Bogotá 39: México y Perú
Ayer apareció en la sección Cultura del diario colombiano "El Tiempo" un especial sobre Bogotá39, para el que falta un mes exacto. Se trata de la presentación de los representantes peruanos y mexicanos del evento (supongo que más adelante se irán presentando, poco a poco, a los demás países): Guadalupe Nettel, Alvaro Enrigue (quien está actualmente en Lima y habla hoy a las 5:30), Jorge Volpi, Fabrizio Mejía, Daniel Alarcón, Santiago Roncagliolo y yo. Además, se entrevista a Piedad Bonett, quien formó parte del jurado, quien explica algunos criterios para la selección.
Agradezco a los amigos de "El Tiempo" por la generosa cobertura pero aprovecho el post para una rectificación: mi última novela se llama La disciplina de la vanidad, no La disciplina de la vaina, un título más apropiado a una novela sobre el narcotráfico o una obra noventera a lo bukowski, con cocaína y peleas callejeras. Nada más lejano a mi relato de escritores adolescentes encerrados en un cuartel literario, con los egos inflados y la autoestima por los suelos. Y un rinoceronte suelto por ahí, por supuesto.
Explica Piedad Bonnet: "Había matices muy finos a la hora de estudiar a los escritores. Me pasó que leía a un autor muy recomendado y premiado, muy destinado a estar en la lista y los textos me dejaron insatisfecha. En cambio, gente menos conocida me sorprendía y me parecía intersante al leer dos o tres cuentos (...) No quería encontrar cosas ya sabidas, previsibles, sino algo que captara la atención. Y que en sus obras evidenciaran un conocimiento de la literatura que se hace internacionalmente. Quería que se adivinaran grandes lectores detrás de los escritores".
También dijo: "Me referí más a la obra que a los premios. A veces hay gente que tiene una chorrera de reconocimientos que nadie conoce y estos tampoco dicen la última palabra sobre nadie. Sí se tuvo en cuenta el currículo, era imposible prescincir (...) El trabajo me hizo ver algo inquietante en la situación latinoamericana y es que el deseo de emigrar de la gente de América Latina es total. Lo veo en el ambiente universitario también: los jóvenes, apenas consiguen una beca, se van para donde sea, la gente que hace literatura sabe que en sus países tiene pocas probabilidades de vivir bien".
Etiquetas: blogs, bogota39, colombia, NOTICIA, piedad bonnet
Que buena Ivan no sabes como me he reido con esa fe de erratas que hay en el diario colombiano El Tiempo, al escribir el titulo de tu novela "La disciplina de la Vanidad", por el del escabroso soez, malcriado y pichicatero "La disciplina de la Vaina", estos colombianos... ¿o tu has autorizado un cambio de titulo? Habla.
Saludos,
Javier R.
2:54 p. m.
Por poco no te cambian el título por "Las displicencias de la venalidad".Recordable, aunque nunca han dejado de producirse situaciones similares.
Lagsa.
9:47 p. m.
Un link a una nota interesante de Edmundo Paz Soldán sobre la selección de Bogotá 39. Vale la pena darle una mirada.
http://www.us.terra.com/terramagazine/interna/0,,OI1751001-EI8870,00.html
2:55 a. m.
A ver si con la designación y el movimiento de prensa que está generando Bogotá 39 comienzan a circular por nuestros países las obras de los autores señalados.
Respecto a la errata de El Tiempo, son de ley y aparecen todos los días —sí, todos— en el ÚNICO periódico de la capital colombiana. Es que sin competencia el rasero se ubica muy, muy bajo.
Y mi reconocimiento por su designación, amigo Thays. Confío en que distribuyan por aquí la novela de la errata y otras obras suyas.
2:04 p. m.
vaina: para los colombianos es una palabra indefinida e indefinible, quiere decir todo y no quiere decir nada, sus pensamientos y sus palabras, todo lo animado e inanimado. Cuando no conoce un objeto y no sabe su nombre ni su uso, el colombiano pregunta: ¿Qué vaina es esa? Las herramientas de trabajo son vainas en el cotidiano hablar. Un momento agradable o desagradable es una vaina; ante un bello espectáculo, una obra de arte o un agradable acto social, se exclama ¡Qué vaina tan buena! ; los hijos son una vaina; el carro, los autobuses, el tráfico, la carretera, el calor, el frío, las lluvias, el verano, todo es una vaina. Cuando un amigo venezolano te invita a una fiesta: Vamos, que la vaina va a estar muy buena; ante una desgracia o desagrado: ¡Qué vaina tan mala! Al ver a una mujer muy hermosa, ¡Qué vaina tan bella! o muy fea, Esa vaina es feísima. El amor, el odio y todos los sentimientos son vainas. De un individuo extrovertido, de excelente carácter y buen humor o uno introvertido, neurótico e intratable, se dice que están llenos de vainas o que echan más vainas que una mata de frijol. La adversidad o mala suerte es una vaina seria; un buen negocio o una buena oportunidad, una vaina maravillosa.
Tomado de: http://www.nacionesunidas.com/diccionarios/colombia.htm
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