La regla de Updike
Mientras se anuncia que la última novela de John Updike "Las viudas de Eastwick", secuela de la novela Las brujas de Eastwick y editada en el 2008, será editada en España por Bromera (¿y qué pasó con Tusquets?) podemos leer esta frase de Updike acerca del incomprendido arte de hacer reseñas literarias, que él dominó con tanta eficiencia:
Review the book, not the reputation. Submit to whatever spell, weak or strong, is being cast. Better to praise and share than blame and ban. The communion between reviewer and his public is based upon the presumption of certain possible joys in reading, and all our discriminations should curve toward that end.
" Review the book, not the reputation" vuelvo a leer. Palabras sabias. La frase ha sido recordada en el blog Paper Cuts por Jennifer Schuessler a partir de un pentálogo de Updike como crítico literario publicado en Critical Mass en el 2006.
Te faltó decir: "No como unos que yo conozco..."
2:24 p. m.
Interesantes palabras, yo quiero un crìtico asì... O_O...
1:01 p. m.
Hola me alegra haber encontrado este blog tuyo, Siempre veía tus programas hace algún tiempo.
Saludos,
8:47 a. m.
Hola Ivan!
sigo atónita,emocionada, en shock...
ayer a las 7:30pm paseaba por la feria del libro....pues esperando el dia de hoy para poder verte...
y te me adelantaste ívan !
ayer te ví!....fue tanta mi emocion que a las justas podia hablar ja!.
conocer a mi escritor favorito en vivo y en directo...no m lo esperaba...
espero que te hayas divertido bailando salsa ...ayer tu me preguntaste que lugares eran buenos para bailar..tanta era la emocion que hasta me olvide en que calle quedaban!
fue un gusto conocerte,hoy ire a verte 8.00pm en la presentacion de tu libro ...en primera fila estare!
ahhhh y hoy si tomare las fotos que ayer no pude.
"SUERTE EN TODO,ERES EL MEJOR"
ACA TE DEJO MI E-MAIL:
ingrid_bsb@hotmail.com
(estare esperando la foto)
Un doble abrazo....
Ingrid Moya.
1:24 p. m.
es muy cierto esto de ir de frente a la obra olvidando (por el momento) la reputación del autor. cierto pero difícil para muchos críticos y lectores en general.
1:35 p. m.
Uff, dos semanas fuera. Produces bastante y bien en tu blog. Ya me puse al día. Y ahora ya tengo tu libro, ahora me falta tu firma.
3:56 p. m.
Paso para despedirme, dejo en unos minutos a los blogs, fue un placer venir al suyo, de acá no regreso en un buen tiempo, por lo menos hasta que las cosas cambien. Mucha suerte con su vida de escritor. Éxitos.
10:05 a. m.
Querido Iván,acá en Lima también contamos con un personaje muy incomprendido, pero -y salvando las distancias- ciertamente con ese arte de hacer reseñas literarias del Conejo Updike. Le hablo de Javier Agreda. Que lanzó la mejor reseña sobre su libro de la Oreja del perro:
Con Un lugar llamado Oreja de Perro el escritor Iván Thays (Lima, 1968) vuelve a la narrativa después de ocho años de publicar su anterior novela, La disciplina de la vanidad (2000). Un retorno tan esperado como exitoso, pues este nuevo libro ha sido finalista de la última edición del Premio Herralde, y por ello publicado en España y ampliamente comentado en ese país y otros de América Latina. La novela tiene una sombría trama: Oreja de Perro es un pequeño pueblo ayacuchano, arrasado por la violencia política, al que llega un joven periodista limeño que acaba de sufrir la muerte de su hijo y el abandono de su esposa.
El relato se inicia con esta llegada (el periodista debe cubrir una ceremonia en la que participará el presidente Alejandro Toledo) y acaba con el retorno del protagonista a Lima. Entre estos dos viajes suceden pocas cosas, pero la falta de acciones es compensada con la historias de diversos personajes, concebidos en base a estereotipos y referencias cinematográficas: Mónica, la esposa del periodista (“...idéntica a Mia Farrow”), el fotógrafo Scamarone (alcohólico, cínico...un Belmondo), la mística Jasmín (habla con los ángeles y lo adivina todo), el acomplejado Tomás (¿una caricatura de los rivales de Thays en la polémica entre escritores criollos y andinos?), etc.
Como siempre en la obra de Thays, más importante que los sucesos es el “viaje interior” (título de su novela de 1999) del protagonista: los recuerdos de su relación con Mónica, de los momentos compartidos con su hijo, o simplemente de sus anteriores comisiones periodísticas. Estas remembranzas se convierten en reflexiones literarias –escritas en un lenguaje aparentemente sencillo pero bastante elaborado– sobre aquellos temas que ya pueden ser considerados –aplicando la terminología vargasllosiana– los “demonios personales” de Thays: la memoria y la ausencia del ser amado.
El que esas reflexiones no tengan el interés ni el peso necesario es sin lugar a dudas el mayor problema de Un lugar llamado Oreja de Perro. Como en los personajes y en las historias, aquí también el autor opta por lo efectista, esquemático y algunas veces hasta frívolo. El protagonista del libro enfrenta las peores tragedias personales y sociales, sin embargo parece más preocupado en elaborar intrascendentes juegos literarios (recordando el momento preciso de la muerte de su hijo, no puede dejar de mencionar a Guillaume Apollinaire y Kenzaburo Oé) o en coquetear con todas las jóvenes que encuentra, buscándoles parecidos con actrices famosas.
(Artículo publicado previamente en La República).
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