Jorge Semprún entrevistado
Juan Cruz entrevista al exiliado español Jorge Semprún a raíz de La escritura o la vida, sus memorias editadas en Tusquets. Lo encuentra en su dúplex en París, con "uno de esos suéteres grises de cuello alto que son habituales en su indumentaria". Hablan, desde luego, de la memoria.
Dice Semprún: "Un político clandestino que trabaja con nombre supuesto tiene que recordar muy bien cuál es su identidad falsa. Si te llaman por ese nombre y no contestas estás muerto. Y si contestas a tu nombre verdadero estás muerto también. La memoria es el hilo de la identidad. Yo sé quién soy porque recuerdo tal y tal cosa, y luego recuerdo toda la vida. Pero si tienes poca memoria es posible que llegues a no saber quién eres (...) Sin memoria, sin seudónimos, sin falsas identidades, yo no existiría."
También adelanta qué está escribiendo: "Estación de ánimas. Es un libro muy extraño. No es una novela, ni un relato, ni un ensayo. Parte de una sentencia de Séneca, sobre la muerte: "Postem morten nihil est". La muerte misma no es nada. Eso es para mí la muerte, y eso es lo más angustioso, no es nada. La idea de nada."
Y sobre el exilio declara: "¿De dónde soy? ¿Español o francés? Tiendo a decir que soy un escritor francés; sólo he escrito un libro en español, Veinte años y un día, porque ocurría en España. Me molestan los defectos españoles y me molestan los defectos franceses. Soy más bien un ilustrado francés o un afrancesado. Luis Buñuel se reía de los que le decían afrancesado: "A mucha honra, afrancesado a mucha honra", decía. ¡Ja, ja! Qué razón tenía Buñuel."