MOLESKINE ® LITERARIO

[DOMINICAL] Hoy en El Dominical, Marcel Velásquez concluye su importante estudio en cinco capítulos sobre la novela peruana, con un capítulo dedicado a la novela peruana última (desde 1970 hasta el 2000). El artículo final se titula "Cinco pájaros en busca de una jaula" y se refiere a cinco tópicos que, según el crítico, son los más importantes o transitados en esos años. Una de ellas sería la unión del vanguardismo y la novela postmoderna, anticipada por El cuerpo de Guilia-no de Jorge Eduardo Eielson, y que tiene como protagonista central a Mario Bellatin (cuando era peruano), aunque también menciona a Carlos Herrera y a este blogger. Luego, tendríamos la novela testimonio y las rutas del realismo sociomágico (con autores como Gregorio Martínez y Cronwell Jara); el regreso de la novela total (con Miguel Gutiérrez, Laura Riesco, Edgardo Rivera Martínez); el post boom y la novela urbana (con autores como Alfredo Bryce Echenique y Oswaldo Reynoso, aunque también menciona a Alonso Cueto, Fernando Ampuero, Jaime Bayly y Fernando Ampuero); y finalmente las novelas del conflicto armado, entre las que se cuentan las de Julio Ortega, Félix Huamán Cabrera y Óscar Colchado Lucio. Finaliza el artículo argumentando algo con lo que es imposible no estar de acuerdo: "Es harto difícil sistematizar la vasta y heterogénea producción novelística de tres décadas que se distinguen por la pluralidad de proyectos".

Quería, sin embargo, hacer una breve acotación. Sobre mi obra escribe Marcel Velásquez: "Iván Thays también ha intentado crear una modulación propia como lo demuestran las telas de araña simbólicas y las parodias vilamatasianas de La disciplina de la vanidad (2000)". Me queda claro que Marcel se refiere con aquello de "parodias vilamatasianas" a "parodias al estilo Vila Matas" con lo que estoy de acuerdo y me siento, incluso, honrado dada la espléndida obra del autor español. Sin embargo, la frase es suficientemente ambigua como para que algún despistado la interprete como "parodias de las novelas de Vila-Matas", ante lo cual debo recordar que la novela Bartleby y compañía, un texto híbrido con que se puede emparentar indudablemente a mi última novela, apareció el mismo año 2000 con unos meses de anticipación, cuando mi novela ya estaba en proceso (larguísimo, por cierto, pero muy intenso para pánico de mi corrector de estilo de aquel libro, Luis Andrade) de edición. Recuerdo que en algún momento, con el libro a punto de ser editado, supe de la coincidencia y se me ocurrió hacer un guiño a la novela de Vila Matas, que acababa de aparecer en España y obviamente aún no había leído, pero finalmente preferí no hacerlo por ser extemporáneo (la novela, supuestamente, ocurría en 1993). No es, por cierto, la primera coincidencia que tengo con Vila Matas. La más impactante ocurrió un año antes, cuando Germán Coronado (editor de Peisa) y yo tuvimos una reunión con el fin de buscarle un nuevo título a El viaje interior, editada en 1999. Ninguno de los dos encontró algo que nos dejara satisfechos y dejamos el título original. Pero recuerdo claramente que yo, durante toda la junta, hacía un gesto vertical con la mano diciendo: "se trata de un viaje así... hacia adentro...", sin llegar a encontrar el adjetivo preciso (en algún momento sugerí "el viaje sumergido", lo que horrorizó a Germán). Ya pueden imaginarse mi sorpresa cuando aquel mismo 1999, con mi novela en prensa o ya publicada, no recuerdo bien, leí que Vila Matas había publicado una novela titulada El viaje vertical. ¡Ése era el título exacto que estaba buscando y que, dada mi incapacidad verbal, trataba de explicar con gestos! Felizmente no encontré el adjetivo, por cierto, porque ante la coincidencia con tan buena y exitosa novela -ganó el Rómulo Gallegos, recuerden- la mía hubiera pasado aún más desapercibida.

En la ilustración, Magritte y la jaula de pájaros de la literatura peruana última

This entry was posted on 11.05.2006 at 6:18 p. m.. You can skip to the end and leave a response.