El cuarto de hora de Tony O’Neill
¿Sabían uds. que existe una Generación Offbeat? No, tampoco yo. Entonces menos sabrán quién es Tony O´Neill. Para sacarnos la duda o la ignorancia, el ABC nos habla de este joven escritor neoyorquino, que será pronto traducido al castellano, y que según dice la nota deja como un escritor "dulce" al mismo Bukowski. Ya me imagino a los chicos de esa pastrulada llamada Marc el Loco reventando la web de Amazon para conseguir de inmediato libros de Tony. En el Perú, hace años que existe la generación Offbeat y ellos ni cuenta. Dice la nota:
Tony O’Neill es un joven y lúcido escritor estadounidense, casado con Vanessa y padre del pequeño Nico. Tony es ahora todo eso y mucho más, al situarse a la cabeza de la Generación Offbeat, como máximo representante y mejor ejemplo de lo que este movimiento literario significa. Pero antes de afianzarse en la cima del punk literario, O’Neill tuvo una convulsa existencia de drogas, alcohol y rock and roll. De hecho la literatura fue su mejor redención, la metadona narrativa que le salvó de morir víctima de una sobredosis durante su estancia de yonqui en Los Ángeles. Miembro de bandas como The Marc Almond Band o Kenickie, la música se convirtió en un arma de doble filo que le arrojó a un (con)sentido frenesí de extenuantes giras regadas con interminables fiestas. Se pasaba el día colocado hasta que Dan Fante apareció en su vida. “Es el escritor que mayor influencia ha ejercido en mí. La primera vez que leí sus libros fue una revelación porque por fin sentí que todos mis escritores favoritos no estaban muertos”, cuenta un sincero O’Neill. (...) Tres años después Tony O’Neill ha publicado ya cuatro novelas. La última de ellas, “Down and Out On Murder Mile” (Harper Perennial), llega a España en primavera (El Tercer Nombre) después de un exitoso recorrido por Estados Unidos. Y es que la crítica, que en su día llegó a definir “Digging The Vein” como el libro de la década comparándolo con el “On The Road” de Kerouac, siente devoción por este arriesgado autor. Puede que esa devoción se deba, precisamente al riesgo que Tony, junto al resto de offbeats, está dispuesto a correr para espabilar a la constreñida escena literaria actual. «Cualquier revista literaria publicaría incluso la lista de la compra de Joyce Carol Oates si ésta se la enviara», se queja un vehemente O'Neill “Compartimos una ira y un sentido de la urgencia más que una característica estética que nos defina como miembros de un movimiento literario”, explica un vehemente O’Neill. “Los escritores contemporáneos que merecen la pena son gente como Dennis Cooper, el propio Dan Fante, Laura Hird, Stewart Home… todos ellos autores prolíficos pero situados en el margen de una industria literaria cuyos mitos son Dave Eggers y Safran Foer –continúa el escritor offbeat-. A estos últimos se les considera las voces de una generación, pero si Dave Eggers es la voz de una generación siento mucha lástima por esa generación”.
La fórmula con que se prepara el coctel O´Neill no es novedosa, pero sí probadamente potente en los medios: lectura frenética de Burroughs y Bukowski, intoxicación con drogas y una dosis bastante mediatizada de melancolía e introspección. Dice Tony:
"No tengo tiempo para las relaciones sociales porque soy una persona bastante introvertida. Tal vez esto viene de haber pasado la mayor parte de mi juventud metido en temas de drogas, lo que me aisló bastante del resto de la gente. Me acostumbré y aún hoy sigo haciéndolo"Bueno, que Tony O´Neill disfrute su cuarto de hora de fama, pero lo cierto es que no pienso leerlo. Salvo que venga Rodrigo Fresán y me convenza de lo contrario. Como siempre.
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