MOLESKINE ® LITERARIO

Notas al vuelo en cuaderno Moleskine® .

Kalfus: ¿final feliz?

La excelente carátula de la editorial catalana Empuries. Tusquets no entendió el concepto. Fuente: empuries

Rodrigo Fresán no pudo ocultar su sorpresa, en una reseña para Página12, de que apareciera tan pronto una comedia negra sobre el 11S. Se refería a la novela de Ken Kalfus, Un trastorno propio de este país, editada este año en castellano por Tusquets (quien también publicará la célebre The Commisariat of Enlightenment, donde retrata a Tolstoi). Luego, en un artículo para el ABC, Fresán dirá sobre la novela:
(...) es una bestial comedia doméstica que combina la acidez de películas como La guerra de los Rose con la furia sangrienta de uno de esos episodios de Rasca y Pica sangrando en el televisor de la familia Simpson. Y están advertidos: la idea de Kalfus -que provocó la ira de más de un lector, pero que también le valió ser finalista del National Book Award del 2006- es la de bailar sobre las ruinas, sin preocuparle el qué dirán, narrando hasta el más doloroso y desopilante detalle con inteligencia y pasión y talento. Sean las fantasías sexuales de Joyce con los bomberos de la Zona Cero o la indignación de Marshall por no haber salido en ninguna de las fotos tomadas aquella mañana al sur de Manhattan: Kalfus no se priva de iluminar las más luminosas miserias de las que es capaz el ser humano en tiempos (...) [Kulfus ha dicho] «Los artistas tienen licencia absoluta para hallar, como sea, cierto sentido en las peores cosas que le suceden a la gente». Kalfus reclama para sí esa licencia y -con gran talento y sin preocuparse por todo eso de la corrección política- sale a buscar los sucesos más terribles. Y los encuentra. Y su razón de ser es tan monstruosa que -en una coda más alucinada que fantasiosa, en la que todo «sale bien» en Irak y Osama Bin Laden es atrapado y Joyce y Marshall marchan junto a las multitudes para celebrarlo en la Zona Cero- Kalfus parece decirnos que nada de lo que ocurra allí afuera será la solución para esos traumas que se llevan bien adentro.

Edmundo Paz Soldán se ha sumado a los elogios a favor de Kulfus en Letras Libres, reseña que reproduce en su blog "Río Fugitivo". Sin embargo, a diferencia de Fresán, que considera la coda como un "supuesto final feliz", Edmundo el final lo toma en serio, no le convence y lo califica de "deplorable". Dice:
A medida que avanza la novela, el tono de comedia se entremezcla con una narración más solemne. Con la inminencia de la guerra en Irak llega la inminencia del divorcio. Joyce, una vez divorciada, ya no puede acordarse cuáles eran las razones que habían motivado la separación. La guerra se gana con facilidad, Marshall comienza a trabajar en otra empresa. Y Kalfus, entonces, decide abandonar su tono satírico y demuestra, en un final deplorable, que a él también la reverencia ante el dolor le puede ganar la partida. Uno entonces recuerda a Safran Foer, que hace que en su novela Tan fuerte, tan cerca Oskar Schell, el niño protagonista, quiera, sentimental él, que la flecha del tiempo cambie de dirección para que los muertos del World Trade Center vuelvan a la vida. A la hora de narrar los hechos relacionados con el once de septiembre, a los novelistas norteamericanos, incluso a los de "comedia negra", todavía les tiembla el pulso: resulta tentador que tanta tragedia desemboque en una muy obvia y freudiana fantasía de cumplimiento de un deseo.

Etiquetas: , , , , , ,

« Home | Next »
| Next »
| Next »
| Next »
| Next »
| Next »
| Next »
| Next »
| Next »
| Next »

» Publicar un comentario