Polémica sobre Gabo
[EL MERCURIO] En la "Revista de Libros" de El Mercurio el crítico español Ignacio Echevarría responde a un artículo publicado en ese mismo medio por Víctor Farías en que, al parecer (lamentablemente, no leí esa columna) propone leer Cien años de soledad como una reflexión histórico-filosófica de América Latina. Echevarría califica el artículo como "pedante" pero al mismo tiempo sugerente. Dice: "a estas alturas, no puede ser menos que bienvenido cualquier intento de conectar la literatura con el mundo al que pertenece, tanto más si se trata de mostrar que, tanto como una particular visión de ese mundo, una determinada obra es a la vez resultado - y no sólo expresión- de las relaciones de fuerza y de las dinámicas que en ese mundo operan".
Pero más adelante, Ignacio Echevarría no se nota tan comprensivo. Hacia al final comenta: "La verdad es que uno también quisiera ver estas afirmaciones mejor fundadas. Pero lo que uno desearía, antes que nada, es poner en evidencia el trasfondo burdamente simplificador y penosamente reaccionario sobre el que, en oposición a la supuesta negatividad de García Márquez, se perfila el voluntarioso "positivismo" de Farías.No es tarea ésta que merezca mucho trabajo. Incluso en un periódico conservador, como es El Mercurio, llaman la atención la displicencia condenatoria y la desinhibida autosatisfacción que emanan del artículo de Farías. No vale la pena demorarse en desmontar los falsos sobreentendidos sobre los que el artículo se sustenta".
El último párrafo de la crítica suena a puntillazo: "Algo evidente, en el caso de Farías, cuando opone a los irreductibles posicionamientos de "García Márquez y los suyos" el modelo de una democracia - la chilena- "hecha con materiales desconocidos para el socialismo dictatorial, ineficiente y corrupto".¿Se ha parado Farías a pensar cuáles son esos materiales? ¿Serán, acaso, las dos décadas de pinochetismo, de adoctrinamiento neoliberal, de purga política, de depredación social y económica? No cabe duda de que todo ello ha contribuido muy eficazmente a crear riqueza, otra cosa sería ahora ponerse a averiguar para quiénes. Según Farías, está claro, en cualquier caso, que ese es, en Chile lo mismo que en Bolivia o en Guatemala, el camino abierto para que "el continente termine su obra en equidad y espíritu afirmativo".Vale, sí, ojalá, pero, entretanto, ¿qué obra es esa que por lo visto había empezado el continente? ¿Y de quién?"