlos. ¿Con cuántos trabaja? Desde que escribe en ordenador le cuesta seguir la pista, pero muchos de los cuentos de Aquí empieza nuestra historia los tecleó a máquina. Hacía unas doce versiones. "Cuando empiezo a escribir sé adónde quiero llegar, pero pienso mientras avanzo y mi idea original cambia. Me pregunto cosas como qué es lo que realmente le preocupa a un personaje. ¿Cuál es en realidad la relación de poder? Moralmente, ¿qué está pasando?".