La maleta de Heinrich Mann
A pesar de haber escrito una novela (Professor Unrat) que, llevada al cine con Marlene Dietrich de protagonista, se ha convertido en un hito de la historia del siglo XX, El ángel azul, lo absolutamente incuestionable es que Heinrich Mann siempre estará a la sombra de su hermano Thomas. La relación entre los dos hermanos fue siempre conflictiva, no solo por el talento de uno que opacaba al otro sino por las infranqueables diferencias de carácter entre ambos. Una maleta con 107 cartas dirigidas a Heinrich Mann alimentan la mitología alrededor de los Mann:
La familia de los escritores Thomas y Heinrich Mann es probablemente una de las más investigadas del siglo XX por razones que van desde el más puro interés literario hasta la más descarada curiosidad morbosa. Ahora, una maleta encontrada en Praga -con documentos inéditos de Heinrich Mann- agrega un nuevo capítulo a esa historia. La maleta, recuperada por el catedrático Peter Stein en una peripecia llena de casualidades, contenía 107 cartas del archivo de Heinrich Mann, además de otros papeles, que están ahora al cuidado del archivo de la Academia de las Artes de Berlín que presenta hoy el hallazgo. La correspondencia entre Heinrich Mann y el germanista francés Felix Bertaux, en la que ambos, en pleno auge del nacionalsocialismo, muestran todavía confianza en poderse oponer a la barbarie como intelectuales, es parte importante de la maleta de Praga. Otras misivas forman parte de una documentación más personal como aquellas de condolencia que recibe Heinrich Mann tras el suicido en el exilio estadounidense de su segunda mujer, Nelly Kröger.
Además, la nota en ADN Cultura hace hincapié en las diferencias de carácter entre los dos hermanos escritores:
Esa "pulsión tanática" de la familia, como la llamó Thomas Mann en uno de sus diarios tras el suicidio de su hijo Klaus, estaba sin duda relacionada con una compleja confrontación con la propia sexualidad. La tendencia homosexual de Thomas Mann -que ha quedado reflejada en muchas de sus obras entre las que se destaca "Muerte en Venecia"y el esfuerzo que éste hizo durante toda su vida por reprimirla ha sido tema de innumerables trabajos. La rigurosa disciplina que rigió siempre la vida de Thomas Mann, y la obsesión alimentada por su mujer Katia de llevar una vida ordenada y burguesa, eran también formas de mantener a raya sus propios demonios interiores. Esa disciplina era ajena a Heinrich Mann, un erotómano consumado que en su juventud fue cliente habitual de los burdeles de Lübeck y que en uno de sus cuentos se lamenta de que su madre no fuera capaz de ponerle los cuernos a su padre, y que dejó a la posteridad una serie de dibujos eróticos bastante explícitos, ocultados durante mucho tiempo por su pudorosa cuñada Katia. La tumultuosa vida erótica de Heinrich Mann fue lo que le llevó a los brazos de Nelly Kröger, una actriz de baja categoría que nunca llegó a ser plenamente aceptada por Thomas ni, mucho menos, por Katia Mann. En el exilio en California el rechazo familiar era especialmente sensible para Nelly Kröger. Ella y Heinrich Mann, cuyas obras estaban lejos de tener el éxito internacional de las de su hermano, dependían de la ayuda financiera del autor de "La montaña mágica", con lo que el desprecio a que era sometida dolía aún más. Katia Mann logró que la imagen que tuvo la posteridad de Nelly Kröger -que cayó en un alcoholismo crónico hasta llegar al suicidio durante el exilio- haya sido, durante mucho tiempo, la de una mujer vulgar y sin interés alguno. Recientemente, y las cartas de la maleta de Praga ayudan a entenderlo, esa imagen ha empezado a ser revisada. Así, por ejemplo, una carta del escritor Alfred Döblin, en la que lamenta la muerte de Nelly, la describe como una mujer abierta, fina y solidaria hasta el fin con otro destino (el de Heinrich Mann).
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